One Shots (Shawn Mendes)

Preguntas (Parte III)

—Heriste su ego, eso es todo.

—De todas formas no tenía porqué llamarme zorra.

—Lo sé. No lo justifico, es un estúpido. Pero Sam, si a un chico le dices que olvide lo que pasó justo después de haber tenido sexo, no esperes que te trate como reina.

—¿Cómo sabes sobre eso? —Sonrío picarona y ella se sonroja.

—Todos saben eso, idiota.

No quito la sonrisa de mi cara y ella solo se sonroja aún más.

—Soy virgen, imbécil.

—Lo sé. Solo te estoy jodiendo.

—Como sea. Lo que te recomiendo es que vayas al departamento de mi hermano y hables con él.

—¿Por qué lo haría? No lo quiero ni ver en pintura.

—¿Esperas que él te busque y solucionen las cosas?

—No quiero sonar mal, pero ni siquiera éramos amigos. Antes de habernos acostado, apenas nos saludábamos.

Aaliyah suspira. —Como sea, creo que vendrá a cenar.

—¿Shawn?

—No, mi novio.

—¿Qué novio? —Me burlo. Ella ríe.

—Exacto. Y tú te quedarás a cenar también.

—Pero no he dicho que si.

—Bueno, ya le dije a mamá que si por ti.

—Te odio.

—Sé que me amas.

Bufo y me levanto de la cama. —De acuerdo. En caso de que hable con él, ¿qué esperas que le diga? ¿Que lo siento por haber herido su ego? No, por supuesto que no.

—¡Sam, Aaliyah! ¡La comida ya está lista! ¡Bajen a comer!

Miro a la castaña con algo de miedo.

—No quiero verlo.

—Si, si quieres. No seas gallina y vamos.

—No, Aali- —No me deja terminar y me jala consigo al primer piso.

Karen nos entrega nuestro plato a mí y a su hija y nos sentamos en la mesa. Manuel y Shawn ya están ahí. Aparto la mirada del castaño rápidamente y me siento al lado de mi amiga. Karen llega se sienta y nos ponemos a comer. Many y Karen se ponen a conversar del trabajo y de la vida, realmente no les presto atención. Aaliyah está checando disimuladamente su teléfono por debajo de la mesa, y Shawn nada más come en silencio, al igual que yo.
Hasta que siento algo entre mis piernas. Llevaba un vestido puesto, y el tacto de aquella cosa me sobresaltó. Me remuevo incómoda en mi sitio y y miro para abajo. Es un pie.

Miro alarmada hacia los papás de mi amiga. Luego, miro al canadiense y me doy cuenta que está sonriendo, más no me está viendo.

El pie de Shawn hace contacto contra mi zona femenina y ahogo un gemido. Cierro los ojos sin poder hacer otra cosa y hago puño mis manos. Empiezo a respirar pesadamente. Dios mío, me voy a vengar de Shawn.

—¿Y tú Sam, como vas con el colegio? —Karen me sorprende. La miro algo nerviosa y trago saliva antes de responder.

—Uhm... —Se me dificulta pronunciar alguna palabra, pero me las ingenio para decir algo. —Voy bien. —Asiento repetidas veces y le sonrío. Agarro el tenedor con fuerza para no gemir cuando siento otra vez el pie de Shawn dando vueltas entre mis piernas.