Parte 1

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Los Ángeles, CA. 1985

Doug Thaler estaba a punto de perder la cabeza, era un viernes , no tenía ni dos meses que habían terminado de promocionar Theater of Pain y el seguía terminando de arreglar los desastres que la bola de idiotas había dejado a su paso. Habían hecho mucho dinero a pesar de que el álbum no era muy bueno, sin embargo las entradas se agotaban rápido y el dinero seguía fluyendo.

Motley Crue era lo peor que le había pasado, no se arrepentía, eran un buen negocio y los había llegado a apreciar bastante. Pero en ocasiones parecían niños que más que manager necesitaban una jodida niñera.

Suspiró y bebió su octava taza de café con whiskey, volvió a examinar los papeles cuidadosamente ordenados. Debía pagar las reparaciones del último hotel donde se hospedaron junto una carta de disculpa al gerente, suplicando que no vetaran a la banda de su cadena de hoteles. También debía pagar a los asistentes de sonido, los que armaban el escenario, al dealer, al asesor de pirotecnia y a un sin fin de personas que se necesitaban para poder promover un buen show. También tenía que hablar con Nikki para ver cuando empezaban a grabar el nuevo álbum, después de eso empezar a programar las sesiones en el estudio, y empezar a los diseños de la portada. También hablar con el abogado de Vince para terminar de aclarar su caso y los terminos de su libertad condicional, que ya lo tenía hasta la coronilla.

Era un jodido trabajo absorbente, agotador y muy estresante y esos malditos idiotas no hacían su trabajo más fácil. Miró los papeles una última vez, antes de darse por vencido, no podía solo. Necesitaba ayuda y le jodia que así fuera. En otro tiempo hubiese sido capaz de hacer todo eso solo en una sola noche. Pero era agobiante, necesitaba descansar. Se levantó muy lentamente del escritorio y se dirigió muy despacio a su cama. Una vez ahí se sentó en el borde, bebió el resto de su café y miró a la nada. Necesitaba una asistente. Debía ser una chica, los hombres eran muy idiotas, lo sabía porque era uno y porque convivía con otros cuatro idiotas más. No. Las chicas eran más inteligentes, más astutas. A menos que se toparan con alguno de los idiotas para los que trabajaba.

Se recostó y pensó en eso, recordó cuando contrató a una chica para el mismo puesto. Tommy la encontró en su primer día, follaron y después todo se volvió raro. Ella se volvió distraída y se ponía celosa cuando alguien se le acercaba. Tuvo que despedirla después de una escena de celos en medio de una entrevista. Contrató a otra pero ahora quién la descubrió fue Nikki y para evitar el drama la despidió ese mismo día.

Necesitaba de alguien pero ellos no debían saberlo o lo arruinarían todo. Se quedó despierto tratando de idear un plan para que pudiese tener una asistente. Hasta que por fin su cabeza hizo clic. Esa noche durmió tranquilo. Mañana mismo empezaba su búsqueda.

Emma recorrió toda la ciudad desesperada, había perdido su trabajo como barista de una cafetería muy importante en el centro de Los Ángeles, el dinero se iba tan pronto llegaba a sus manos y se repartía entre gastos de su departamento, comida y diversas cuentas. Hacía exactamente tres años que había dejado Boston y no se arrepentía en absoluto. Mientras recorría las calles calidas de la mítica ciudad de California recordó la cara de decepción de su padre cuando al día siguiente de titularse le comunicaba que no iba a ejercer y que en cambio se iría a Los Angeles a probar suerte. No había hablado con él desde entonces y eso no le molestaba mucho. Lo primero y único que hizo con el dinero que su madre le había dejado fue comprar un departamento cerca del Sunset Strip, pues aunque quería hacer las cosas por su cuenta le mortificaba pensar que tendría que dormir en las calles. No tocó de nuevo el dinero que su madre le había heredado, pues no quería que su memoria se sintera ultrajada. Aparte sentía que no merecía ese dinero.

Optó por tener una compañera de piso, alguien que pagara una pequeña renta a cambio de compartir los gastos del lugar. No tenía muchos lujod, pero se sentía orullosa de lo poco que tenía. Así fue como encontró a Eloise Bingle, una chica inglesa, pelirroja de hermosos chinos, ojos verdes y con un montón de pecas. Había huido de su natal, Bristol, para perseguir su sueño de ser actriz. Y aunque de vez en cuando lograba obtener algún papel, normalmente trabajaba como asistente de un dentista de la zona. Se hicieron grandes amigas con el pasar del tiempo, pues su carácter era similar al suyo.

Backstage - Nikki Sixx/Izzy Stradlin by N.P.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora