El hada tenía los ojos abiertos de par en par, todavía no procesaba todo lo que había dicho el protector, hasta que sintió algo cálido que emanaba de sus ojos y pasaba por sus mejillas, lloraba desconsolada por su perdida, lloraba por la frustración de saber que el protector tenía razón, y que las palabras que había oído eran las más hermosas que jamás había escuchado.
Se levantó con ayuda del protector, dió media vuelta y contempló en el suelo los restos de sus alas, de su pasado, de su antigua vida. Eran una representación de su negación, y ver las hojas y ramas irse con el viento le brindó una sensación de tristeza pero tranquilidad.
"Adiós a todos, adiós mis alas, adiós a mi antigua yo..., espero que de todo corazón me perdones por todo lo que te hice, perdón por no saber que en realidad solo me hacía más daño del que en realidad evitaba, perdón, perdón antigua yo, espero de corazón me perdones".
El hada comprendió ahí otra parte importante del proceso del luto y el duelo, el aprender a perdonarse a uno mismo, a veces, es más importante que aprender a perdonar a otros.
El protector la acompañaba en silencio, tenía miedo de la represalia por lo que había realizado, pero sus miedos se desvanecieron cuando contempló al hada.
Tenía los ojos hinchados y colorados, como así también sus mejillas, pero estaba parada al lado de él, firme y fuerte como esas personas que se quieren comer el mundo, esas personas que están dispuestas a darlo todo por cumplir su objetivo.
En cierta forma le recordaba mucho a su creador, ese ser amable y cariñoso, aventurero de corazón, siempre con hambre y sed de gloria y aventuras, dispuesto a darlo todo por aquello que creía correcto.
El protector sabía que su admiración iba más allá de estas características, sabía que ella había provocado en el algo que nadie había podido hacer, sabía que se había enamorado perdidamente del hada, y no había habido nada que lo hubiera impedido, tal vez porque el, muy dentro de él, así lo deseaba.
A pesar de eso, decidió esconder sus sentimientos porque sabía que no era ni el lugar ni el momento correcto, y los arrinconó en lo más profundo de su corazón para luego tomar al hada por el hombro y decir:
"¿Quieres ir a un lugar genial? Sé que te va a gustar".
El hada se secó las lágrimas y asintió con firmeza, era hora de seguir hacia adelante, sabía que no iba a ser el último día en el que llorara su perdida, pero había aprendido del protector, y sabía que tenía que buscar la manera de volver a encontrarse, de ser una mejor versión de ella misma.
El protector tomó de la cintura al hada y dio un salto enorme hasta la punta de un árbol cercano.
Desde arriba se podía ver el bosque en toda su extensión, era una vista maravillosa que enamoraba a cualquiera con sus hermosos colores y paisajes, como el lomo de una bestia, donde los arboles eran su pelaje, frondoso, fuerte, brillante y vivo.
"Tranquila que el viaje recién empieza, todavía nos queda bastante", dijo el protector en un tono más carismático.
Siguió saltando de árbol en árbol, hasta que llegaron a destino, el protector bajó del árbol y dejó al hada en el suelo con mucha suavidad y ternura, enfrente de ellos estaba el imponente árbol de las leyendas.
"Este es el árbol de donde nací, y donde mis creadores dieron su vida por el bien de este bosque, este es el árbol de la hermandad, el árbol que sostiene todo aquí, y en donde mis creadores yacen en su sueño eterno, bienvenida joven hada, a mi hogar".
El hada vio la inmensidad del árbol que yacía frente a ella, tenía alrededor un aura que provocaba paz y serenidad, como si emanaran desde debajo de la tierra, los sentimientos de ambos hermanos dispuestos a que todo aquel que llegue a este lugar, pueda encontrar la paz con uno mismo y con el otro.
El hada dijo en voz alta: " definitivamente de ser genial ser un protector del bosque, y aun más vivir aquí, es como si todas mis nubes de dudas y temores se desvanecieran en un instante", a lo que el protector respondió: "Por eso te traje aquí joven hada, este lugar te va a ayudar a poder encontrarte contigo misma, a poder volver a los que en realidad eres, volver a tus raíces, sanar, y crecer como un nuevo ser, dispuesto a seguir creciendo y mejorando".
"Estoy tremendamente agradecida contigo, ¿pero cómo voy a pagar esta amabilidad y hospitalidad?", el hada sentía que hasta ahora no era más que una carga para el protector, quería ser útil para él y para el bosque.
"De hecho", dijo el protector: "eso también está solucionado, a partir de mañana empiezas con las labores como mi ayudante, ya que adquiriste la habilidad de hablar con los animales, vas a ayudarme a solucionar los problemas y altercados que ocurran de ahora en más".
El hada sorprendida pero emocionada asintió con firmeza y felicidad, el proceso de sanación había comenzado sin que ella se hubiera dado cuenta, y esta nueva etapa de su vida marcaria para siempre la vida de ella y del protector.
ESTÁS LEYENDO
El Hada Herida
FantasíaEsta historia es una catársis de mi vida y mis sentimientos, no espero que a alguien le guste, pero espero que aquel que se atreva a leerlo pueda disfrutar de esta historia plasmada con mis mejores y peores pensamientos y sentimientos. Espero que lo...