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Observó la lluvia caer con fuerza contra la ventana y suspiró

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Observó la lluvia caer con fuerza contra la ventana y suspiró. Bajo la mirada hacia mi regazo, en el cual estaba el libro que me había dado Jem. Hoy entre todos ayudaríamos a Charlotte para encontrar al "Magíster". Me colocó en pie y dejó el libro en la mesita de noche, mientras camino de un lado a otro. La noche de ayer fue un poco extraña, el señor Bane es un poco raro, pero no en mal sentido.

<<Excepto por el hecho que es adicto a los martinis y además, a los brillos, pero también a todo lo extravagante>>

— Señorita Collins, la esperan en la biblioteca— observó a Sophie y le agradezco para luego salir de la habitación. A veces era demasiado silenciosa y me daba sustos.

Comienzo el recorrido por los pasillos, ya me había acostumbrado, pero fue un poco complicado porque este lugar era un poco más grande que el instituto de Paris. Después de doblar por tres derechas y tres izquierdas llegó a la biblioteca. Abro la puerta con cuidado y veo a todos reunidos en una mesa.

—Buenos días a todos— tomó asiento en una silla un poco apartada y espero a que Charlotte comience a hablar.

La puerta se abre despacio, pero a la vez captando la atención de todos. Observó al señor Bane de cabeza a pies y evitó sonreír. Le miró con detenimiento sus rasgos asiáticos, y sus ojos color dorados además de eso su maquillaje bien elaborado, Su cabello estaba peinado hacia arriba, vestía una camisa color violeta con diseños y encima de la misma tenía un chaleco negro, luego unos pantalones negros con varios diseños bordados a cada extremo y por último, varios collares y aretes en sus orejas sin olvidar sus uñas de negro.

—Buenos días, cazadores— dice con un tono divertido, pero a la vez irritado al escuchar a Jessamine diciendo: "No soy cazadora".

—Bien, ya sabemos que el Magíster posee varias casas. Por lo cual, tengo varios cazadores en cada una de ellas. Es importante que se mantengan con persona que les asigne—

Todos asentimos y veo como cada cual se coloca con su pareja. Me quedo distraída al mirar la chimenea y doy un pequeño brinco por el toque en mi hombro. Era Magnus junto a Jem.

— ¿Si, señor Bane?—

—Querida, es momento que vuelvas a nosotros. Formaras parte de nuestro equipo, y espero que haya una buena compensación— decía eso más para si mismo que para los otros. Por lo que me había explicado Charlotte, el siempre cobra por sus servicios.

Me colocó en pie y veo como Jem me sonríe con amabilidad. Estaba un poco sorprendida, que estuviera con nosotros dado que William es su parabatai. Camino hacia la puerta, pero me detienen por el brazo.

—Querida, no insultes de esa forma mi magia. Después de ti— detrás de él había un portal. Miró un poco nerviosa y colocó un mechón detrás de mi oreja.

—Descuida, no te pasará nada malo. Solo debes de memorizar o mas bien pensar en lo que te diremos, para que no te quedes en el limbo—

Le miró horrorizada y Magnus niega con la cabeza para darme un pequeño empujón hacia el portal.

—Vamos querida, no hay tiempo que perder y el limbo no es tan malo, pero nos contarás cómo es— por su expresión podía deducir que estaba siendo sarcástico. Elevó una ceja y luego sonrió un poco, para pensar en la dirección que me dice Jem.

Entramos al portal y solo me concentro pensando en la dirección que me dieron. Cierro mis ojos fuertemente y luego de un momento, los abro.

—Vamos, después de ti— dice Jem ambos caminan a mi lado, mientras avanzamos a la entrada del lugar.

En el momento en que Jem abre la puerta, es empujado al suelo con violencia. Miró rápidamente al interior de la casa y veo un pequeño grupo de autómatas. Observó como Magnus comienza a lanzar hechizos a diestra y siniestra, y comienzo a pelear también.

—Arriba Jem— le digo y veo como de su bastón saca una cuchilla para enfrentarse a los autómatas. De repente soy lanzada al suelo por uno de ellos. La daga que tenía en la mano sale disparada hacia el otro extremo y me defiendo con mis manos.

Suelto un grito desgarrador, cuando el autómata hace presión sobre mi clavícula, y escucho el sonido del hueso rompiéndose. Saco del pantalón otra daga y le apuñalo hasta que muere. No se qué pasa a continuación solo veo el destello de un portal y luego siento que soy elevada.

Sinfonia Plateada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora