Sasuke tembló en el momento en el que leyó esas notas. Su cordura, su raciocinio, se iban por el tacho de basura. Apunto estaba de romperla en pedazos por la ira que sentía en esos instantes, cuando se percató de otra cosa. Adjunto a aquello estaba una dirección que conocía, aunque más bien un lugar bastante conocido por todos. La maldita persona que estaba haciéndole eso a su familia quería que la pelirosa fuese a las afueras de la ciudad para quien sabe que propósito, ya no solo era Sarada, ahora Sakura también corría peligro. Con la adrenalina a flor de piel. Cerró la puerta de un azote y salió corriendo de la mansión, no había tiempo así que cogió inclusive el caballo de Naruto sin pedir permiso y empezó a galopar. Muy en el fondo de su corazón conservaba la esperanza de encontrar a la pelirosa en el camino.
Al llegar al lugar donde decía la nota. Respiró profundo, su rostro estaba contraído en una muestra de la preocupación que en ese entonces sentía. El pensar que podía perder a Sakura era lo que más lo atormentaba. Recién estaba reponiéndose del shock en lo que a Sarada respectaba. No quería perder a su familia, después de haberla encontrado, sería demasiado abrupto.
A medida que se acercaba su corazón se iba estrujando de su pecho, ¿qué había pasado? No había rastro de nadie por ahí. Miro buscándola esperando ver su molesta cabellera rosada que adoraba, pero ya no estaba ahí.
Sasuke bajo del caballo y empezó a caminar por aquel sitio, pese a la parcialidad de una noche sin estrellas pudo vislumbrar algo que resplandecía en el suelo. Al tratar de tomarlo se sorprendió bastante. Apartado en un rincón con un poco de tierra encima estaba el collar que le regalo a Sakura. Ella había estado ahí. No había llegado a tiempo.
El pelinegro cogió delicadamente el collar. Por más que quiso evitarlo una lágrima empezó descender por su tersa mejilla.
─ No cumplí mi promesa ─ dijo al viento que a esas horas se sentía frío y crudo ─ No protegí a mi familia...
...
Sakura temblaba nunca pensó verlo nuevamente de todas las personas tenía que ser precisamente él ¿por qué su secuestrador tenía que ser Orochimaru? Ya suficiente daño le había hecho cuando la separo de su familia ahora la separaba cuando tenía una propia. El cuarto donde estaba no lo reconocía, pese a vivir siempre en esa ciudad. Se sentía mal. Estúpidamente había hecho caso a ese juego mental. Había ido a la boca del lobo por voluntad propia.
Observó las paredes mientras a su mente venían los flashbacks de lo sucedido la noche anterior lo recordaba nítidamente...
─Sakura come un poco─ repetía Hinata con un tazón de ramen al lado. Sakura estaba hecha un manojo de nervios y la Uzumaki no sabía qué hacer con aquello. Le daba un poco de dolor verla así, pese a haberse enterado tan repentinamente del origen de Sarada, como madre que era, se ponía en su situación y se sentía realmente mal. Pensar que eso también podía pasar con su pequeña hija hacia que la reciprocidad en ella aumentara.
─ La quiero de vuelta─ lloró Sakura. ─ No he sido una buena madre─ se tomó un tiempo recordando que casi siempre paraba fuera de casa─ debí de estar más pendiente de ella.
─ Pronto aparecerá─ respondió la Uzumaki tratando de darle consuelo, mas Sakura parecía reacia a tal.
─ Ella es una niña enferma─ recordó─ cualquier emoción fuerte podía dañar aun su enfermo corazón─ Sakura se puso azul. No quería que nada malo le pasara a su hija.
─ Sarada es una niña valiente, pese a todo─ trató de darle ánimos. ─pronto la encontraremos. Recuerda que tú eres como parte de nuestra familia, así que te apoyaremos incondicionalmente.
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Cortesana
FanfictionDesde muy pequeña, Sakura, sabe cual es el destino de las cortesanas y aunque la aterra, es algo de lo que no puede escapar. Aquella noche, sería la primera vez que entraría en ese submundo. Lo que no esperó, es que aquel pelinegro de aires misterio...