9

1.4K 128 17
                                        

El capítulo 10 será subido en 4 horas, la razón : es muy largo y trae una sorpresa. Pongan sus alarmas.


Iván me contó su idea.
Iríamos a la clase de ellas, de arte dramático y nos infiltrariamos para que pudiera hablarles y decirles cómo me sentía. Por eso se había ido Iván en la pelea de Poché, para ver los horarios de mis amigas... ¿O ex amigas?

Caminamos hacia su salón y en el camino me dio miedo a como reaccionarían, si me rechazarían o algo malo pasaría.
Llegamos a una salón oscuro con luces rojas y puestos de madera. Mientras Iván me guiaba, más nervios sentía.
Y entonces llegamos, unos pasos más allá vi a Laura riéndose fuerte mientras Priscila se peinaba su cabello rojo.
Nos acercamos más y más.
En un segundo ocurrió todo, Laura miró a Priscila que me había visto y esta me señaló.
Laura fue volteando de par en par hasta llegar a mi.
Se levantó y tuve el impulso de correr e irme a mi habitación, o llorar, o cubrirme la cara con miedo a un golpe. Pero todo fue contrario a lo que pensé, Laura fue hacia mi lentamente y se detuvo frente a mi, me miro por un instante que pareció eterno, el ambiente estaba tenso. Y justo cuando creí que me iba a insultar, ella simplemente me abrazó.
Así fue, sin tanto revoloto, sin haberles explicado o dicho todo lo que había memorizado en mi cuarto antes de salir, sin oír mis excusas y mis promesas con tal de recuperarlas, un abrazo como los de antes, la abracé de vuelta, la extrañaba tanto tanto.
-Lau, Pri- dije mientras Priscila se acercaba al abrazo ahora grupal. -Lamento mucho que llevemos tantas semanas alejadas por mi culpa, yo las aprecio tanto y no quería que esto ocurriera-
-Dani no te preocupes, ya es pasado, perdóname por no haber respetado tus decisiones- respondió Laura.
-Si quieres hablar con... esa... está bien, es tu vida y te vamos a dejar ser tú misma, sin molestar- añadió Pri.
-Gracias en serio, no quería perder a nadie, creí que me habían dejado de querer, tenía miedo-
-Eso no pasará, te queremos muchísimo- admitió Laura.
Nos volvimos a abrazar un largo rato, sentía sus perfumes en mis fosas nazales, aunque pareciera estúpido, extrañaba incluso eso, siempre he sentido que cada persona tiene su aroma y a veces eso es lo que más extrañas, todo era un momento de película hasta que escuchamos APLAUSOS.
Creí que había sido alucinación mía pero así fue, eran aplausos.
Miré alrededor y los demás de la clase estaban aplaudiendo.
-Muy buena representación de dramatización- dijo el que supuse era su profesor de arte.

¿Ellas habían actuado así por su clase?
¿Sus respuestas habían sido por una nota?
Me sentí triste y tonta a la vez, era obvio, ¿cómo iban a aceptar todo así?

-No profe, esto no fue una escena, sólo hablábamos con nuestra amiga- dijo Laura, sentí que el alma me volvía al cuerpo, no había sido una escena, había sido la realidad, lo habían aceptado y volverían a ser mis amigas.
-Somos dramáticas las veinticuatro horas del día-
Todos reímos.

Unos minutos después había recibido un regaño del profesor y se habían llevado a Iván a hablar con la coordinadora del lugar por habernos metido a un lugar que no debíamos. Pero había recuperado a dos personas importantes que hacian que meterme en un problema valiera la pena.

Salí al patio pensando en lo feliz que me sentía, había vuelto a escribirle a mis amigos, me había reconciliado con mis amigas y faltaba poco para ver a mis papás de nuevo.
No importaba nada más, pasara lo que pasara, nada me quitaría la felicidad...

Vi a Poché al otro lado, hubiera corrido a hablarle en cualquier otro momento pero ahí no lo hice.
Me detuvo el hecho de que no estaba sola.

Ella estaba con un chico que no había visto antes, ELLA ESTABA SONRIENDOLE MIENTRAS ÉL HABLABA, POCHÉ NUNCA ESTÁ SONRIENDO, pensé que sólo lo hacía conmigo. Era estúpido cada pensamiento que llegaba a mi cabeza, pero no podía controlarlo. Ella estaba ahí junto a ese idiota sonriendole sin siquiera fijarse en que yo estaba a unos metros.

Mis pies empezaron a moverse por si solos hacia ese par. No actuaba con razón, sentía rabia, mucha rabia, ¿PERO POR QUÉ TENÍA RABIA?, no era porque hablara con alguien, eso me alegraba, quiero que tenga gente cerca, PERO ¿TAN NECESARIO ES QUE LE SONRÍA COMO ME SONRÍE A MI?
No entendía mi enojo, era en verdad absurdo. No debía estar así, no tenía razones.
Entonces llegué a ellos y vi como Poché se ponía nerviosa al ver que me acercaba y como se callaban ambos de repente cuando llegaba: eso me enojó más.
Era como si no quisiera que escuchara lo que hablaban.
-Holaaa Calle, ¿cómo te fu...? - no la dejé terminar, agarré su brazo y la jalé hacia mi.
-Con permiso- le dije al chico fulminandolo con la mirada.
Y me llevé a Poché lejos de él, caminaba sin saber a donde, pero llegué a un salón, entré aún con mis manos en el brazo de Poché.
No me fijé si había alguien, en ese momento no me importaba.

-¿PERO QUÉ ESTÁS HACIENDO SONRIENDOLE A ÉL, MARIA JOSÉ?- No pude controlar mi tono de furia.

Mi felicidad se había esfumado.

¿Confías en mi?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora