07 -trust

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Nick Fury miraba una foto de Alexander Pierce sin poder creerlo. Amber lo había llamado cuando se dirigía de vuelta a la base secreta. Le había contado lo que había visto y que el hombre que decía velar por la paz, no era más ni menos que una de las cabezas dirigentes de Hydra.

–Este hombre, declinó el Premio Nobel de la Paz. —Fury suspiró— Dijo que la paz no era un logro, sino una responsabilidad. Verán, son las cosas como estas  que me generan desconfianza.

Amber se dejó caer a un lado de Natasha apenas entró en la habitación. Nick y Maria sabían lo que había pasado, pero resto la miró extrañado.

La rubia era alegre, divertida y confiada, en la mayoría de las situaciones, incluso las más peligrosas. Soltaba comentarios sarcásticos y chistosos. Natasha no dijo nada al respecto, si ella se encontraba así, era porque algo le había pasado. Steve estaba preocupado de que algo hubiera salido mal en su misión de infiltrarse en Hydra, quiso preguntar pero no lo hizo.

–Hay que detener el lanzamiento. —La pelirroja habló.

–No creo que el consejo acepte mis llamadas. —Fury abrió el maletín frente a él.

–¿Qué es eso? —Sam cuestionó.

–Una vez que los helicarriers alcancen los 900 metros de altura... —Maria les mostró la computadora—... Triangularán con los satélites del proyecto, y serán armas.

–Los qué intercepten esos transportadores, y reemplacen sus objetivos con los nuestros. —El moreno continuó la explicación.

–Uno o dos no serán suficientes. Debemos interceptar los tres, porque si una de estas naves sigue funcionando muchas personas morirán.

–Debemos asumir que los que están abordo son de Hydra. —Nick fijo su vista en Steve— Debemos pasarlos, instalar los servidores. Y tal vez, sólo tal vez, salvar lo que queda.

–No salvaremos nada. —El rubio interrumpió al Director— No lo desmantelaremos los transportadores, desmantelaremos SHIELD.

–SHIELD no tiene nada que ver con esto. —Fury levantó la voz.

–Tú me diste esta misión, así es como termina. SHIELD no es confiable, tú mismo lo dijiste. —Steve hizo una pausa. Natasha suspiró, no podía creer que en la única institución que había confiado, estaba llegando a su fin.

–¿Por qué crees que nos reunimos en esta cueva? —Nick ironizó— Yo me di cuenta.

–¿Cuántos pagaron el precio antes de que lo hicieras?

–Mira, no sabía sobre Barnes.

–Aunque hubieses sabido, ¿me lo hubieras dicho? —La conversación entre Nick y Steve parecía incomodar a la rubia.— ¿O también lo habrías compartimentado? SHIELD, Hydra, todo tiene que desaparecer.

–Tiene razón. —Las miradas sorprendidas de todos se posaron en la rubia— Hydra creció bajo nuestras narices y nadie se dio cuenta. Es hora de acabar con todo, ahora.

Nick miró a Maria, ella asintió en afirmación. Luego a Natasha, la cual se acomodo en la silla, pero no dijo una sola palabra. Sam levantó sus cejas incrédulo.

–No me mires a mi. Yo hago lo que él hace, pero más lento.

Steve dejó de mirar a la rubia y posó sus ojos en Fury, esperando una respuesta.

–Bueno... —Le dio una última mirada a la Agente K, quién no había movido su vista de la pared frente a ella— Parece que usted es el que da las órdenes, Capitán.

–Bien. —Amber se levantó del asiento. Sin decir una palabra, se alejó de ellos hasta desaparecer de la habitación.

–¿Y a ella qué le sucede? —Sam frunció el ceño.

–Amber se infiltró en Hydra. —Maria y Nick miraron a Steve al escuchar sus palabras.

–Sí, todos lo sabemos. —La pelirroja habló obvia.

–No. Ella venía de ahí cuando llego. Vio cosas que no debía y no le gustaron. —Nick suspiró mirando al rubio.— ¿Cómo sabias que venia de allí?

–Ella me lo dijo antes de irse.

Steve salió de la habitación, dejando a todos sorprendidos. Sam no la conocía para nada, pero el resto sabía que Amber Stark jamás compartía información sobre sus misiones, ni siquiera a su mejor amiga.

. . .

Natasha sonrió al ver a su amiga en su traje de SHIELD, ella sabía que la institución era todo lo que Amber tenía que la hacía sentir segura. Su madre dejó que Tony Stark creyera que él tenía el control sobre su hija, pero se había asegurado de que Amber siempre estuviera bajo la protección de SHIELD. Cuando Anthony la mandó pequeñita a un internado para niñas al viejo continente, ya que no se sentía preparado para criar a una niña, SHIELD se aseguró de su protección. Y tan solo a los doce años, la pequeña Amber recibía entrenamientos de profesionales, tales como la Viuda Negra y el Ojo de Halcón.

–¿Dejarás tu cabello suelto? —La pelirroja llamó la atención de la rubia.

–Sí. —El cabello de Amber estaba perfectamente acomodado alrededor de su rostro con pequeñas ondas.

–¿Puedo hacerte una pregunta? —Amber suspiró, se volteó a ver a su amiga.

–¿No la estás haciendo ya?

–¿Te gusta Steve? —Natasha había sido bastante directa. Sabía que Amber tenía los genes de su padre, pero jamás la había visto sacrificar tanto por alguna ideología, sobre todo si no era la de ella misma.

–¿A qué te refieres? —La rubia guardó provisiones en sus bolsillos escondidos y cargó sus armas.

–Bueno, jamás pensé que tú estarías de acuerdo en acabar con SHIELD. Además, le compartes el tipo de información que nunca compartiste conmigo o Clint.

–SHIELD tiene que desaparecer junto con Hydra. No podemos permitir que sigan trabajando como lo han hecho todos estos años. —Amber sonrío al guardar sus armas en su traje.

–Lo sé, pero qué pasará luego, esa es la verdadera pregunta.

–Lo que tenga que pasar. —Natasha asintió ante las palabras de la rubia. Amber se detuvo a un lado de ella antes de salir— Y contestando a tu pregunta, quizás si me gusta Steve. No puedes negar que es caliente.

La pelirroja soltó una carcajada. Esa era la Amber que ella conocía.

STARK; avengersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora