Capitulo 3

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•Sasuke•

Mientras estaba abducido en mis pensamientos oigo la puerta abrirse y como esperaba un ángel del cabellos rosas y ojos jades entra a la habitación con una sonrisa que podría iluminar toda la habitación si estuviera a oscuras.

Lleva puesta su bata blanca como todos los días, pero como todos los días la lleva sin abrochar dejándome ver la ropa que lleva puesta. Lleva puesta una blusa azul oscuro y unos vaqueros negros. Aunque a mi me da igual lo que lleve puesto siempre deslumbra.

-Buenos días Sr. ...digo Sasuke- me dice.

Me encanta ver que aunque intente tutearme le cuesta debido a su enorme profesionalidad.

-Buenos días Doctora-le digo con una sonrisa de lado
-Enseguida le traeré su desayuno- me dice intentando salir de la habitación pero estiro mi abrazo agarrando su muñeca para evitar que salga de esta.

-Puedes esperar, todavía no tengo hambre- le digo sin soltar su muñeca. Su piel es tan...suave.

Ella se limita a asentir con la cabeza, le suelto la muñeca y ella se sienta en la silla que hay  al lado de la camilla.

-Bueno...-digo rompiendo el silencio que se había instalado en la habitación- ¿cuándo me darán el alta?
-Pues...yo creo que mañana...por la tarde- me responde a mi pregunta.

Asiento con la cabeza y clavo  mis ojos ónix en los suyos quedándonos así por segundos.

-Estos días te he contado muchas cosas sobre mi pero... no sé nada de ti-le digo- Bueno en realidad solo sé que odias a los policías.

Al decir eso ella se ríe un poco pero al instante cambia su expresión a una más triste. Y me doy cuenta de ello.

-Sí no quieres hablar de ellos lo entenderé- le digo mostrándome comprensivo.
-No, de hecho te dije que te lo contaría, en estos tres días te he ido conociendo mejor y la verdad no eres como dicen las revistas- me dice
-¿Y que dicen las revistas de mi?- le preguntó con una sonrisa ladina.
-Bueno... que eres un tipo serio, amargado que la riqueza te ha hecho muy sober...
-Que maja la prensa rosa.-digo interrumpiéndola.
-Pero en estos tres días he comprobado que no es así- me dice con sonrisa sincera.

Esas palabra hicieron que mi corazón comenzase a latir más rápido.

-Un día dos policías llegaron para interrogar a mi abuela, ella estaba muy mayor y enferma, yo era muy pequeña y no pude impedir que entraran, uno se quedó conmigo y el otro entró, le preguntó algo que le provocó un infarto y...murió-me explicó

Pude notar que cuando termino una lágrima salió de su ojo.

Me incorpore en la camilla y acerque una mano  a su rostro y limpie la lágrima que se había empezado a deslizar por su rostro, comencé a acerca hacia a mi, para abrazarla.

-Ayer me dijiste que no me parecía a mi madre, es por que soy adoptada-me confesó- después de que matasen a mi abuela, me llevaron a un orfanato, sufrí un infierno-me confeso

No la solté en ningún momento, la abracé y le acariciaba el pelo para tratar de tranquilizarla. Estuvimos así durante cinco minutos hasta que levanto su cara de mi hombro. Se veía un poco más tranquila, me mostró una sonrisa y me dijo:

-Gracias.
-¿Por qué?- le pregunte
-Por ser tan comprensivo con una persona que conociste hace tres días- me dijo sin quitar la sonrisa de su rostro.
Nos quedamos mirándonos durante segundos
poco a poco me fui acercando a ella, me moría por besarla, ella también se fue acercando a mi y no resistí.La bese.

En ese momento sentí que estaba en el cielo sus labios eran muy suaves y carnosos.Me encantaba.
Pero como yo suelo decir la felicidad dura poco y a los 30 segundos se separa de mi.

Mi Doctora Donde viven las historias. Descúbrelo ahora