Libres (Rookben)

VIII

¿Cuánto tiempo había pasado ya? Una semana, una semana desde que había visto al castaño por última vez. Desde aquella noche ya no volvió a aparecer en la aldea, Kundo mandó cazadores a buscarlo pero fue inútil, Ben se había ido. Al tercer día se canceló la búsqueda, el anciano calmo a todos diciéndoles que Ben se había ido porque ya tenían comida suficiente para no pasar hambre en el invierno. Pero aquello no convencía a Rook, quien salía a buscarlo cada vez que tenía la oportunidad.

Mentiría si decía que no lo extrañaba, extrañaba sus bromas, su risa, sus ojos verdes que brillaban a la luz de la fogata, y sus historias sobre las estrellas.

Dos semanas pasaron volando y Rook aún no se rendía. A petición de Rayonna dejó de salir a buscarlo e intentó olvidarlo pero, era imposible para él, por más que lo intentó aquel muchacho persistía en su mente.

- ¡ya volví! – gritó el niño al entrar en la choza yendo directamente donde su madre ignorando a Rook por completo.

Desde que Ben desapareció que Pequeño era así con él, apenas le dirigía la palabra y solo si era absolutamente necesario. También desaparecía durante todo el día, volviendo ya muy entrada la noche. A pesar de los regaños y castigos de sus padres el niño seguía escapando de casa.

- ¡¿pequeño que te dijeron sobre salir hoy?! – le regañó Shar pero el niño ni se inmutaba por ello.

- estaba ocupado – contestó este de forma tranquila, sin inmutarse por el enojo de los mayores.

- pequeño no puedes solo escaparte así – continuó Rook pero el niño siguió ignorándolo mirándolo solo a Shar y a su madre.

- lo siento mamá, Shar, pero lo que pasa es que he estado entrenando con Goot para volverme un cazador fuerte...siento si no se los dije pero siempre me tratan como a un bebé y ya estoy en edad de aprender ramakai – A pesar de la excusa no lograba convencer a Blonko, parecía que hubiera ensayado aquello varias veces antes.

- si era eso pudiste habérnoslo dicho hijo – la madre le sonrió a su pequeño y acarició a su cabeza – sé que Goot es un buen chico pero debieron avisarnos al menos.

- si mamá – aquello también le extrañaba a Blonko, pues el niño antes no mostraba ningún interés en Goot, pero de la nada ahora era su maestro, ni siquiera a él se lo había pedido.

Cuando el niño iba a irse a su cama el mayor lo detuvo.

- espera pequeño ¿quieres decirme que pasa? Ya no me hablas como antes, teníamos una buena relación antes, ¿Qué fue lo que pasó? – cuestiono Blonko pero el niño lo miró con frustración pero intentó disimularlo con una sonrisa.

- no ha pasado nada Blonko, solo que estoy algo cansado por el entrenamiento – dicho eso se alejó saltando algunas ramas hacia arriba.

- Déjalo Blonko, cuando tu comenzaste a entrenar con el maestro Kundo también hablabas menos con nosotros – dijo su madre, la mujer se notaba más relajada desde que Ben se había marchado, después de todo ya no se preocupaba de que a su hijo pudieran condenarlo por alguna acción del castaño – ya está en esa edad.

- está bien madre... - y librándose así de la conversación, Pequeño se fue a dormir.

Al día siguiente salió de casa temprano ya que su pareja lo había citado en el límite del bosque, ya que quería hablar con él. Al llegar vio que Rayonna ya estaba en el lugar mirándolo fijamente.

- Buenos días señorita Rayonna – le saludó con una sonrisa, cosa que ella no correspondió.

- hola Rook...