🍷 20 🍷

1K 104 22
                                        


—¡Papá, papá! —Luhan levantó la mirada del descansa pantallas de su computadora, estaba completamente sumergido en sus pensamientos, el teléfono aún se encontraba en su mano—. Papá... la Sra. Song está aquí y pregunta por ti.

—Gracias. —Luhan se alejó de sus pensamientos con una sonrisa, colgó el teléfono y dejó la oficina—. Hyekyo —ella se dio la vuelta y le mostró una hermosa sonrisa.

—Te tomó bastante tiempo. —Había estado insistiéndole a Luhan que la llamara Hyekyo por un tiempo—. Escuché que tuviste varias emociones hace un par de semanas.

Luhan era capaz de sonreír ahora al pensar en eso.

—Lo hicimos. El hombre que resultó ser el padre de Ren intentó secuestrarlo.

Ren interrumpió.

—Papá me salvó con una botella de vino.

Luhan y Ren habían hablado bastante del padre del joven estas últimas semanas. Al principio había sido muy difícil para el joven aceptar que era producto de un abuso sexual e incesto. Ren lloró varias veces e incluso se había portado hostil en otras, lo cual era algo que nunca había hecho antes. Luhan sospechaba que era algún tipo de prueba para asegurarse de que no dejaría ir a Ren o de que lo echaría. Luhan había sido paciente y comprensivo, Ren por fin se había percatado de que Luhan lo amaba sin importar quienes eran sus progenitores. Luhan lo quería y sólo eso era lo importante. Luhan sabía que Ren no lo había superado por completo, pero el ser capaz de hablar del tema era un paso hacia ese camino.

Sonriéndole a su hijo Luhan dijo:

—¿Acaso no tienes tareas que hacer? ¿O dibujos que terminar?

—De acuerdo, de acuerdo, me desapareceré. —Sacudiendo su cabeza, Ren regresó a la oficina.

—¿Qué dijo tu guapo policía cuando se lo dijiste? —Cielos, a la mujer le encantaban las historias.

—Me dijo que debía resistirme de usar mi inventario como armas. —Ambos rieron—. Tengo tu vino listo, sólo avísame cuando estés lista. —Sabía que, aunque le encantaba platicar, siempre llevaba prisa y no quería retenerla de no ser necesario, pero aparentemente hoy era distinto.

—¿Podríamos hablar un minuto? Es importante. —De repente parecía estar muy seria.

—Ciertamente. —Luhan vertió dos copas de vino blanco y le entregó uno a ella.

Miró a su alrededor.

—Hice algo y espero que no creas que fue muy grosero de mi parte, pero cuando Ren me dio el dibujo hace tiempo, se lo mostré a un amigo. Lo vio y estaba muy impresionado.

Luhan le habló gentilmente.

—¿Por qué pensaría que fuiste grosera?

—El amigo a quien se lo enseñé, es el director de la Universidad Nacional de Artes de Corea y cuando le hablé de la comisión que recibió Ren en el aeropuerto, volvió a sorprenderse.

—No lo entiendo. —Sorbió un poco de su vino, preguntándose a donde quería llegar con todo esto.

Ella sorbió un poco de su copa.

—Luhan, cuando llegue el momento, si lo desea, Ren tiene un lugar reservado en la universidad de arte. —Sorbió nuevamente—. Pero te pediré que no se lo digas, con su talento, puede asistir a donde lo desee y me sentiría terrible si escogiera aquella universidad porque le resultaba conveniente.

Sin pensarlo, Luhan la abrazó.

—Gracias. Eso fue muy dulce de tu parte, no se lo diré a menos que ése sea el lugar al que elija asistir. —La abrazó nuevamente—. Eso fue muy lindo por tu parte.

𝗕𝗼𝘁𝘁𝗹𝗲𝗱 𝗨𝗽 - 𝗛𝘂𝗻𝗛𝗮𝗻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora