Un grito desgarra mi garganta, mientras
corro por el pasillo de la catedral. Otro estruendo se escucha por el área de la biblioteca y siento mis ojos llenarse de lágrimas por los recuerdos que vienen a mi mente. Siento una mano cerrarse en mi brazo y al voltear veo a Jem.—Calma, ven y no hagas ruido, mi querer— le sigo con cautela, mientras se escuchan espadas chocar al fondo del pasillo principal.
Odiaba los trajes en casos así. Era todo un reto corre con esto, pero eso no importaba ahora sino que todos estuviéramos a salvo. Sostengo la mano con firmeza aunque con suavidad. Doblamos por una esquina y nos encontramos a un autómata. Este nos visualiza y rápidamente se pone en posición de guerra. Otro estruendo sacude mi alma y miro a Jem.
—Detrás de mi, Daiana— un brillo de temor cubre sus ojos y decido colocarme detrás de él. Era tan irreal verlo con miedo, pero a pesar de todo siguió adelante.
El autómata se acerca y nosotros hacemos lo mismo. Mira a través de nosotros y al seguir su mirada veo otros autómatas más. Cierro mi puño sobre la camisa de Jem y muerdo mi labio con nerviosismo. Estábamos rodeados. Observó mi entorno para ver si distingo algo que me sirva de arma. Saco una pequeña daga del cinturón de Jem y colocó mi espalda contra la suya.
—Concéntrate en el, yo estaré bien—
Siento una pequeña gota dorada bajar por mi frente, pero solo me concentro en la situación. Ningún bando daba el primer golpe. No soportaba mas la espera así que fui por el primero. Jem siguió mi iniciativa y comenzamos una pequeña guerra. Corto una de las manos mecánicas del autómata y brota un líquido grasoso de orificio.
— ¡DAIANA CUIDADO!—
No me da tiempo a reaccionar cuando el autómata me ataca por la espalda. Suelto un chillido al sentir como rasguña la piel de mi espalda. Trato de soltarme de su agarre, pero demonios tenía fuerza de león. Jem desenvaina su espada y la clava en la cabeza del autómata. El líquido grasoso salpica mi vestido.
—¿Estas bien, querida?— le observo con un poco de ternura y a la vez con aturdimiento. Habíamos acabado con ellos, pero aún faltaban los demás.
Corremos por el pasillo y nos encontramos a Charlotte junto con Henry.
—Por el ángel... me alegra verlos. No sé que vamos hacer. Somos pocos y ellos demasiados. Tendré que recurrir a una medida extrema—
Henry la mira como si sé le hubiera aflojado alguna tuerca y con urgencia necesitaba ajustarla. La miro extrañada y antes de que prosiga llega Will junto con Tessa.
—Increíble. Un evento social y no me invitan—
Observó como Tessa pone los ojos en blanco y evitó reírme de ambos. Solamente faltaba Sophie y Jess. Como si las hubiera invocada ambas llegan por el pasillo dando traspié y suelto un pequeño grito cuando Magnus aparece de la nada.
—Tenemos que incendiar el instituto—
Guardamos silencio mientras Will se desahoga en maldiciones y miro a Magnus, el cual observa sus uñas con cautela.
—Querida.. creo que alguna tuerca está suelta en tu cabecita— contesta Henry a Charlotte.
—No hay opción... ellos son más—
Observamos a Magnus y suelta un bufido. Vemos que los autómatas se acercan cada vez más y muerdo mi labio inferior.
— ¡MAGNUS DE PRISA!— chilla Will para después ver como los ojos del brujo cambian de color. Una llama azul baila sobre su mano llena de anillos y murmura un hechizo en lengua extraña. El fuego se extiende por el suelo con velocidad a la vez que consume todo a su paso.
—Debemos salir— comenta Charlotte
Comenzamos a caminar con prisa por el amplio pasillo, mientras los autómatas sueltan un horrible grito. Poco a poco el humo se extendía por el lugar. Comienzo a toser, pero sigo a los demás de la mano de Jem. Al salir vemos como las llamas consumen cada fibra de ese lugar. Observó a los chicos y la tristeza cruza por sus ojos, pero no había otra salida.
—Todo va a mejorar— dice Charlotte de forma animada a la vez que abraza a Jem y Will.
Un hueco aparece de la nada, mientras Magnus nos invita a su hogar para ahogar las penas según el. Todos cruzamos el portal hasta el loft del brujo.
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Sinfonia Plateada
RomanceDaiana Collins, tras la muerte trágica de sus padres decide embarcarse en la misión más importante de su vida. Al ser transferida, al Instituto de Londres tendrá que enfrentarse a pruebas de las cuales no ha sido entrenada. ¿Cómo enfrentarse al amo...