Estaba enfrente de ella, no lo podía creer, la mismísima reina de las hadas había venido a verla, su presencia era tan imponente como sus alas que dificultosamente entraban en el cuarto.
El hada estaba completamente congelada por la sorpresa, ni siquiera su voz podía emitir, era un ser único que no solía aparecer en situaciones normales, algo había o estaba por suceder, eso es a lo que más le temía.
"Así que tú eres el hada que ha perdido sus alas ¿no? Vaya hada tan maltrecha y desalineada, ¿Qué clase de vestimentas son las que llevas? Ya ni siquiera reconozco tus rasgos naturales y propios de un hada, no entiendo si quiera porque sigues con vida." Dijo la reina con un tono amenazador y frio, que rozaba la lastima y ocultaba un pesar enorme.
El hada solo podía observarla, no podía contestar aunque estuviera tremendamente ofendida por lo que le dijo, no podía contestar, no tenía el valor suficiente de pararse frente a la máxima autoridad de las hadas y decirle lo que sentía. Todos los recuerdos se amontonaban en su mente y hacia que su cabeza diera vueltas por todos lados.
Solo un pequeño balbuceo salió de su boca: "y...yo...yo quie..." sus cuerdas vocales le fallaban y la desesperación se apoderaba de ella.
"Lo único que faltaba, ¡hasta has olvidado como hablar! no puedo creer en lo que te has convertido", la reina estaba de repente desilusionada, como una madre que fallo en la crianza de su hijo y lo ve convertido en lo que más le atemorizaba.
"Yo..." el hada tomó aire como jamás los hizo, cerró los ojos y gritó desde lo profundo de su corazón.
"¡YO QUIERO SER FELIZ! ¡QUIERO VIVIR MI VIDA SIN ARREPENTIMIENTOS NI TEMOR! ¡QUIERO EMPEZAR UNA NUEVA VIDA SIN USTEDES LAS QUE ME DIERON LA ESPALDA CUANDO MAS LO NECESITABA!¡LAS ODIO! ¡LAS ODIO A TODAS!", dijo con toda su tristeza e ira acumulada.
El hada en ese momento también comprendió algo muy importante sobre la vida, guardar esos sentimientos dentro de él solo le causaba tristeza, dolor y angustia. El liberarse de esos sentimientos ayuda mucho al proceso de sanación propia.
La reina no emitió sonido alguno después de los gritos de dolor y pena del hada, se acercó a ella y la abrazó como una madre abraza a un hijo después de no haber estado con él en un largo tiempo, la abrazó como nunca lo había hecho con ninguna de sus hijas, la abrazó tanto como la fuerza de sus brazos le permitió. El hada notaba como su cabeza se humedecía con las lágrimas de la reina.
"Oh, hija mía, cuanto mal te hemos hecho en tan poco tiempo, que tan mala madre soy para no poder entender los sentimientos de mis hijos e hijas, perdóname, te ruego me perdones" la reina había cambiado totalmente su forma de actuar y de ser, había revelado su verdadera forma, la forma de una madre que solo quiere lo mejor para sus hijos y desea que sean lo más felices posibles.
El hada sentía el calor del pecho de la reina que le transmitía la sinceridad de sus palabras.
"Te perdono madre, te perdono por todo" dijo el hada llorando también, sintiendo como con esas palabras finalmente decía adiós y cerraba la página sobre su antigua vida, había logrado desprenderse de todo lo que le hacía mal, había logrado que sus "alas" propias crecieran un poquito más.
Después de terminar el largo y cálido abrazo que tuvieron, la reina soltó al hada y le preguntó algo que ella respondió sin siquiera pensarlo: "¿Que vas a hacer ahora hija mía?"
"Vivir madre, vivir..." dijo entre sollozos el hada.
La reina se limpió el rostro y comenzó a caminar hacia la puerta, al salir le dijo al hada: "Pues entonces hazlo hija mía, vive de la mejor forma que puedas y creas, siempre estaré para ti".
La puerta se cerró detrás de ella, el hada cayó sobre sus rodillas y el llanto aumentó aún más que antes.
(...)
El protector estaba extrañado de que el hada no regresara y como no podía comunicarse con ella decidió ir a buscarla.
En unos minutos llegó al reino, subió las escaleras, entró en la habitación y encontró al hada en suelo aun llorando.
"¡Hada! ¿Qué sucedió? ¿Quién te lastimo?" el protector estaba muy confundido y sus pensamientos se nublaban, hasta que fueron despejados por la respuesta del hada.
"Nada, ya nada puede lastimarme, no por lo menos el pasado. Todo estará mucho mejor de ahora en adelante" el hada le sonrió al protector con los ojos cerrados mostrándole su enorme y bella sonrisa cubierta de lágrimas y mocos.
"Está bien mi querida hada, ahora que nada del pasado te ata, solo hay que caminar hacia adelante" dijo el protector ayudándola a reincorporarse.
Al levantarse el hada se limpió la cara con las manos y añadió:" Hacia adelante, pues es la forma en la que quiero vivir, pensando en el futuro, aprendiendo del pasado, y viviendo el presente".
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El Hada Herida
FantastikEsta historia es una catársis de mi vida y mis sentimientos, no espero que a alguien le guste, pero espero que aquel que se atreva a leerlo pueda disfrutar de esta historia plasmada con mis mejores y peores pensamientos y sentimientos. Espero que lo...