Tom no tenía idea del cómo responder a aquella pregunta.
Nadie le había preguntado cómo se sentía.
Si él se hallaba aterrado.
El por qué siempre se hallaba en su apartamento.
El por qué se cortaba las venas.
El por qué había armas en su apartamento.
Por que lloraba cada noche.
O porque nadie le amaba.
Bueno, eso era hasta donde podía recordar.
Vacilo unos momentos, mientras que los pensamientos volvían a su mente.
¿Por qué llamo siquiera?
¿Cómo fue que conseguí este número?
¿A quién le estoy hablando?
Debió haber ensayado aquello, debió haberlo pensado mejor antes, debió haber pensado que decir ante este posible escenario.
—Hola, ¿Estas allí? — El hombre pregunto, lleno de curiosidad. Su acento lo volvía difícil de entender, pero Tom sabía que es lo que estaba diciendo.
—Ayúdame— Fue lo único que se le ocurrió decir, las palabras salieron de su boca tan rápido que ni se dio cuenta, había esperado mencionarle aquello a alguien. El solo espero a alguien a quien le importase, alguien que le preguntase el porqué.
Thomas inmediatamente se sintió incomodo, hablando con alguien a quien no conocía en lo más mínimo, relatándole sus problemas.
Quería algo de ayuda, era todo un antisocial, por lo que le era difícil.
— ¿Está todo bien?— El sujeto pregunto, ahora con un tono de voz más preocupado. Aunque Tom no pensaba en que pudiera haber algo de lo que preocuparse.
— ¿Por qué estas tan preocupado?— Tom pregunto, sabiendo la respuesta de antemano.
—Bueno, mi trabajo consiste en salvar a la gente de terminar con sus valiosas vidas, por lo que debo estar siempre alerta— Tomo una breve pausa— Debo preguntar, ¿Cuál fue tu razón para llamar?
—No dejo que esos pensamientos me dejen en paz— Thomas respondió, notando que aquello no decía mucho, apretó el teléfono como si se tratase de su única salvación. Y vaya que lo era.
— ¿Qué pensamientos?
—Simplemente soy... inservible
—No lo eres, no eres inservible. Todo mundo tiene un propósito. Yo creí que esto no sería mucho, pero aquí estoy, salvando la vida de la gente— El rió.
—Lo siento pero, ¿De dónde es tu acento?— Tom pregunto.
—Noruega, y tú eres de Inglaterra, supongo. Pero vayamos al punto, tengo que preguntarte muchas cosas.
—Yo también debería preguntarte muchas cosas— Tom noto.
—Primero, ¿Cuál es tu nombre?, ¿Apellidos?— El interrogo— Asumiendo que respondas, mi nombre es Tord.
—Tom. Tom Thompson— Respondió.
—Bien, y, ¿Te autolesionas?, de ser así, ¿Qué tan seguido?— Tord pregunto.
Tom se cayó por un segundo, pensando en si podría mentir o decir la verdad.
Tras mucho pensar respondió— Pues, si, lo hago. Y no quiero admitirlo, pero vaya que lo hago seguido.
—Y, alguna vez ha tratado de cometer, ya sabes, ¿Suicidio?
—Sí, de hecho, hoy. Justo antes de llamar; el arma esta en el suelo ahora.
—Oculta el arma. Ponla en donde sabes que no lo recordaras, preferiblemente a donde nunca mires.
—Está bien— Dijo Tom, arrojando el arma por el cuarto, se estrello contra la pared, haciendo un agujero en esta.
— ¿Acaso la tiraste?— Tord pregunto.
—Puedes apostarlo— Thomas admitió.
—Una última pregunta; ¿Cómo te sientes ahora mismo?, explícamelo.
—Dios, es como si me graduase de la secundaria. Me siento realmente bien— Tom bromeo.
—Ahora dime, ¿Porque es que te sientes feliz?— Tord pregunto.
Esa era una buena pregunta. Tom no podía explicar realmente aquel cambio drástico en sus emociones usualmente negativas.
Thomas se sentía...
Ya no inservible.
Sino feliz.
—Tu— Tom dijo confidencialmente. Aun así, todo su rostro se torno rojo y tembloroso; quizá y no debió haber dicho eso.
— ¿Yo? — Tord tartamudeo.
—Me haces sentir querido.
— ¡Eso es genial!— Tord lo animó, haciendo a Tom sentirse un tanto mejor con lo que respondió.
Sus labios se curvearon, haciendo mostrar sus dientes y sus mejillas enrojecerse.
Tord le había hecho sonreír.
—Me gusta hablar contigo— Thomas resalto, olvidando sus pensamientos negativos y concentrándose en su conversación con su nuevo "amigo."
Tom realmente quería hablar con Tord. Quería que fuera lo que diría después. Sabía que aquello no sería "Suicídate"
Bien, Tom podía asumirlo. Aquí se salvaban vidas, no se terminaba con ellas, ¿No?
¿Esto era el tener un amigo?, ¿El ser querido?, ¿Tener a alguien quien espera hablar contigo?, ¿Alguien quien quiere escucharte?
Si era así, Tom lo estaba disfrutando.
ESTÁS LEYENDO
Death Hotline | TordTom
FanfictionTom nota que su vida se encuentra al final, pero él aun tiene esperanzas. Llama a la línea de prevención del suicidio en busca de ayuda, pero por accidente termina enamorado de la persona detrás de la linea. ¿Acaso él siente lo mismo? »Historia orig...