Siento mi mejilla caliente y al tocar la misma, veo el rayo de luz dorado. Me siento sobre la cama y pasó una mano por mi rostro. La noche de ayer fue un poco movida, pero estamos bien. Me colocó en pie y camino hasta la ventana, mientras siento el calor abrazador del sol.
<<En realidad anoche pude conocer un poco más a Jem, pero ahora sentía que le debía contar una parte de mi vida y quería evitar eso>>
Recuesto mi cabeza de la ventana y cierro mis ojos por un momento sumergiéndome en la noche de ayer.
—Cuando tenia doce años mis padres y yo fuimos torturados por un demonio Yanluo. Este me torturo con veneno de demonio y ahora soy adicto al mismo. El cabello o ojos color plata son efectos del consumo de la droga—
Abro los ojos con rapidez al percibir el recuerdo de mis padres y me alejo de la ventana. Hoy no quería salir, ni saber de nada. Solo yo y mis pensamientos. Siento un toque en mi hombro y me volteo para ver a Sophie.
—Buenos días Sophie, ¿se encuentra bien?—
—Si gracias, la ayudare a vestirse—
—Hoy no saldré y prefiero estar sola ¿le parece bien?— digo con tranquilidad y la veo asentir con suavidad a la vez que sale de la habitación.
La veo marchar de la habitación y acaricio el arpa de gran tamaño. Pasó mis dedos por las cuerdas y sonrió levemente. Cierro las cortinas y me siento sobre la cama a retomar mi lectura.
<<Si las personas supieran que el leer te lleva a los confines de la tierra sin tomar un avión o barco>>
Doy un sobresalto al ver a Sophie de nuevo y observó una pequeña bandeja de plata, y encima una carta algo pequeña también tenia como manchas negras.
—Para usted señorita— tomó la carta con cuidado y veo como Sophie se retira. La abro y comienzo a leer.
Saludos Señorita Collins:
Por este medio le quisiera informar si se le haría posible llegar a mi laboratorio. Estaré aquí esperándola junto a mi esposa, Charlotte.
Att. Henry Branwell
Leo varias veces la carta y me quedo pensando en que podría enseñarme el señor Branwell. Colocó la carta dentro de uno de los libros y camino al closet, de él escogí un vestido liviano, ya que solo iría un momento. Dejó mi cabello suelto y suspiró un poco para salir de la habitación.
<<Bueno, hasta ahora no he hecho nada malo ¿verdad? solo espero que no sea nada grave>>
A paso moderado camino por el pasillo, mientras distingo a Jessie y Sophie con los oídos pegados a la puerta de Jem. Las miró de forma curiosa, llevo una mano a mi boca al ver que la puerta se abre, y ambas caen al suelo. Me apresura para ayudarlas, y al mirar al interior de la habitación veo a Jem sin camisa además de Tessa entre sus brazos, y un extraño polvo gris en el suelo.
—¿Se encuentran bien?— les pregunto a las chicas y les ayudo a levantar, mientras veía a la pareja de amantes como trataban de explicar lo que sucedía.
—Si, estábamos bien señorita— dice Sophie con las mejillas al rojo vivo.
—No creo que nos deban explicaciones de su vida privada, así que haremos como que no vimos nada—
Al ver que las chicas estaban bien decido retomar mi camino. Desciendo por el pasillo que me lleva al laboratorio de Henry y al llegar le veo concentrado en un pequeño aparato.
—Daiana, ¿cómo te encuentras? Sophie me dijo que estabas indispuesta—
Leo sus labios para entenderla y sonrió un poco. Me acercó un poco más a la mesa donde trabajaba Henry y miró el aparato con curiosidad.
—Estoy bien, sólo quería estar sola y eso, pero quiero saber el porqué estoy aquí—
—Yo me he tomado la libertad de hacerle un regalo junto a Charlotte, ya que su cumpleaños es dentro de dos días y se que no quiere que nadie lo sepa. Así que le he diseñado un pequeño aparato para que pueda escuchar—
Llevo una mano al dije de mariposa y siento mi corazón estrujarse por semejante detalle. Observó a Charlotte y está me sonríe un poco. Henry se acerca hacia mi y en su mano un pequeño aparato estaba.
<<La pregunta es si eso va a funcionar y si no me va a causar algún daño>>
—Tranquila, Henry lo ha probado en el y al parecer funciona—
Sonrió a modo de disculpa y rio un poco, ya que Will le había creado una mala fama a Henry, pero sin dudas este gesto era único para mi. Tomó el pequeño aparato y lo colocó en mi oído derecho. Ambos se mantenían en silencio y ansiosos.
—Señorita Collins, ¿puede oír mi voz?—
Mis ojos se vuelven vidriosos al poder escucharle y asiento a la vez que bajaba la cabeza con lágrimas en mis mejillas. Siento a Charlotte darme un corto abrazo y sonrió.
—Gracias, estaré eternamente agradecida por esto. Significa mucho para mi y Henry sigue adelante. Esto me demuestra que puedes ser un gran inventor—
Continuó dialogando con ellos y descubriendo un poco más del mundo. Sonrió al poder escuchar el viento y el cantar de un ruiseñor. Deseaba en ese momento que hubiera podido escuchar la voz de mis padres aunque sea una última vez.
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Sinfonia Plateada
RomanceDaiana Collins, tras la muerte trágica de sus padres decide embarcarse en la misión más importante de su vida. Al ser transferida, al Instituto de Londres tendrá que enfrentarse a pruebas de las cuales no ha sido entrenada. ¿Cómo enfrentarse al amo...