IV

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¿Qué hago aquí? Ben se hundió en el río mientras el agua se llevaba toda la suciedad. El agua estaba perfecta, ni muy fría pero tampoco tibia.

- ¡Oye Rook! ¡Ven a meterte al agua, está muy buena! – gritó a su nuevo amigo quien se encontraba afilando una especie de cuchillo por sobre un árbol.

- creo que prefiero seguir con esto – intentaba darle el mayor filo posible a la hoja.

- ¡tú te lo pierdes! – siguió nadando tranquilamente, aunque hacerlo solo no era tan divertido. Miró la distancia a la que Rook se encontraba y sonrió con malicia. Aquella era una buena ocasión para vengarse.

Puso su mano derecha detrás de su espalda mientras conjuraba un hechizo. Aquello iba a ser divertido. Una luz leve rodeo la rama en la que Blonko estaba sentado. Este solo escuchó un crujido antes de caer de lleno en el río mientras el castaño reía frenéticamente.

- ¡oh viejo! ¡Debiste ver tu cara! – el humano apenas podía hablar a causa de la risa. Por ello cuando Rook lo agarró de la pierna no logró escapar antes de acabar hundido en el agua. Sin haber podido tomar aire Ben salió rápidamente del agua tomando grandes bocanadas de oxígeno.

- ¡oh viejo, debiste ver tu cara! – aquella imitación no le hizo ninguna gracia al menor.

- ¡ya verás! – con una llave de judo tomó el brazo del mayor y usando su peso en contra del mismo lo volvió a arrojar de espalda al agua – te dije que no era débil – sonrió satisfecho de su acción.

Pero aquello no iba a terminar así. Rook no iba a darse por vencido y comenzó una guerra en el agua por ver cuántas veces podían hundir al otro en el agua. Al final se declaró un empate pues ambos estaban muy cansados como para continuar. Se recostaron en la orilla del río para poder secar sus ropas (en especial Rook).

- no lo haces tan mal para ser tan enclenque

- y tú tampoco lo haces tan mal, para estar tan falto de oxigeno allí arriba – ambos rieron y luego hubo silencio. Pero era un silencio agradable – tu planeta es muy hermoso

- es lindo, pero no hay mucho que ver, cada día es una rutina, levantarse al alba, salir de casería, recolectar agua, cuidar que Pequeño no se meta en problemas, todos los días son iguales.

- te entiendo, a veces solo quieres tomarte un descanso de todo aquello y ser...

- libre – ambos se miraron a los ojos en completo silencio. Ben repasaba las marcas negras del pelaje de Rook, que bajaban por su rostro hasta su torso y el contrario miraba con curiosidad todas las marcas que tenía el castaño en su cuerpo.

Los árboles se sacudieron y Ben se levantó rápidamente.

- algo se acerca... - los dos se pusieron en posición defensiva, entonces unos arbustos cercanos se movieron, alguien los estaba espiando. Ambos se miraron y Rook asintió a lo que Ben iba a hacer.

El castaño susurró un nuevo conjuro y un lazo de energía apareció en el aire y Ben apuntó hacia el arbusto, la cuerda fue directamente hacia allí atrapando a quien fuera que estuviese escondido.

- ¡Ay, espera Blonko soy yo!

- ¿Pequeño?

- ¿lo conoces? – cuestiono Ben mirando al pequeño ravonniano.

- sí, es mi hermano menor – Ben soltó a pequeño y lo dejó suavemente en el suelo - ¿Qué es lo que hacías aquí? Deberías estar ayudando a nuestra madre.

Libres (Rookben)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora