Habían pasado solos dos días del bautismo. Todo parecía ir bien en la corta vida de la pequeña Uchiha. Ahora su situación era la de una observadora del mucho amor que se profesaban sus padres. Tía Hinata y tío Naruto no sabían aún nada. Escuchó a su mamá decir. La abuela Kushina como le decía; estaba en un viaje de tres días. Como una gran medico habían sido solicitados sus servicios en otra comarca. Sakura no había ido por los muchos cuidados que tenía que tener Sarada producto de su enfermedad; que las dos estén lejos la una de la otra era demasiado. Era imposible, la pequeña podría morir en cualquier momento. LA afección al corazón había ido empeorando con el pasar de los años. Sarada estaba detrás de un arbusto cuando escucho unos pasos acercarse. Una cabellera rubia hacia acto de presencia.
— ¡Te encontré! —Un sonriente Boruto se le acercaba apuntándola con el dedo.
—Hmpf—Algunos hábitos eran heredados. La pequeña Sarada hizo un puchero de enfado y giro la cabeza hacia un lado molesta.
—Te toca contar—alardeó el rubio mientras le señalo el lugar donde debía de hacerlo. Una pared de piedra. Al frente de la pileta.
—Aún falta que encuentres a Himawari—apuntó la pelinegra. Había después de todo, un escape. No le gustaba perder, sobre todo con Boruto.
De pronto escucharon unos pasos en la oscuridad y una sonrisa traviesa. Himawari había llegado al lugar del conteo y anulado el veredicto de Boruto.
—Baka, hermano contaras de nuevo—dijo la peli azul riéndose de su hermano mayor. Aquello hizo que a la pequeña Sarada se le saliera una risa burlesca; mientras miraba con rivalidad al rubio.
Resignado Boruto agacho la cabeza y se dirigió al lugar del conteo. Iba a hacerlo otra vez.
—Hima –chan eres cruel—Se escuchó un suave murmullo mientras el rubio se alejaba.
— ¿En dónde te esconderás? —preguntó la menor de los Uzumaquis.
—Esta vez no quiero que me encuentren—respondió—Vez allá—señalo un escondite cerca de las murallas que protegían la mansión. Iba a salir, sin permiso de nadie. Himawari torció un gesto de preocupación. Ambas tenían prohibido salir a no ser que sea una emergencia.
— ¿Te esconderás allá? —señaló, Hima.
—Sí— Respondió Sarada mientras se dirigía a aquel lugar. Era perfecto. De seguro el baka de Boruto no la encontraría. Nunca perdería con nadie, menos con él, pensó.
Sarada con pasos sigilosos se acercó al lugar, había poca luz. Era un pequeño agujero excelente para su poco desarrollado cuerpo de infante. Advertida en no hacer ruido porque Boruto estaba en los últimos números del conteo se internó en el mismo. Sintió la oscuridad envolver su pequeño cuerpo. Un escalofrió atravesó su cuerpo, había alguien más ahí. Antes de que pudiera reaccionar una mano la tenía sujeta y amortiguaba sus gritos. Poco a poco sintió su cuerpo entumecerse. La repentina situación, no dio ni aviso a que su frágil corazón se pudiera en alerta.
—Captura lista—escuchó. El resto fue oscuridad...
...
Sasuke había ido a recoger a Sakura del consultorio. Ya eran alrededor de las 7 de la noche y como su futuro esposo tenía que cuidar de las mujeres más importantes de su vida, su mujer y su pequeña hija. Había resuelto en contarle al tonto del dobe la situación y aunque en un principio había habido un escándalo por aquella causa. Karin, era la prima de Naruto después de todo. Lo había terminado por aceptar y hasta una que otra vez le había dicho que quería ser el padrino de bodas claro, una situación poco probable de realizar por el incidente de Hinata en su ciudad natal. Neji había seguido su vida, pero la familia de la Hyuga la veía como una deshonra para el clan.
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Cortesana
Fiksi PenggemarDesde muy pequeña, Sakura, sabe cual es el destino de las cortesanas y aunque la aterra, es algo de lo que no puede escapar. Aquella noche, sería la primera vez que entraría en ese submundo. Lo que no esperó, es que aquel pelinegro de aires misterio...