One Shots (Shawn Mendes)

Los actos tienen consecuencias (Parte II)

—Okay, okay, tú ganas. No hay necesidad de repetirlo mil veces. —Su voz alta llena la sala de estar mientras entramos a la casa.

—Parece que el par de enamoraditos está de vuelta. —Geoff de hace presente de la cocina con un comentario sarcástico tan pronto como se da cuenta que estamos aquí. —¿Ya llegaron? No pensamos que vinieran a casa antes de la cena. —Cuestiona. Se va al sillón y coge el control remoto.

—¿Que? ¿No nos quieres en casa? —Shawn pregunta sarcásticamente.

—Ya ordenamos pizza pero no ordenamos para ustedes. —Geoff Dice tomando asiento en el sillón.

—Supongo que no es un problema mientras haya algo que comer en el refrigerador. —Shawn se encoge de hombros.

—¿Brócoli? —Intenta Geoff.

—Maldición, hombre, ¿quién mierda está a cargo de ir al supermercado esta semana? —Shawn de queja yendo a la cocina. Lo sigo sin decir una sola palabra, pero apenas entramos, me arrepiento de haber venido con él.

Brian está parado en la cocina, apoyado sobre sus codos mientras usa su teléfono. Cuando escucha a Shawn saludarlo, levanta la cabeza hacia nosotros y nos saluda de vuelta. Pero noto una pizca de tristeza en sus ojos, como en la mañana cuando desayunábamos.

—Hey, Brian, ¿estás bien? Te ves un poco decaído. —Shawn al parecer lo nota también.

—¿Yo? Oh, no, solo estoy cansado. —Miente el rubio. Yo sé que no es solamente "cansado". —¿Como la pasaron? —Trata de cambiar de tema.

—Uhm, no mucho. Estuvo bien, lo usual. —Responde Shawn mientras que yo no digo nada de nada.

Es solo que siento tanta culpa en mí, que no me permito actuar normal o decir algo en frente de ambos, juntos.

—Bien, uhm, yo... creo que iré a arriba. Estaré en mi habitación por si me necesitan. —Trata de sonreír pero miserablemente falla. Shawn y yo asentimos.

—¿Quieres ir a arriba también? —Me pregunta después. Asiento con una sonrisa falsa.

Una vez que estamos ya en la habitación, se siente tan raro con la presencia de Shawn, el estar de nuevo con él. Huele a traición. Y no se siente bien del todo.

—Shawn. —Dejo salir un jadeo cuando él trata caballerosamente de ponerme contra la pared y empieza a besar mi cuello.

—¿Que? —Dice en un jadeo que sale de su boca en forma de queja y diversión al mismo tiempo.

—Ahora no. —Trato de separarlo de mí y me mira.

—¿Por qué? —Se acerca cada vez más a mi rostro hasta que nuestros labios se tocan en un beso simple.

—No tengo ganas de hacerlo ahorita. —Arrugo la nariz. 

—Vamos, Sam. No vamos a vernos por un tiempo... —Intenta de nuevo yendo más cerca por mi cuello y esta vez, lo dejo.

Sus labios gentilmente dejan besos en mi piel, dejando zonas húmedas. Yo exhalo.

—No recuerdo haber accedido a esto, señor. —Lo provocó sonriendo, poniendo mis manos en su pecho y alejándolo con cuidado de mí. —Además, aún tienes que llamar a tu madre, ¿recuerdas? Te dijo que la llamaras apenas llegaras a casa. —Señalo. Él deja salir otro quejido.

—Tienes razón, lo olvidé. —Deja caer su cabeza para atrás. —Mi teléfono está en la cocina. Iré a traerlo y regreso. —Dice antes de dejar la habitación sin cerrar la puerta.

Meneo la cabeza sonriendo como una tonta y me hago una coleta alta, pero veo una figura familiar parada en la puerta

—¿Brian? ¿Qué haces aquí? —Frunzo el ceño.