Please, don't leave me?

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-¡Lucy! -dije mientras me giraba sobre mis pies para ver una expresión llena de miedo en su rostro.

-¿Qué mierda hiciste?-inquirió la rubia.

-Yo, yo...¡no es nada!, volvamos al bosque, ¿si? -quise empezar a caminar pero ella avanzó rápidamente y me tomó por los hombros. Acto seguido comenzó a sacudirme mientras lloraba. Sus ojos ahora tenían un destello de furia que me descolocó.

-¿Qué mierda le hiciste a Harry? -me quedé perpleja -¿qué mierda hicistes? -miró ahora al techo donde aun estaba mi hermana atada -¿este es el asunto que tenías que resolver con ella? ¿Matarla? ¡eres una maldita asesina!

Yo permanecí callada, intentando analizar todo lo que había ocurrido hasta ahora. Lucy seguía sacudiéndome con incluso más fuerza que antes. Sus ojos miel estaban rojos por la ira.

-¿Cuántas veces van ya, ehh?, Harry tenía razón, ¡mataste a Austin! -reaccioné al escuchar ese nombre -¡Mataste a Austin, mataste a mi hermano! -la miré con extrañesa.

-No tengo idea de que hablas, Lucy -dije con un tono muy calmo- ¿Quién es Austin?

Hacer esa última pregunta parece que desató algo en ella. Arqueo los labios como si estuviese asqueada y de manera ágil me dio una cachetada en el rostro. Yo me quedé en la misma posición pero esta vez con mi mano izquierda sobre la cara. Lucy retrocedió algunos pasos.

-Lo sabía, sólo tenía que confirmarlo. Eres una hija de puta, te odio.-añadió entre gritos. De mis ojos nacieron unas pequeñas líneas de lágrimas.

-¡No!-grité-¡es mentira, sé que es mentira! No me puedes odiar, eres mi mejor amiga. ¡Eres lo único que me queda! ¡Tú tienes que seguir a mi lado!-busqué con mis ojos los suyos, mis labios formularon una pequeña curva-¡Tú vas a seguir a mi lado!

Lucy intentó girarse para correr pero como mismo había sucedido en el bosque yo fui más rápida. La halé por el cabello y eso hizo que callera al suelo.

-¡Suéltame hija de puta!-dijo desgarrando un poco su voz y dando golpes al vacío. Me inqué para estar a su altura.

-Shhhh-llevé mi dedo índice a sus labios-no te voy a hacer daño, nunca lo haría, eres mi mejor amiga, eres mi soporte. Pero no puedo dejar que te vayas sin más -mi rostro pasó a ser tranquilo, transmitía una sensación de calidez, como si se tratase de madre e hija- tienes que estar a mi lado. Tienes que estar siempre cerca de mi. No voy a dejar que te pase nada. Yo te voy a proteger de todo. Hay muchas cosas malas afuera Lucy, ¿viste cuántos asesinatos hubieron hace poco? -ella hundió las cejas mirándome con rareza -yo no voy a dejar que nadie te lastime, eso tenlo por seguro. Así que vamos, ¡levanta!- le tendí una mano, ella no respondió-¡confía en mí! ¡Vamos!-esta vez si la aceptó aun con cierto temor -ya es tarde y debes dormir.

Ella seguía sin emitir sonido alguno, caminaba por la presión que le ofrecía mi mano. La llevé hasta la antigua habitación de invitados.

-Este va a ser tú hogar a partir de ahora, ¿de acuerdo? -movió la cabeza afirmando lo que le había dicho -duerme bien, Lucy. Mañana es otro día -me acerqué y le di un abrazo el cual no me correspondió -te quiero- dije para terminar cerrando la puerta.

Yo también -escuché el susurro sin nada de ánimo de mi mejor amiga.

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