One Shots (Shawn Mendes)

Profesor (Parte II)

—¿Vendrás con nosotras?

—Voy a quedarme para ver el ensayo de las animadoras.

—A mí se me hace que es otra cosa. —Ambas me miran con una sonrisa en los labios, subiendo y bajando las cejas divertidas.

—Bueno, lo que sea que piensan que es, no lo es. —Me despido de ellas y entro al edificio. Camino por el pasillo hasta llegar a un baño y empujo la puerta. Me observo en el espejo un par de minutos. Me arreglo un poco el cabello con los dedos. Me subo la falda un par de milímetros y acomodo el dobladillo de mi blusa abriéndole un botón.

Salgo de ahí con mi mochila en el hombro. Rondo por el pasillo unos minutos mientras que espero a que los demás desaparezcan y finalmente todo esté vacío.

Me aseguro de que no haya nadie y camino hacia la sala de música. Asomo mi cabeza. Por la pequeña ventana de la puerta, veo a Shawn sentado con una guitarra.

Toco la puerta y él levanta la cabeza. Una sonrisa se asoma en su rostro cuando me ve. Se levanta de la silla, dejando la guitarra a un lado y se aproxima a mí.

Me hace pasar. Le sonrío coquetamente mientras cierro la puerta a mis espaldas, sin quitar la mirada de él.

Tiro mi mochila al suelo y me aviento a su cara, juntando nuestras bocas en un beso desesperado y salvaje. Él, sin decir nada, me sigue el beso, poniendo sus manos en mi cintura, atrayendo mi cuerpo al suyo.
Coloco mis manos en su cabello, mientras ambos intentamos avanzar hacia la pared sin tropezar. Me pega contra ésta sin quitar sus labios de mí, y desliza ambas manos por mi trasero. Levanta una de mis piernas y la enredo en su cadera. Mete su mano debajo de la falda y empieza a acariciarme como loco.
Me separo unos segundos para recuperar el aire. Pongo mis manos en su pecho mientras respiro agitadamente. Shawn me observa con una sonrisa.

—¿Acaso prácticas con los demás profesores? —Habla con la voz ronca y agitada.

—¿Me estás diciendo que soy fácil?

—No. —Da otro respiro. —Intento decirte que eres muy buena es esto.

—Me lo dicen seguido. —Sonrío de lado.

—¿Tienes novio?

—¿Siempre hablas cuando estás en este tipo de situaciones? —Me separo de él cansada de su voz. Si quería conocerme, mejor me lo hubiera dicho antes de quedarme después de clases.

—Eres mi alumna, debería de saber cosas sobre ti.

—Yo no opino lo mismo.

—Vamos, Sam. —Me acerca a él de nuevo, y toca mi trasero, pegándome a su pantalón. —Te gusta mejor así, ¿no? —Pregunta y yo asiento con una sonrisa coqueta.

Le cojo las mejillas y beso sus labios por un par de segundos.

—Sígueme. —Lo agarro de la mano y salimos del aula. Caminamos hasta dar con el primer baño que encuentro y nos adentramos a éste.

Apenas le pongo el seguro a la puerta, Shawn no pierde tiempo y ataca mis labios.

—No vayas a hacer ruido. —Sugiero antes de llevar mi mano a su pantalón.

Él me ignora y se dedica a acariciar mi pierna y muslo hasta llegar a mi ropa interior. Echo la cabeza para atrás mordiéndome el labio. Me carga y me coloca sobre el lavado. Shawn baja lentamente y se arrodilla frente a mí. Separo mis piernas un poco y él las coge para ponerlas sobre sus hombros. Corre mis bragas y acaricia mi punto sensible con lentitud.

Mierda. Esto es el paraíso.

Siento su aliento peligrosamente sobre mí y sin dejarme decir nada, siento esa fascinante sensación en mi interior. Su nariz toca mi zona, muerdo mi labio fuertemente para no dejar escapar un gemido, pero me es casi imposible. Uno de sus dedos se adentra en mi, luego dos, y finalmente son tres.