Emma había estado trabajando por casi 3 meses para Doug sin ningún percance. Lo había asistido, desde cenas formales para promocionar a los chicos hasta en cenas en Carl's Jr., para escucharlo quejarse del grano en el culo que eran esos idiotas. Doug no mintió cuando dijo que era un jodido desgaste trabajar para Mötley Crüe, eran simplemente un grupo de niños que no paraban de causar desastre. Pero le encantaba, era exactamente el tipo de reto que buscaba y Doug parecía estar muy satisfecho con su trabajo. Habían empezado a formar un ambiente laboral muy agradable, pues confiaban uno al otro.
Tal como prometió, no se dio a conocer con los chicos, y ahora entendía porqué. Diario llegaban cartas de fans, algunas era muy dulces y agradecían su música o enviaban buenos deseos, pero la mayoría eran de acosadoras o cartas amenzantes, exigiendo pruebas de paternidad. Enviaban ropa interior o fotos pornográficas. Parte de su trabajo era clasificar estas cartas y desechar las menos importantes. Gracias a esto se dio cuenta de que la clase de chicos que eran, simplemente usaban a las chicas y eso le parecía completamente despreciable. Exceptuando a Mick, claro.
Mick era el único miembro al que pudo conocer, aunque la forma de conocerlo no fue la más agradable. Una tarde Mick llamó a Doug desde su casa en Los Ángeles, se sentía muy mal y necesitaba que lo llevara al hospital. Sin embargo, Doug no se encontraba en la ciudad y Emma tuvo que ir a asistirlo. Cuando llegó entró si tocar la puerta, pues conocía de la enfermedad de Mick, y las limitaciones que podía llegar a tener cuando el dolor se apoderaba de él.
—¿Quién diablos eres tú?— Exclamó el pelinegro en cuanto la vió entrar. Estaba tendido en el suelo, la miraba con el ceño fruncido y estaba completamente empapado de sudor. El teléfono estaba tirado cerca de él. No lo juzgaba, era una completa extraña para él, pero aún así no pudo evitar sentir un pequeña punzada de nerviosismo. Sabía, por las historias de Doug, que Mick podría llegar a ser difícil. Sin embargo, también era el que más maduro de todos.
—Soy Emma—dijo la castaña sonriendo mientras se colocaba a un lado de él acomodando su maletín médico. De vez en cuando ejercía su profesión, sólo en caso de ser necesario. Como lo era aquella vez— Soy la asistente de Doug, está en Nueva York arreglando los contratos del nuevo álbum, para que empiecen a grabar pronto, también soy doctora—dijo sin mirarlo y preparando el material que creía necesitar. Se puso un par de guantes de látex, y puso un termómetro bajo la axila de Mick.
—¿Cómo no te había visto antes? No, espera, si eres doctora, ¿que rayos haces siendo una simple asistente? Eso no tiene ningún sentido—dijo Mick aún desconfiado, la chica parecía saber lo que hacía pero igual podría haber ido a su casa para matarlo o algo así. Emma sonrió.
—Creo que sabes porqué no me habías visto—respondió mientras ponía una almohada un poco aplastada bajo la cabeza de Mick, quien mostró una pequeña mueca de dolor.—Y estar en un hospital todos los días no era lo mío. La medicina me encanta pero mi especialidad no tanto.—Mostró una débil sonrisa, checó su reloj y tomó el termómetro de Mick. Frunció el ceño— Tienes temperatura, voy a inyectarte un antiinflamatorio no esteroideo para ayudar a bajar la temperatura y la inflamación y que ya no sientas tanto dolor. Considero que después de eso te sentirás mejor, pero por si las dudas iremos al hospital, para un chequeo rutinario, ¿te parece bien?— Mick la miró extrañado y asintió. La observó mientras la chica preparaba y administraba la inyección.
Era una chica muy guapa, tal vez entre los 24 o 25 años, parecía buena persona. Esa era la respuesta del porqué no la había visto antes, sus jodidos compañeros se lanzarían a ella como lobos hambrientos. Aún así le causaba curiosidad que lo habría orillado a la chica a abandonar la tan prometedora carrera, pues parecía disfrutar lo que hacía. Había decidido que le agradaba, no parloteaba tanto y tenía bonita sonrisa. Suspiró al notar como el dolor iba disminuyendo y podía moverse un poco más. Hizo un ademán de levantarse pero sintió la mano de su doctora en el pecho.
—Alto ahí, señor, ¿que crees que haces? La temperatura aún no baja, vas a tener que esperar.
—Preferiría esperar en mi cama, el suelo empieza a molestarme—Emma dudó unos instantes. El medicamento era algo fuerte y podía marearse, caer y hacerse daño. Al final asintió y en silencio lo acompañó a su recámara.
—¿Has comido algo? El medicamento es algo fuerte— preguntó Emma mientras preparaba un paño con agua y se la ponía a Mick en la frente. Éste nego con la cabeza y cerró los ojos, se había quedado dormido. Ella checó su ritmo cardico y su temperatura antes de irse a la cocina para ver que podía prepararle de comer. Abrió los gabinetes de la alacena y encontró muchísimos envases se medicamentos; algunos vacíos y otros llenos, tomó uno con mucho sentir y lo volvió a poner en su lugar.
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Backstage - Nikki Sixx/Izzy Stradlin by N.P.
Romance¿En que consistía verdaderamente estar de gira con la banda más famosa por tener la peor fama del mundo del rock? Viajes, contratos, fama, dinero, drogas, alcohol, absolutamente todo tiene un precio y un transfondo. Emma Cox, una chica rica con anhe...