Guerra de bandas. [LoganG]

CAPÍTULO 75.

Alejandra's POV.

La conversación con Logan se había centrado solamente en el tema de Byron. No me hacía especial ilusión ya que había temas mucho más importantes para discutir, como por ejemplo, nuestra caótica relación. Pero él estaba tan centrado en que le contase la mierda de mi pasado que no quería saber nada más.

Además, no había sido del todo sincera y eso me estaba molestando. Sí en el tema de Byron, ya que eso me daba exactamente igual a estas alturas de la vida, pero en el momento que se desvío y me pregunto sobre lo que me importaba a mi, me acobardé.

Quería contarle que estaba pensando en irme de Madrid un tiempo, un largo tiempo, y muy lejos de Madrid. La oportunidad de decírselo estuvo frente a mi ya que preguntó justo eso, pero le ví tan mal, tan débil, que no podía permitirme romperle más. Así que solo me callé, y le mentí.

Como la imbécil mentirosa que he sido siempre.

Me monté en la moto tras salir del trance en el que me habían metido mis pensamientos, y conduje en dirección a mi casa. Pero a mitad de camino sentí que mis órganos se estaban engullendo a si mismos, así que opté por ir a uno de esos bares 24 horas.

Estos bares estaban a las afueras de la ciudad, y donde yo me encontraba era casi el centro de Madrid. Este pequeño detalle me importó lo más mínimo y tomé la primera rotonda para salir de la ciudad.

Cuando entré en el primero que se cruzó por mi campo visual, el sonido de una campanita inundó el lugar y el camarero que estaba observando algo en su teléfono, levantó la vista en mi dirección y sonrió intentando ocultar todo el sueño que debía tener.

- Buenas noches, ¿qué quiere tomar? -me preguntó amable dejando su móvil a un lado.

- Un café con leche por favor. -dije simple y devolviéndole la sonrisa.

Esta vez fui yo quien miró el teléfono, vi un mensaje de Nicole en el buzón de voz y le acerqué a mi oído, su voz chillona inundó hasta los rincones de mi cerebro en el momento que el mensaje comenzó a reproducirse.

"Alejandra no sabemos donde narices estás pero necesitamos que vengas a casa. Hay una persona aquí que necesita verte y tiene noticias para ti. Ven cuanto antes porque no pienso decirte nada más, a parte de que es importante."

Miré la hora del mensaje, las doce y media de la madrugada. Después la hora actual, las tres cuarenta y cinco de la madrugada. Fuese quien fuese esa persona tan importante debía estar harta de esperar.

Abrí WhatsApp y busqué su contacto. Cuando iba a darla alguna explicación de mi ubicación apareció de nuevo el camarero con mi café, así que tal cual había sacado el teléfono le volví a guardar en el bolsillo trasero.

- Aquí tiene. Son un euro y cincuenta céntimos.

- Invito yo. -dijo el chico que había a mi lado.

Me giré y vi a Ampeter sentado con los codos apoyados en la barra y mirando en mi dirección. Me encogí de hombros para dejarle que él pagase, y le dio un billete de cinco euros para que el camarero le devolviese el cambio.

- ¿Qué haces a estas horas por aquí? -pregunté para dar conversación.

- Lo mismo podría preguntarte a ti. -rió suavemente- He salido a tomar el aire, lo veía necesario.

- A estas alturas de la vida, fugarse es necesario. -susurré para mi misma mientras bebía de mi ya frío café.

Asentí para él, y le respondí con la misma excusa de mierda.

Después de pasarnos casi media hora hablando sobre, nada interesante, me levanté y me despedí diciéndole que tenía que volver a casa ya que no le había comentado a nadie que salía para un ''paseo nocturno''.