Cortesana

Capítulo 3

Ya faltaba poco para llegar, eso era bueno. Después de tres días de viaje, al fin estaba en las tierras de los Namikaze. Podía distinguir el olor a campo, muy distinto a la ciudad del que estaba acostumbrado. Además, podía también observar a través de la ventana de su carruaje los sembríos de arroz que en aquella época pintaban de verde el paisaje.

A lo lejos pudo ver la mansión de la familia del dobe. Era una construcción enorme. Detallada totalmente y muy hermosa. En el centro había una pileta, y los alrededores había plantas frutales que daban un aspecto asombroso al paisaje. En cuanto lo vio Naruto prácticamente corrió a saludarlo, los años no parecían haber hecho efecto en el rubio seguía siendo inmaduro e impulsivo.

Sasuke sonrió en la distancia. Ya cuando su carruaje entro a la mansión y bajo le tendió la mano al rubio, que, aunque desilusionado –porque había hecho además de querer abrazarlo─ la acepto. Subieron al segundo piso, mientras una de las empleadas se encargaba de su equipaje. Naruto le enseño su cuarto y lo dejo instalarse.

Ahí en su cuarto, descanso un rato miro hacia el techo y pensó en Karin. No quería casarse con ella, era la verdad. Pero por otro lado quería que su madre fuera feliz. El matrimonio se realizaría en un par de meses y no se sentía preparado para nada. Lo único que se le venía a la mente cuando le mencionaban la palabra "formar una familia". Era él y la joven cortesana, que no quería olvidar.

Recordaba aquella noche con fervor Recordaba su rostro sonrojado mientras la hacía suya, sus expresiones al llegar al orgasmo y su piel que por un momento la sintió como suya propia. Estaba nuevamente perdido en sus pensamientos por la cortesana, que no se dio cuenta que alguien había tocado la puerta, era Hinata que con una sonrisa le dijo que baje. Había sido un largo viaje y él te de media tarde estaba servido.

La acompañó hasta la sala y escuchó unas risas, era el pequeño Boruto y Himawari que estaban jugando a las escondidas al parecer.

Sasuke se sentó en una de las sillas alrededor de la mesita donde estaba el té servido junto con 4 tacitas de detallada decoración. El señor Namikaze también estaba en dicha reunión, Sasuke cogió su respectiva porción y empezó a beber, mientras acompañaba aquel aperitivo con una empanada.

─ Veo que has dejado de ser un niño─ le dijo el señor Namikaze mientras le palmeaba el hombro.

─ Los años no pasan en vano─ rio un poco Sasuke. Le daba nostalgia estar compartiendo con aquellas amistades.

─ ¿Cómo sigue Mikoto san? ─ pregunto la tímida Hinata.

─ Mejor, creo que mejoro después que se enteró que me iba a casar─ rio un poco Sasuke.

─ y... ¿cuándo será la feliz boda? ─ interrogó, Naruto, mientras reía un poco.

─ Dentro de 2 meses, ya lo saben, están todos invitados─ Sasuke se sintió extraño, no deseaba esa boda, pero no podía evitarla, sería algo muy fuerte para su madre.

Estaban riendo y charlando cuando de la nada, Boruto que estaba jugando con Himawari a las escondidas corrió detrás de otra niña, la que sin querer choco con Sasuke mientras sostenía el té, derramándoselo todo encima.

─ Lo siento mucho señor, decía aquella pequeña a Sasuke mientras lo miraba directamente a los ojos.

Sasuke se perdió en el profundo negro de los ojos de la pequeña, eran tan expresivos y llenos de vida, que le hizo recordar un poco a la mirada asustadiza de la cortesana.

─ No te preocupes, niña─ la vio mientras ella ponía carita triste─ no vuelvas a correr de esa manera en la mansión.

─ Sarada─ chan, es un poco inquieta, pero estoy seguro que el responsable de esto, es Boruto─ dijo el rubio viendo con enfado a su retoño.