Vitae

¿él?

Fui directo a mi habitación, me quité la ropa toda manchada y me acosté en la cama, desnuda. Un claro de luna entraba por la ventana, haciendo visible mi cuerpo en aquella oscuridad.

Mis ojos permanecían abiertos, no tenía sueño, no tenía hambre, no tenía nada. Miraba el techo y pensaba en las cosas que habían pasado ese día.

Recordaba claramente como Lucy había venido a casa llorando por haber discutido con sus padres y le dije que podía vivir conmigo.

Aunque lo vi todo muy raro, era Lucy...no podía decirle que no.

Seguí sin dormir.

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-¿Lucy?- llamaba mientras tocaba la puerta que quedaba justo al lado de la cocina, ahora el cuarto de ella.-¿Lucy?¡Sé que estás despierta!- empecé a preocuparme.

Metí la mano en un bolsillo y de ahí saqué las llaves de todas las habitaciones, abrí la puerta con su correspondiente y entré con cuidado.

Todo estaba muy oscuro, la busqué con la vista, la silueta de un menudo cuerpo y cabellera rubia se hizo presente.

Ella estaba en una esquina, a gachas. No se le podía ver la cara, tenía todo el pelo revuelto sobre esta. Me acerqué y cuando fui a tocarla una de sus manos me golpeó la mía.

-Eyyy, ¿estás bien? soy yo, estuve llamando, ven y desayuna, te traje todo.

Me senté a su lado.

-No quiero desayunar, quiero salir de aquí.- Tenía la mirada perdida, algo estaba mal en ella.

-Vamos, es él único lugar que tienes ahora, sé que estas triste pero yo te voy a cuidar.

Le pasé la mano por el cabello intentando arreglarselo un poco.

-Tengo que ir a la escuela, tú te quedas aquí. El desayuno está en la mesita justo al lado de tu cama. - me levanté- Nos vemos dentro de unas horas.

Salí de su habitación y volví a cerrar la puerta con llave.

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-Hoy Lucía Holt no vino a clases, ¿alguien sabe de ella?- todos se quedaron en silencio, la profesora me miró a mí - ¿Sylvanna?

-No lo sé.

-Bueno, si después sabes algo me avisas porfavor.

Yo sólo asentí con la cabeza.

La clase seguió normal, yo leía ampliamente mi primer capítulo de Demian en el receso y ya nadie me había bullying. Todos estaban pendientes a sus cosas y yo a las mías. Extrañé no ver a Lucy cerca pero fue ella la que quiso quedarse, no debía decir nada al respecto.

Al llegar a casa fui a ver a mi mejor amiga, abrí la puerta y ahí estaba, donde mismo, aunque me alegró ver que sí había desayunado. Ella me miró.

-Ya volví, voy a preparar la cena. Cuando todo esté listo te aviso. - tiré un beso al aire y me retiré.

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Mientras esperaba por el asado, fui a la sala y tapé nuevamente los arañazos de mi hermana en los sillones.

La casa ya tenía un fuerte olor a putrefacción, el cuerpo de mi hermana aún estaba donde mismo. Tenía que desacerme de todo aquello.

Saqué su cuerpo por la puerta trasera, lo llevaba en una bolsa negra y lo estaba arrastrando. Lo conduje hacia el bosque.

-Aishhh, ¡como pesas tata! -ella no me respondió.

Me adentré muy bien, y cuando decidí el lugar, cabé un hueco lo bastante profundo como para que ella entrara. Cuando ya iba a meterla dentro abrí la bolsa. Podía ver la cara de mi hermana, hinchada, de color extraño. La acaricié.

-¡Hermanita, si nunca hubieses vuelto no estarías así!

-Pero no era mi culpa que Austin....- había cojido su mandíbula con mi mano derecha y empecé a apretarla, haciendo parecer que era ella la que hablaba.

Me enojé.

-¿Te atreves a mencionar su nombre? - le dí una cachetada, mis ojos destellaban mucha furia -¿con todo lo que a pasado y aún así lo dices? Claro que era tu culpa, te lo mereces todo por puta.

Metí su cabeza de nuevo en la bolsa con fuerza y la arrojé dentro del hueco. Lo tapé con tierra y me fuí.

-Te odio. - dije mientas volvía a casa.