10 -forward

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–Hola, chicos. —Amber sonrió.

Sam dio un pequeño brinco en su lugar por la sorpresa. Amber no pudo evitar soltar una risa. Sus ojos chocaron con los de Steve y sus rojos labios se curvaron en una delicada sonrisa.

–Dios mío, ¿que le hiciste a tu cabello? —El moreno frunció el ceño.

–Luego de que los archivos de SHIELD salieran a la luz, mi identidad quedó al descubierto. Debo pasar más desapercibida. —Amber, ahora castaña, respondió a Sam, pero sin dejar de mirar la tumba que pertenencia a Nick Fury.

–Así que tuviste una buena experiencia. —La voz de Nicholas Fury sonó detrás de ellos.

–Finalmente uno se acostumbra. —Steve habló con una pequeña sonrisa ladeada.

–Buscaré en los archivos de Hydra. Parece que muchos no estaban en el mismo barco. —Nick no deje de mirar a Steve en ningún momento— Me voy a Europa esta noche. Quería preguntarte si me querías acompañar.

–Tengo que hacer algo primero. —El rubio respondió con la miraba baja.

–¿Y tú, Wilson? Necesito a alguien como tú. —Sam miró a Steve.

–Soy más un soldado que un espía.

–De acuerdo.

Steve se preguntó qué haría Amber. Nick no le había preguntado a ella, pero era posible de que ya lo hubieran hablado antes. Sin embargo, Amber permaneció en silencio, sólo observando la falsa tumba.

Fury estrechó las manos de ambos hombres en forma de despedida.

–Sí alguien pregunta por mi, le dices que me puede encontrar justo aquí. —Steve asintió.

–Deberías sentirte honrado. Eso es lo más cerca que estará de darte las gracias. —La voz de la pelirroja hizo que Amber levantara al fin la mirada.

Nick Fury se alejó por el cementerio. No sin antes darle una sonrisa a la castaña.

Natasha abrazo a su amiga y le dedico una sonrisa a los soldados.

–¿Tú vas con él? —Steve preguntó.

–No.

–¿Te quedas aquí? —Steve habló confundido.

–Revelaron todas mis identidades, tengo que encontrar otra cubierta. —La pelirroja miró burlesca al rubio.

–Podría tomarte tiempo.

–Eso espero. —Natasha suspiró— Esto es lo que pediste. Puedes decir que hicimos algunos favores.

Amber levantó una ceja y miró por sobre el hombro de Steve. Una carpeta en ruso y, dentro de ella, todo el expediente de James Barnes y su misión en Hydra. La agente K suspiró y el rubio la miró de reojo. Amber se alejo hasta el lado de Sam, quién la miró sospechoso.

–¿Qué? —Murmuró la chica.

–¿Qué de qué?

–Idiota. —Sam soltó una carcajada, ganándose miradas curiosas de Steve y Natasha, y un golpe en el estómago por parte de Amber.

Natasha negó con la cabeza y se acercó un poco más a Steve.

–Podrías hacerte un favor y llamar a la enfermera.

–Ella no es una enfermera.

–Y tú no eres un Agente de SHIELD.

–¿Cómo se llamaba?

–Sharon. Ella es linda. —Steve soltó un suspiro y bajo la mirada— O quizás a quién buscas está justo a tu lado.

Natasha le hizo un gesto con la cabeza, apuntando hacia la castaña que gruñía por las burlas de Sam. El rubio reprimió una sonrisa. Besó la mejilla de Steve y antes de irse le guiñó un ojo a su amiga.

–Ten cuidado, Steve. Quizás no quieras saberlo todo. —Natasha les dio una última mirada y se marchó con una sonrisa en su rostro.

Sam empujó con su hombro a Amber para que se acercara a Steve. Ella frunció el ceño al no entender a qué se refería. El moreno rodó los ojos y le hizo un ademán para que se acercara al rubio.

–Así que... —Amber habló detrás de él.

–¿Qué piensas hacer ahora? —Steve de volteó algo nervioso de saber la respuesta.

–Desaparecer.

–¿Es tu mejor opción?

–Quizás no. Debería ir a hablar con Tony, después de todo. No lo sé, pero luego desapareceré. —Steve asintió algo decepcionado.

–Está bien.

–Stevie... —Amber levantó su mano para dejar una pequeña caricia en la mejilla del rubio— Nos volveremos a ver.

–Eso espero.

Amber de puso de puntitas para acercar su rostro al de Steve. Le regaló una sincera sonrisa antes de dejar un pequeño y casto beso en sus labios. Para Steve ese pequeño roce no fue suficiente, pero se controló. Sabía que si la besaba nuevamente, la estaría forzando a quedarse y ella tenía que tomar sus propias decisiones.

La castaña le dio un pequeño abrazo a Sam, susurrando en su oído «cuídalo» inaudible para Steve. El moreno asintió con una sonrisa y luego se acercó a su amigo para ver cómo Amber se alejaba por el pasto verde hacia la salida.

Steve abrió nuevamente el expediente, mirándolo más detalladamente.

–Vas tras de él. —Afirmó Sam.

–No tienes que venir conmigo.

–Sí, lo sé.

Tras un pequeño silencio, Sam volvió a hablar.

–¿Cuándo empezamos?

Steve le dio una mirada y sonrió de lado. Agradecía la amistad que Sam le ofrecía, quizás si necesitaba ayuda después de todo.

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