Nacer

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El hada seguía recordando la frase una y otra vez hasta que cayó dormida en la cama, vencida por el cansancio y la tristeza.

A la mañana siguiente despertó y vió un trozo de hoja doblado muy finamente al borde de la cama, dentro del mismo había un mensaje:

"Espero estés bien, sé que no te puedo ayudar en esto, pero por lo menos quiero estar contigo para apoyarte, no era mi intención lastimarte".

El hada sabía que esa persona no era más ni menos que el protector, el mismo que ella había lastimado con su problema, era capaz de volver para estar con ella. Se sentía tremendamente culpable de lo que le había dicho, sabía que no era una forma de reaccionar, pero el golpe había sido duro y ella no había sido capaz de soportarlo.

Salió del árbol y bajó hacia su reino, donde a lo lejos vio una figura que estaba jugando con la tierra como un niño, esperándola pacientemente. El protector se percató de la llegada de hada y rápidamente se levantó quitándose la tierra de las manos y ropa.

Cuando el hada se acercó lo suficiente, tomó valor y dijo: " joven hada yo..."

"Tranquilo, se lo que vas a decir", dijo el hada con voz serena y amable, el protector sintió este cambio también en su manera de actuar, lo cual lo tranquilizo bastante mientras escuchaba lo que tenía que decir el hada.

"Sé que no estuvo bien lo que hice ayer, y te pido disculpas, esto ha sido más complicado para mí de lo que tú crees, y adaptarme a esta nueva forma de vivir es muy difícil para mí. Ya no se siquiera quien soy, sin alas no soy un hada, sin ellas mi vida pierde sentido, pierde nitidez, todo se vuelve borroso y gris, me siento vacía, me siento distinta...".

El protector escuchaba el relato con mucha concentración, quería hacer todo lo posible para que pudiera afrontar su perdida, y para ello era necesario entender todo por lo que ella pasaba.

Cuando terminó de explicarle lo que sentía al protector, el hada se sintió tremendamente aliviada, un gran peso había sido quitado de su cuerpo, una pesada mochila que ya no tenía que cargar. Había dado un pequeño paso en el difícil camino de la aceptación y el luto por la pérdida.

El protector había entendido por lo que pasaba el hada, pero sabía que había algo más que la detenía de conocer su nueva identidad, su verdadera identidad. Sabía que lo que tenía pensado posiblemente no funcionara, pero tenía que intentarlo, era capaz de sacrificar sus anhelos por sobre el bien del hada.

Rápidamente se abalanzó sobre ella, y la abrazó fuertemente. El hada sentía el cálido y amable abrazo del protector, y se dejó llevar apoyando su cabeza contra el pecho de él.

En ese momento el protector le susurró al oído: "joven y bella hada, espero me perdones".

"Pero por..." sus palabras fueron interrumpidas por la sorpresa, el protector sostuvo con fuerza los restos de alas que quedaban y los arrancó de un solo tirón, dejando los pedazos de madera y hojas esparcidos por el suelo.

El hada estaba completamente perdida, no entendía absolutamente nada de lo que sucedía, sus oídos estaban tapados y todo le sonaba como si estuviera sumergida en el agua, era una sensación muy similar a la vez anterior, no sabía qué hacer, hasta que un fuerte grito le despejó los pensamientos.

¡HADA! ¡HE AQUI TU BAUTISMO!, ¡HAS VUELTO A NACER EN ESTE BOSQUE Y YO TE HE AYUDADO EN ELLO COMO EL GUARDIAN Y JUEZ DE ESTAS TIERRAS!

¡NO NECESITAS ALAS EN ESTE LUGAR, TODOS TE AMARAN POR COMO ERES, Y SERAS LIBRE DE DESCUBRIR QUIEN ERES REALMENTE, PERO NO PODIA HACER ESTO HASTA QUE TE DESPIDIERAS DE LO QUE TE SEGUÍA ATANDO AL PASADO, YA NO PIENSES EN EL, APRENDE Y VIVE DE LA MEJOR FORMA QUE PUEDAS EL PRESENTE!

Luego, con voz suave y dulce se acercó, tomó su mano y dijo:

"Porque todos tenemos el derecho de volver a empezar, pero sin olvidar las historias y personas que nos hicieron quienes somos".


El Hada HeridaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora