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HOY MARATÓN DE 4 CAPÍTULOS, DESPUÉS DE QUE LEAN ESTE, ESTÉN ATENTOS Y PONGAN ALARMAS, EN 15 MINUTOS SE SUBE OTRO CAPÍTULO.


-Lo lamento Poché, no quería decirte eso... Perdón, pe... pero... En serio no... no soy lesbiana- dije medio tartamudeando.
-No te preocupes, tienes razón, no sé que nos ha pasado, porque yo tampoco soy lesbiana, aunque no tengo nada contra los homosexuales, pero no soy parte de eso- dijo con sinceridad tomando mi mano y continuó- estoy tan agradecida contigo Calle, nadie había querido ayudarme con mi problema-
Agradecí el cambio de tema y que aclararamos que lo que estaba pasando era una estupidez de momento. No sentía nada por Poché.
-Mientras de verdad cumplas tu juramento de cambiar y dejar de dañar a los demás lo haré, no quiero que pienses que me parece normal que seas una asesina, pero creo que con que tu familia te tema y que estés encerrada acá por años sin derecho a salir y con que medio reclusorio te odie, ya es suficiente pago por tus errores, sin sumar todo el karma que aún te falta- respondí con el doble de sinceridad.
-Te diré la verdad de todo, pero necesito que me escuches sin interrumpir, por favor. Me diagnósticaron false memory syndrome, y aunque yo siento que no tengo eso, es lo que tengo, mi mente ha borrado todo, no recuerdo el porqué, ni cuando maté a ese policía pero lo hice y me arrepiento, por eso nunca busqué a mi familia, porque no me lo merezco, porque soy un monstruo. Y desde que entré al reclusorio sentí que había mejorado y dejado de lado esos pensamientos de matar. Pero lo que viste fue algo que pasó tan rápido, Camila me estaba molestando, insultando y burlándose de mi y sin darme cuenta cojí un cuchillo y cuando reaccioné ella ya estaba tirada en el suelo...muerta, y yo no paré porque mi cuerpo en ese momento no me pertenecía, el odio me controló... Pero te juro Calle que no volverá a pasar, no volveré a hacerle daño a nadie, LO JURO. Venceré el miedo- terminó.
Nos quedamos en silencio un largo lapso de tiempo mientras pensaba en lo que me había dicho, la había matado sin siquiera querer hacerlo, Poché estaba muy mal, me asustaba.
Pero hablé.
-No Poché, no lo vencerás- su mirada de desilusión fue total, desilusión hacia ella misma- lo venceremos, las dos, juntas, eres mi amiga ahora, no estás sola-
Me sonrió tan bonito que mi miedo se fue, nos abrazamos y luego se fue a su cama a dormir.
Me recosté en la mía pensando en lo que me había dicho, la iba a sacar de ahí, entre ideas me perdí y al final el sueño me alcanzó.

Sentí unas manos sacudirme un poco con delicadeza, pero hice caso omiso y seguí durmiendo, pero aquellas manos volvieron a moverme. Abrí los ojos lentamente tratando de despertar por completo, y lo primero que vi fue a Poché, sus ojos grandes mirándome. Me asusté y salté un poco quedando totalmente despierta.
-Buenos días Calle, ya nos dijeron que bajaramos a desayunar y quería saber si quieres ir conmigo, hoy- miré detrás de Poché. Priscila y Laura observaban confundidas la escena. Pero sin importarme nada, acepté ir con Poché; si quería ayudarla debía tenerla muy cerca y cuidar a la gente de su oscuridad interna.
Me levanté y la seguí, fuimos a las duchas cada una por su lado.
Luego de abrir la llave y meterme bajo el chorro de agua, puse mis manos con jabón sobre mis piernas para empezar a limpiarme, de ahí pasé a las caderas y luego llegué a mi zona más sensible, al pasar mi mano para lavarme sentí ganas, sentí el calor y me dije a mi misma que estaba en un reclusorio y ahí no podría cojer y menos tocarme sola. Mis pensamientos fueron rarisimos.
Al salir ya cambiada vi a Poché esperándome afuera.
Traía un jean alto y una camisa pegada. Se veía muy linda.
-Te quedaría muy bien ese pantalón con un cinturón- sonreí.
-Mmm, no me dejan ponerme cinturones, dicen que puedo hacerle daño a alguien con eso, así como tampoco puedo tener ganchillos en el pelo.- dijo sonriendome de vuelta.

Bajamos juntas hablando de lo que pensábamos que era de desayuno, y hasta hicimos una apuesta de que la que adivinara se ganaba a la otra como su "esclava" y la perdedora debía hacer todo lo que la ganadora dijera.
Yo dije que sería avena y puré de papa, el mismo desayuno que el día anterior.
-Será aguapanela con arroz y salchicha, llevo mucho tiempo aqui, sé que dan cada día, a veces cambia pero eso pasa muyyy pocas veces- me dijo ella, mierda, había olvidado eso, así que esperé que este día las señoras hubieran decidido renovar su menú.

Creo que nunca había ido tan rápido al comedor que ese día junto a Poché riéndonos de nuestro juego.
Hicimos fila casi sin querer mirar que iban a servir de los nervios de perder.
Hasta que llegué frente a la señora y me pasó un plato:

Era arroz, salchichas y agua de panela.
Había perdido.
Y Maria José había ganado.

-JAAAA, TOMAAAA, HE GANADO - rio mientras hacía un baile tonto. Me reí al notar que Poché sólo sonreía cuando estaba conmigo, era tonta cuando estábamos juntas.-ahora lleva mi desayuno a la mesa, coge mis cosas, alli nos vemos- dijo entre carcajadas sentándose mientras yo ponía en un brazo mi plato y en el otro el de Poché, como una camarera.
Los dejé sobre la mesa mirándola mal.
-Estúpida- le dije riendo.
Comimos entre chistes y risas. Después fuimos al patio y nos sentamos juntas a hablar de nuestra vida.
En esas horas descubrí que a Poché le gustaba el chocolate blanco, que su hermanita Valentina era adorable, que amaba el color azul y le gustaban los mini pigs.
-... Y yo pensaba que el café era cosa de gente mayor cuando pequeña- estaba diciendo cuando llegaron Laura y Priscila.
-¿Puedes decirnos qué haces con ella? No entiendo nada Daniela- interrumpió Laura.
-Chicas, no se enojen, sé que no les agrada Poché, que es mala, pero quiere mejorar, déjenme ayudarla, por favor-
-No. Si vas a ser amiga de ella, no lo serás de nosotras, estoy re perdida, ¿en que momento se hicieron amigas? ¿estás loca?- Laura volvió a hablar.
-Lau... No digas eso, Dani es nuestra amiga- dijo Priscila. Le sonreí, ella no estaba en mi contra.
-No dejaré de ser amiga de Poché -
-No Calle, si causo mucho problema, yo me alejo- Poché habló con la voz entre cortada.
-Gracias, chao- le respondió con odio Laura.
-¡YA BASTA! POCHÉ ES MI AMIGA Y NO ME ALEJARÉ, Y NO PORQUE LA PREFIERA, SINO PORQUE NO NECESITO PERSONAS QUE ME PONGAN A ELEGIR, ASÍ QUE VETE LAURA-

Todo se puso incómodo y pocos segundos después ya no estaban.

Poché tomó mi mano.
No sólo ese día, sino los días siguientes cada que echaba de menos a mis amigas.
Cada día nos contábamos historias sobre nuestras familias luego de desayunar, incluso empezó a peinarme ya que yo sí podía usar accesorios para el cabello.

Pasamos casi tres semanas inseparables, día y noche juntas, nuestra amistad se fortalecía más y más. No habían vuelto ni a pasar cosas extrañas entre nosotras.

-Hasta mañana frutita- me dijo mientras nos acomodabamos cada una en su cama para dormir.
¿Frutita? No nos poníamos ningún apodo nunca, y que me dijera así, me puso feliz.
Una idea absurda cruzó por mi mente, empezaba a querer a Poché, y cada día se me hacía más corto porque con ella el tiempo pasaba volando.
Un día leí que con tu pareja el tiempo pasa lento y con tus amistades pasa tan rápido que no lo notas.
-Hasta mañana lunita- le respondí.

Esa noche dormí feliz, al igual que esas tres semanas que llevábamos hablando.

Poché llevaba sólo un mes en mi vida y ya la había mejorado. Totalmente.

¿Confías en mi?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora