Vitae

¿inicio o renovación?

"Me sentía jodidamente sola y me diste compañía. Quería correr, pero tú me detuviste y caminaste a mi lado. Quería abandonarlo todo, pero tú sonrisa me decía que había algo que no debía dejar atrás. Eres sin duda lo mejor que me pudo suceder".

Todas estas palabras se las repetía a Austin todos los días, pues era la única persona que me había entendido y cuidado desde que llegué a este pueblo de mierda.

No me cansaba de decirle lo mucho que lo amaba y lo feliz que me sentía de que en ese festival me haya pedido que sea su novia.

-¿De verdad quieres ser mi novia?
Dijo él entre feliz y sorprendido.
-siiiii
Las lágrimas empezaron a caer de mis ojos. De verdad amaba a ese niño.

Austin me tomó de la cintura y me acercó a él. Nos miramos por unos cuantos segundos y sin pensarlo más tiempo nos besamos. Sentí como si todo lo que alguna vez estuvo roto volviera a armarse, ¿cómo era posible que con tan sólo el roce de sus labios me haya hecho sentir tanto?

Mis manos se dirigieron a su cuello y el aprovechó para pegar aun más nuestros cuerpos. Luego de un rato nos separamos por falta de aire. Pude sentir su corazón latir rápidamente y el mío no se quedaba detrás.

-Te amo
Le dije mientras me volvía a besar.

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Los primeros meses de nuestra relación fueron sumamente hermosos. Austin me llevaba flores, chocolates, y se quedaba hasta muy tarde en mi casa. Como yo vivía sola nadie nos decía que debíamos hacer. Cada día me enamoraba más de él y de sus acciones.

Recuerdo claramente como un día andábamos de paseo y yo estaba algo molesta por que una mujer lo había estado mirando. No quería hablar con nadie y él lo único que hizo fue darme un papel que contenía algo dentro.

-Cuando lleguemos a casa lo abres. Ok?
-ok
Le conteste fríamente aun sabiendo que él no tenía culpa de nada, pero igual seguía molesta.

Cuando llegamos a mi casa lo primero que hice fue abrir el papel con cuidado, al ver el contenido me dirigí a su encuentro, no entendía que significaba eso.

-¿Espinas?¿qué significan?
-Mi reina ¿sabes porqué te di esas espinas?- me dice mientras me miraba con cara tierna, ya sé me estaba pasando el enojo. ¡Que rápido se me iba con él!
- ¡Por eso te pregunto! -añadí tratando de poner la cara más obvia que tuviera.
- Mi amor -me toma de la cintura- te dí esas espinas porque es lo único que te hace falta para ser una rosa...para ser mi rosa...

Sus palabras me dejaron sorprendida, sólo él podría sacar algo tan romántico de las cosas que dañan.

Mis corazón se aceleró y me ruboricé. Él me miró y me levantó, poniendo mis muslos alrededor de su cintura y comenzamos a besarnos como si de eso dependiese nuestras vidas.

- Ok te perdono -le dije sin casi separarnos- pero solo por esta vez, te juro que si veo que otra estúp....

No me dejó acabar y continuó besándome.

-Tú mandas mi reina.

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Nuestra relación marchaba perfecta, o al menos eso creía. Como solía hacer, me dispuse una tarde a pasear por el bosque. Ya estaba oscureciendo y decidí volver a casa. Mi novio ya debería estar allá.

-¡Pobre, debe estar preocupado! -Dije en tono bajo.

Al llegar a mi hogar pude divisar que habían unas maletas en el suelo. ¡Qué raro! ¿habrá venido a mudarse? Pensé caminando a la habitación que antes era de invitados, pues escuchaba su voz. ¿Estaba hablando solo? De repente una voz familiar me sacó de mis pensamientos. Era una voz de mujer. Mi corazón empezó a latir rápido. ¿Qué hace una mujer en mi casa con él?¿por qué me suena tan conocida esa maldita voz? Me acerqué a la puerta sin mirar adentro para poder escuchar sin ser vista.

- ¿Pensé que nunca volverías? -dijo él con un tono extraño, como si me estuviese hablando a mí.
-¿Por eso lo hiciste, porque pensaste que nunca volvería? -dijo ella con voz entrecortada.
- ¿Y qué querías que hiciera? ¿Qué me quedara esperando toda la vida por ti?¡ya te extrañaba demasiado!

Yo seguía en silencio ¿qué dices Austin? Una lágrimas caía por mi rostro.

- ¡Nunca pensé que fueras capaz de hacer tal cosa! -ella empezó a llorar.
-No llores mi reina -¿REINA?, mis lágrimas salieron sin ningún tipo de esfuerzo- sabes que sólo te amo a ti. ¡Te juro que ella no significa nada! ¡Joder!, era la única manera de sentirme cerca de ti, ¿porqué demonios no lo entiendes? ¡ven mi amor, no me gusta verte así!
- ¡No me toques! ¡No quiero ver tú asqueroso rostro en mi vida!, ya nos hiciste mucho daño a las dos, ¡aléjate de mi hermana maldito!

Sentí mi corazón partirse en miles de pedazos. Comencé a arrastrarme por la pared hasta llegar al suelo completamente en shock. ¡Era mi hermana!. ¡Joder!, ¡me estaba utilizando por estar enamorado de mi hermana!¿todo fue falso?, los detalles, las caricias, los besos, el sexo, ¡todo JODER todo! ¿Porqué me pasa esto a mi?

- ¡Mi reina perdóname!

Sentí como mi hermana salía de la habitación corriendo al lado contrario de donde me encontraba. Austin seguía dentro y lo escuchaba maldecir el día que se le ocurrió estar conmigo. Luego de unos cuántos minutos me levanté del suelo y entré a la habitación. Mis ojos estaban hinchados de llorar. Él se encontraba de espaldas y al sentirme se giró. Su rostro cambió por completo al ver que era yo.

- ¿mi reina -REINA DE NUEVO- qué pasó? ¿Porqué lloras?-Lo miré con decepción.
-Nada amor, ¡boberías mías!-Le sonreí.