XI

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De pronto la gente comenzó a gritar, la pelea se detuvo ante lo que sucedía. El cielo se había tornado de un color violeta por la luz de una estrella violeta que se dirigía peligrosamente hacia la aldea.

- ¡Seguro que esto es obra tuya! – rugió Kundo mirando con odio al joven Tennyson.

- ¡Yo no tengo nada que ver! – la bola de fuego estaba cada vez más cerca.

La gente corría y corría intentando escapar y encontrar refugio ante esa cosa. El castaño miró a Rook y luego a la bola de fuego, si esa cosa caía reduciría la aldea a un cráter humeante.

- Ben tenemos que salir de aquí – le gritó Blonko por sobre los gritos de otros.

- ¡No! Yo...puedo detenerlo, ustedes busquen refugio

- no te dejare solo

- ¡no seas terco Blonko! ¡He lidiado con cosas peores que un cometa! - gritó pero luego bajó la mirada – soy el único que puede hacerlo, ve con los demás por favor, si algo sale mal al menos quiero saber que tu estas bien.

- no te dejare Ben, puedes decirme terco todo lo que quieras pero ahora que al fin nos arreglamos no voy a volver a dejarte – la determinación en los ojos del ravonniano hicieron que el corazón se estremeciera y sonrío.

- Bien, pero quédate detrás de mí – El castaño se posiciono delante de Rook encarando el cometa, extendió sus manos al cielo, una gran pared de energía se formó alrededor de la aldea, demasiada energía.

Rook miro con preocupación al castaño, fragmentos de piedras comenzaron a caer y golpear la muralla; el sudor resbalaba por su frente, "Lo hago por él" Pensaba el castaño intentando mantenerse firme y parar todos los impacto a pesar de su clara falta de energía.

Sin saber cómo más ayudar Rook abrazó al menor desde atrás y le susurró en el oído:

- creo en ti Ben – el menor de los Tennyson sonrió y volvió a concentrarse en el cometa, una nueva energía rodeó sus manos reforzando el escudo.

800 Metros

500 Metros

100 Metros

Estaba sobre ellos con su vivás fulgor que parecía declarar la muerte.

Pero algo extraño sucedió, cuando estuvo a punto de impactar contra el escudo protector el cometa se detuvo a solo pocos centímetros de él. Ambos jóvenes se miraron confusos por aquel hecho que rompía todas las leyes de la física conocidas.

- Mi buen Ben, he estado buscándote por todas partes – las personas comenzaron a salir de sus escondites para apreciar aquel espectáculo tan hermosamente aterrador. Pero el rostro de ben se aterrorizó por completo al reconocer esa voz femenina.

- ¿Abuela?

El cometa comenzó a fragmentarse y los pedazos salieron disparados en distintas direcciones dejando a la vista lo que se ocultaba detrás de ellas. Una esfera de energía de color rosado idéntica al escudo de Benjamin y en su interior una criatura hermosa, de piel violeta y un largo cabello rosado que caía por debajo de sus piernas ondulándose como si se tratara de fuego.

- Mira cómo has crecido mi niño – sonrió la anodita mayor por la emoción de estar en aquel lugar.

El castaño por fin dejó caer la barrera y la mujer se acercó hasta quedar frente a frente de ambos jóvenes enamorados. Le dedico una mirada a Blonko inspeccionándolo de arriba abajo y luego le guiñó un ojo a su nieto antes de decir:

Libres (Rookben)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora