E X T R A

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Bucky Barnes miró a su alrededor. Podía sentir como alguien lo seguía entre las sombras. Tenía todos sus sentidos alertas, así que al salir del museo, agarró a la persona que lo llevaba siguiendo hace un rato.

–¿Qué es lo que quieres?

Sin embargo, cuando la chica lo miró. Él lo supo, era la misma que estaba con aquel hombre que lo había llamado Bucky.

–James...

–No soy James.

–Bucky... —Al ver que el del brazo de metal no se alteró, Amber continuó— Déjame ayudarte.

–¿Por qué harías algo así?

–Porque sé lo que te hicieron, no lo merecías. Ellos te torturaron mucho tiempo. —Los ojos azules del soldado mostraban desesperación— Puedo llevarte con Steve...

–No. —La interrumpió— Necesito salir de aquí, desaparecer.

–Bien, porque es justamente lo que yo tenía planeado hacer. Qué dices, ¿vienes conmigo?

Bucky miró el rostro de la mujer frente suyo. Parecía sincera y decidida. Tenía recuerdos de haber luchado con ella, era fuerte y ágil. Ella podría ayudarlo a desaparecer del mapa.

–Está bien. Pero después de salir de aquí, me dejarás en paz.

–Lo prometo.

. . .

Amber rodó los ojos ante la mirada incrédula del soldado. Volvió a apuntar la pequeña libreta.

–Aquí está todo lo que necesitas para moverte por Europa. Mapas, ciudades, entradas clandestinas, todo. O puedes quedarte aquí simplemente. Bucarest es un buen lugar para pasar desapercibido.

–¿Dónde irás tú? —Preguntó él, cauteloso.

–No lo sé. No tengo un plan aún. Quizás Moscú, los rusos me aman. —Ironizó la última frase la castaña.

–Bien.

Amber suspiró. Llevaban dos meses juntos escapando de las autoridades, escondiéndose. Le había tomado algo de cariño al hombre. Sabía que estaba débil mentalmente, aún tenía lagunas y sobre todo pesadillas en las noches.

–¿Estarás bien? Puedo quedarme un tiempo más si es necesario...

–No. Debes irte. —Ella asintió.

Tomó su bolso con sus cosas, caminó hacia la puerta y antes de que pudiera abrirla, las palabras Bucky la detuvieron.

–Siento mucho lo que hice, Amber... Ya sabes... Lo de tus abuelos.

La castaña le dedicó una triste sonrisa.

–No eras tú, Buck. No fue tu culpa.

Bucky quedó sólo con sus pensamientos en el pequeño apartamento. Amber se había ido definitivamente y él no estaba seguro si algún día la volvería a ver.

STARK; avengersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora