¿amigas...?

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Mis recesos pasaron de ser solitarios a ser en compañía de Lucy, hablábamos de cualquier tema, de Beethoven, de Chopin, de las sinfonías alegres de Mozart que yo odiaba, de animales, de la escuela, de los libros. Podíamos tener cualquier conversación porque ambas nos entendíamos. Por fin tenía una amiga y era lo que trataría de proteger.

Apenas llegué a mi casa fui a la habitación de mi hermana, abrí la puerta de manera brusca y ella se sobresaltó.

-Tata, ¿adivina? Encontré una amiga, después de tanto tiempo porfin puedo confiar en alguien. Es perfecto, y ¿sabes que más? Nuestros gustos se parecen. Es increíble.

-Felicidades -dijo en un tono muy bajo, su voz estaba quebrada, llegué a pensar que estaba enferma.

-¿Te sientes bien? Parece que lloraste, acaso, ¿extrañas a alguien?

-¡NO!, no te preocupes, estoy bien.

-Vale, después no digas que no te cuido. Bueno me voy, tengo que hacer algunas tareas -dije mientras cerraba la puerta.

Ya en mi habitación hice lo debido y me quedé dormida enseguida.

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-¿De verdad no te interesa ningún chico?-inquirió Lucy por décima vez.

-Mira que fastidias, ¡No! No me gusta ninguno y tampoco quiero que me guste alguno, ya pasé por eso y no es algo que quiera volver a pasar, ¿vale? -le dije tratando de sonar lo más serena posible aunque no sé si lo logré.

-¡Ya pasaste por eso! Osea... -se llevó el dedo anular al mentón mientras miraba hacia arriba, como si estuviera haciendo un debate en su cabeza -¡que ya has tenido novio! -abrió los ojos de manera rara como si acabase de comprender el inicio de todo los tiempos, esa actitud me hacía reír mucho.

-Sí listilla, si tuve un novio, pero no es nada de lo que presumir. Él era un imbécil y yo demasiado ingenua.

-Ahhh, entiendo. ¿Dónde vive? ¿Es mayor? ¿Está casado? ¿Tiene hijos? -al escuchar todas sus preguntas estallé en risas -No te rías esto es serio -más risas me atacaron ¿cómo podría ser serio aquello?, ella me miró con recelo así que preferí parar de reírme y contestarle sus dudas.

-Se mudó, si es mayor, no está casado y no tiene hijos -su expresión cambió a la típica "Ahh, ya entiendo".

-¿Por qué terminaron?

-Nunca terminamos, él simplemente se fué -su rostro pasó a tener un leve indicio de lástima que me molestó un poco -pero tranquila, ese tema está en el pasado, ni él ni nadie volverán a hacerme daño. Así que dejemos de hablar de él y concentrémonos en el tema principal -me miró sin entender a que me refería, yo giré los ojos -¿qué chico te gusta? ¿Está en mi salón, cierto?

Sus mejillas parecían tomates, ¡sí, había acertado!

-Es Mike, pero está saliendo con esa niña amiga de la muerta y nunca me haría caso a mí, ella es tan perfecta y yo soy tan, normal -ver su rostro en ese estado no me gustaba.

-Lucy -hice que me mirara -tú eres perfecta, no ella, tú eres hermosa y él lo va a ver, sí o sí.

-Eres la mejor amiga que podría tener.

-Tú también eres mi mejor amiga.

Cuando el receso acabó ambas volvimos a nuestros salones, yo miré a Mike que estaba conversando con un grupo de chicos y utilicé la misma técnica que la chica el día de la azotea, un pedazo de papelito.

TENEMOS QUE HABLAR A SOLAS. ES IMPORTANTE.

A lo que él respondió con un "Vale, en el patio trasero a la salida" y así fue, nos vimos ahí y como por arte de magia, unos días después Mike salía con Lucy.

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