011. Amor embriagado

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—Puedo explicarlo— Tom dijo, sorprendido por las acciones y afecciones de Tord.

—Te amo Tom— Tord dijo— Irme ayer fue difícil para mí. Quise quedarme contigo para siempre para nunca dejarte. Tom. No abras esa caja ni toques nada en esta otra vez. No te atrevas a volver a lastimarte o a apuntarte con algún arma nunca más. Prométemelo.

Tom

Thomas no podía prometer. No podía asegurarse su amor propio.

No podía podía prometer dejar de dejarse cortes.

No podía prometer el olvidar esa caja.

Pero por el bien de Tord respondió.

—Lo prometo.

—Bien— Tord tartamudeo, reponiéndose solo para abrazar a Tom y hundir su rostro en su sudadera. Tom únicamente abrazo de vuelta a Tord.

—Te amo— Tom suspiro, cerrando la puerta del departamento.

Ambos se sentaron en silencio, así hasta que Tord lo interrumpió— ¿Tienes algo de comer? No he comido en todo el día.

Thomas reviso la hora. Eran las siete de la noche para aquel instante, vaya que el tiempo volaba.

—Fui a comprar algo hoy— Tom dijo. Levantándose del sillón y yendo a la cocina.

—Tengo pizza de microondas— Tom sugirió, tomando dos de estas fuera del refrigerador.

—Suena comestible— Tord dijo mientras que Tom ponía las pizzas en el microondas.

Ambos se sentaron a esperar en la pequeña mesas de dos sillas de Tom. Tom movió toda la basura que tenía allí, revistas, papeles, fotografías, botellas de vodka y todas las llevo a otro lado. Una de esas capto la atención de Tord.

Una polaroid. Una tanta antigua, desgastada y deslucida.

Había cinco personas allí. Una de ellas tratándose de Tom durante su juventud, pero su cara había sido removida. Había un dejo de sangre en la esquina.

Dejo de mirar. Todo aquello era de Tom.

— ¿Tienes velas?— Tord pregunto, una idea estúpidamente tierna cruzo su mente.

— ¿Para qué?— Tom dijo, mirando consternado a Tord.

—Bueno, la primera cita debe ser especial. Las velas son algo obligatorio— Tord rio.

"Woah. Primera cita. ¿Así era como funcionaban?" Thomas pensó.

Tom no sabía, pero se dejo llevar.

—Como digas— Tom dijo, tomando una pequeña vela de un cajón. Volvió a la mesa y pregunto— ¿Encendedor?

Tord llevo su mano a sus bolsillos y tomo un encendedor rojo carmín. Un tanto viejo, pero funcionaba bien.

Se lo pasó a Tom, quien encendió la vela y la puso en medio de la mesa.

El microondas sonó y Tom le devolvió el encendedor a Tord. Cuando Thomas volvió con las pizzas la "Primera cita" había comenzado oficialmente.

•••

Una hora después de terminar de comer, Tom termino de tomar todas sus botellas de vodka. Se balanceaba en sus sillas y murmuraba palabras sin sentido. Miro a Tord y se rio histéricamente.

—Tom, estas ebrio— Tord dijo. Buscando como dejar a Tom en la silla.

—No... No lo... estoy— Thomas buscaba levantarse de la silla.

—Tom. Se está haciendo tarde— Tord añadió, mientras que dejaba los platos en el fregadero.

Tord se acerco a Tom y trato de llevarlo a su cama. Fallando miserablemente.

—Pesas bastante— Tord se quejo, aun siendo Tom tan delgado, pesaba como si aquella realidad fuera todo lo contrario.

Ahora el mayor problema de Tord sería el cargar con Tom.

•••

Tord estaba cansado. Thomas murmuraba sobre vodka mientras que, según el, hacia yoga. Cuando en realidad solo movía las piernas de manera aleatoria.

—mmmaa... yoga... hmmmmm, yogurt.... — Él dijo.

—Tom— Tord dijo acercándose a Tom— Ve a dormir.

—No.

Cinco minutos después, el se hallaba roncando.

Death Hotline | TordTomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora