Regalo

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El hada empezaba a recobrar el sentido poco a poco, sentía que estaba recostada sobre algo muy suave, peludo y pomposo el cual era mucho más cómodo que su cama de hojas.

Abrió los ojos y sorprendida vio su alrededor, ¡estaba recostada sobre la cola de un zorro! "¡Oh dios, soy demasiado joven para ser comida de animal!," entró en pánico en un instante y cuando estaba a punto de gritar del terror, una mano tapó su boca para evitar un nuevo alarido.

"Las crías están durmiendo, ten un poco más de respeto joven hada" dijo con voz firme pero dulce el protector, "todo está bien no te harán daño alguno, ya he hablado con ellos y están dispuestos a colaborar contigo dándote un refugio temporal, obvio a cambio no debes de hacer ruido para evitar molestar a las crías".

El hada estaba completamente anonadada "t-tu... ¿quién eres? ¿Cómo es que puedes hablar con los animales? ¿Qué hago aquí? Debo volver a mi reino, mi hogar...auch!", exclamó el hada cuando cayó intentando levantarse con sus manos aún heridas y cubiertas del brebaje.

"Cuidado, yo te ayudo", dijo el protector mientras ayudaba al hada a reincorporarse, su voz dulce, cálida y amable reflejaba y brindaba un sentimiento de paz y tranquilidad que provocaron que el hada se apaciguara y procediera a escuchar atentamente el relato de lo sucedido.

El protector parecía desbordar confianza y seguridad en su relato, aunque en su interior gritaba: " ¡Dios ayude a un hada!, no entres en pánico, cálmate, respira que todo va a salir bien, se fuerte y demuestra de lo que eres capaz, no la asustes."

El protector trató de explicar de la manera más clara y concisa lo que pasó, aunque lo de explicar verdaderamente no se le daba muy bien.

"Y es así como llegaste aquí" concluyó el protector,

"yo soy el guardián de este bosque y el encargado de ayudar a todo ser viviente que quiera vivir en él, te doy la bienvenida".

El hada estaba maravillada de por fin tener a alguien en quien confiar, alguien que la aceptara por cómo era ella, sin importar como se viera o fuera, alguien dispuesto a ayudarla sin importar lo que pasara.

El hada le agradeció el gesto al protector y él dijo: "acércate un poco, voy a regalarte algo", el hada un poco temerosa se acercó poco a poco cuando en un instante, el protector la agarró por detrás de la cabeza y suavemente besó su frente.

El hada estaba completamente avergonzada, sus mejillas se tornaron de un color rojo intenso que lo denotaba," ¿pero que estás haciendo?, ¿quién demonios crees que eres?", cuando de repente escuchó: "Un gran regalo has recibido hada, regocíjate, pues ahora puedes entendernos", dijo una voz detrás de ella.

Era la mama zorro la que hablaba, ahora podía entender todo lo que decía y también hablar con ella, "es una habilidad que también podemos regalar, te va a ser útil de ahora en más" añadió el protector.

Después de eso salió de la cueva con un andar tranquilo y confiado.

Al poco andar el protector se ruborizó completamente, no cabía en el la vergüenza que sentía en ese momento "¿por qué hice eso?, ¡no hacía falta que fuera en la frente! ¡Tonto, tonto! ¡Seguramente ahora me va a odiar!".

El hada aún dentro de la madriguera seguía hablando con la mama zorra, aprendiendo más de la historia del bosque, su formación y su leyenda.

El Hada HeridaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora