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Luhan se estaba moviendo muy despacio esa mañana. Demasiado despacio. El dormitorio estaba en silencio y algo frío.

—Ren, tenemos que irnos en menos de quince minutos.

La puerta del baño se abrió y salió un Ren mojado, envuelto en una toalla alrededor de su cintura, salió a toda velocidad al dormitorio que estaba usando.

—Dame cinco minutos y estaré listo.

Luhan sonrió y se dirigió a la cocina. Había una nota en el refrigerador.

"Bebé, te compré el desayuno, está en la mesa. Te veo hoy en la noche.

Te amo, Sehun".

Luhan miró a la mesa y vio dos enormes enrollados de nuez en la mesa cubiertos por un celofán. ¿Cuándo los compró? Con una sonrisa, abrió el de Ren y vertió un vaso de jugo cuando escuchó los pasos en las escaleras.

—¿Dónde está Sehun? —Ren se dejó caer sobre la mesa y sonrió—. Qué rico. —Comenzó a comer inmediatamente.

—Recibió una llamada aproximadamente a las cuatro y tuvo que ir a trabajar. —Estaba preocupado, pero no lo exteriorizó. Sehun era un buen policía que sabía lo que hacía y le había prometido a Sehun semanas atrás que no haría esto. Así que respiró profundo, y trató de alejar su nerviosismo—. Dijo que trataría de volver a tiempo para recogerte, pero que si no puede, que tomes el bus a la tienda. Ángela está trabajando y ha preguntado por ti.

Luhan recibió la mirada compasiva que los adolescentes reservan para sus padres cuando ya saben lo que les están diciendo.

—De acuerdo, papá, lo haré. —Ren continuó devorando su enrollado—. Iba a preguntarte como te fue ayer con el Sr. So.

Luhan sacudió la cabeza. No le agradaba mucho el profesor de matemáticas... con razón tenía problemas. El tipo parecía que tuviera ochenta años y apenas podía prestarle atención a su conversación. Luhan se preguntaba cómo alguien podría aprender algo con él.

—Sólo digamos que no me impresionó. Iré a visitar la escuela hoy, para ver si logro cambiarte a una clase donde al menos el profesor esté con vida. —Ren celebró y sonrió mientras terminaba el desayuno y luego llevó los platos al lavabo.

—¿Te llevarás el tuyo? —Ren estaba observando el desayuno de Luhan con hambre.

—Sí, —Luhan abrió su billetera y le entregó a Ren algo de dinero—. Pero si aún tienes hambre cuando llegues a la escuela, puedes comprar desayuno. —El chico era un pozo sin fondo, como la mayoría de adolescentes. Ren tomó el dinero y lo introdujo en su bolsillo.

—Gracias papá. —Ren tomó su abrigo mientras Luhan terminaba de alistarse y luego se encontró con Ren en la puerta.

—¿Llevas todo?

—Sí, vamos. —Ren abrió la puerta y salió corriendo al carro en lo que Luhan cerraba. El viaje a la escuela sólo les tomó cinco minutos. Llegaron con suficiente tiempo, Luhan se estacionó y bajó del auto, siguiendo a Ren por las puertas. Después de despedirse, Ren desapareció entre la multitud de chicos, mientras Luhan continuó a la oficina.

Luhan abrió la puerta y se aproximó a un enorme mostrador. Una mujer de mediana edad le preguntó si podía ayudarle.

—Necesito hablar con el director.

—No está disponible.

—¿Cuándo estará disponible? Me preocupan algunas de las clases de mi hijo y necesito hablarle. —Luhan se estaba impacientando.

𝗕𝗼𝘁𝘁𝗹𝗲𝗱 𝗨𝗽 - 𝗛𝘂𝗻𝗛𝗮𝗻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora