El hada revisó en su mente la lista de tareas que le restaban. Ya había visitado a la familia de zorros y al dragón, lo cual solo le dejaba la familia de búhos como última parada.
Afortunadamente la madriguera de los búhos estaba relativamente cerca del reino del hada, así que decidió pasar por ahí para limpiar y ordenar como le había aconsejado el protector.
Tardó un tiempo en llegar hasta el reino, verdaderamente no había calculado la distancia que había entre la cueva del dragón y su hogar, aunque eso verdaderamente no le importaba mucho, ya que se sentía mucho más activa y calmada al caminar. Era una forma sencilla pero eficiente de poder despejar su mente y aclarar sus ideas.
Se encontraba frente a la puerta del reino, los recuerdos de los sucedido con sus alas retumbaban en su mente constantemente, el hada tenía un poco de miedo de volver a entrar, tenía miedo de que al atravesar ese portal, todo lo que había logrado hasta ahora desaparecería junto con su voluntad de luchar, tenía miedo de volver a ser la misma de antes.
Ella sabía que no iba a pasar, su corazón le decía que era lo correcto, pero el miedo le jugaba una mala pasada una vez más.
Con mucha voluntad camino firme y se adentró en su reino, nada pasó, su corazón tenía razón, ella iba a seguir siendo siempre la misma no importara el lugar en donde estuviera.
Luego alegremente subió las escaleras y entró a su habitación.
Como no hacía mucho tiempo que había estado ausente, no había mucho que ordenar, agarró una pequeña rama y un poco de pelo de zorro de su cama e hizo una escoba, limpió la habitación y mientras limpiaba encontró la carta que el protector le había escrito, la pequeña hoja verde todavía estaba doblada de una manera muy precisa y fina.
La leyó nuevamente y no pudo evitar pensar en él, verdaderamente había sido muy amable con ella, nadie había tenido la delicadeza de tratarla de esa manera, el hada sintió como sus mejillas se ruborizaban al pensar en él, empezaba a sentir algo que no quería admitir.
El hada sacudió su cabeza para seguir ordenando y limpiando: " no, somos buenos amigos, no nos conocemos bien, no apresuremos las cosas" dijo el hada en voz alta a sí misma para luego arreglar su cama y ordenar el resto de la habitación de la mejor forma que podía.
Una vez hecho todo, agarró su mochila y se fue hacia la madriguera de los búhos, ya no le quedaba mucho para terminar el día, y verdaderamente está muy cansada por todo lo que había sucedido.
En el camino a la madriguera el protector se contactó con ella.
"Saludos joven hada ¿cómo vas con tus tareas? Yo acabo de terminar mi última visita ¿cómo están los búhos?"
"Todavía no los he visto, estoy un poco atrasada pero estoy por llegar ¿qué es lo que necesitan?" dijo el hada.
"Pues bien, los búhos son seres muy extraños de comprender, son dueños de altas cantidades de conocimientos sobre diversos temas así que no siempre lo que necesitan es específicamente algo material, a veces lo único que necesitan son respuestas a sus preguntas, u opiniones sobre algo que les haya interesado o hayan encontrado, ve con la mente abierta a cualquier tipo de petición y si tienes algún tipo de problema me avisas ¿Esta bien?" se podía notar que el protector estaba más que acostumbrado a lidiar con estas cosas, seguro que más de un dolor de cabeza le habían dado esos curiosos búhos.
"Perfecto muchas gracias, me contactare contigo cuando termine, nos vemos" dijo el hada mientras llegaba a la madriguera.
"Mucha suerte, la necesitaras" dijo el protector.
Al llegar fue recibida por papa búho, el cual la hizo entrar a la madriguera, la sentó en una mesa de una sola persona que estaba especialmente preparada para ella(o para el protector) y puso a toda la familia frente al hada, uno al lado del otro como perfectas piezas de un rompecabezas, para preguntarle al unísono una única pregunta: ¿Cómo sientes el amor?
El hada se quedó completamente helada ante la pregunta, no sabía específicamente que poder responder para satisfacer esos ojos curiosos que ardían por una respuesta que les brindara la paz a su dilema, así que se tomó un momento para ordenar los pensamientos en su mente.
"Piensa, trata de dar una respuesta corta y precisa, no te extiendas mucho y dilo con tus propias palabras", el hada tomó aire y comenzó a explicar, y una vez comenzó no pudo parar.
"Pues, cuando alguien me atrae, trato de siempre estar dispuesta para el sí lo necesita, intento verme bien para el e intento pasar la mayor cantidad de tiempo con esa persona.
Siento como mi pecho se llena de emoción cuando veo a esa persona, mi corazón late rápido y no puedo evitar tener una sonrisa en mi rostro. Esa persona es la que me brinda una felicidad y alegría que ninguna otra me daría, es una persona con la que me gustaría planear una vida y vivirla a su lado.
No siento el amor como una pasión ferviente que arde dentro de mi cuerpo, siento el amor como la cotidianeidad, los detalles, el volver a enamorarme de esa persona cada día del resto de mi vida, como si fuera la primera vez.
Siento el amor como algo más duradero, como un largo camino que se transita de la mano de esa persona, una ruta única y peculiar que se forma al juntar nuestros caminos en la vida" concluyó el hada, dándose cuenta de que no había logrado lo que quería, se había explayado demasiado, lo que provocaría solo más y más preguntas por parte de los búhos.
Para su sorpresa nada de eso ocurrió, los búhos al unísono una vez más dijeron: "Esta bien, entendemos. Ya te puedes retirar" para luego ignorar al hada y formar un circulo donde, en voz baja, hablaban y debatían sobre la postura de ella.
El hada se marchó sin decir nada, y aprendió que a veces la sinceridad es la mejor respuesta, sea larga o no, y que hablar con ellos le había ayudado a terminar de comprender sus propios sentimientos que revoloteaban sin sentido.
Todo lo que había dicho lo había proyectado en base a lo que el protector hizo con ella, y lo que también le hubiera gustado hacer con él.
Definitivamente y sin ninguna duda...había comenzado a enamorarse.
Su corazón le correspondió y con gran alegría volvió a su reino para preparar todo e irse hacia el árbol de la hermandad para su encuentro con él.
Arribó al reino, subió las escaleras, entró en su habitación...y dentro de ella un ser con alas también esperaba el encuentro.
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El Hada Herida
FantasyEsta historia es una catársis de mi vida y mis sentimientos, no espero que a alguien le guste, pero espero que aquel que se atreva a leerlo pueda disfrutar de esta historia plasmada con mis mejores y peores pensamientos y sentimientos. Espero que lo...