Extremadamente Shawn

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Apenas pongo un pie dentro de clases, veo a la chica más bonita y caliente de la tierra.

—¡Shawnie! —Su delgado cuerpo se abalanza sobre mí, rodeándome el cuello, y besa mi mejilla.

En mi mente solo imagino como podría follarla una y otra vez, hasta que ninguno de los dos pueda caminar. Su ardiente cuerpo sobre el mío, gimiendo mi nombre de la manera más sexy posible, restregando sus grandes pechos sobre mi rostro, con mis manos sobre su asombroso trasero, diciéndole al oído cuánto la deseo.

Mi fantasía sexual con ella es más grande que mi pija. No miento. Desde que aprendí lo que era el sexo, no pude dejar de pensar en ella. Y en mi cama. Y en la gran combinación que harían junto conmigo. Y me vuelve loco cada vez que la veo caminar, o hablar, o reír, incluso cuando solo está sentada, pensando, sin hacer absolutamente nada. Mis ganas de tener un caliente noche con ella son imaginablemente grandes.

Como la primera vez que la vi con un vestido que ni siquiera era tan corto. Yo tenía doce y ella diez. Y dolió como los mil demonios cuando mi amigote se puso duro y se paró. Frente a ella. Fue un momento muy difícil e incómodo. Ella no tenía ni la menor idea, y tuve que irme de su casa por ese motivo. Esa noche me masturbé como no tienen idea, y gemí su nombre numerosas veces hasta que no pude más.

Les presento a Sam, mi mejor amiga. La única razón por la cual a veces me rasuro.

Le agarro la cintura para separarla de mí. Parece exaltada.

—¿Tanto me extrañaste? —Bromeo y bajo la cabeza y la miro sonriendo.

—Por supuesto que si. —Dice en tono obvio. —Y necesito pedirte un favor. —Sonríe inocentemente. La miro atento esperando a que me diga lo que quiere.

Y cuánto hubiera dado porque me pidiera que la folle.

—¿Puedes pasar por mí antes de ir a casa de Jackson? —Pide.

—¿Vas a ir a esa fiesta? —Pregunto desilusionado.

—Si. Y estoy molesta porque no me avisaste que habría una. —Espeta.

—Bueno, lo siento, lo olvidé. No pensé que fuera tan importante. Sabes que simplemente podríamos quedarnos en tu casa y ver películas. —Miento. El punto de no haberle dicho, era que no fuera, y de esa forma la tendría solo para mí en su casa un viernes en la noche, en donde podría intentar meterme entre sus piernas.

—Si, pero va a ser divertido. Va a ver licor, chicos, y bueno, chicas para ti y buena música.

Claro. Licor. Podría emborracharla, comenzaría a decir estupideces, coquetearía conmigo y diría cosas como "Estas tan bueno, Shawn", y de esa forma ambos terminaríamos en la cama.

Pero por más desesperado y necesitado que estaba por hacerla mía, no me convencía del todo hacer eso. La respetaba por más que no pareciese y no me parecía apropiado llevarla a la cama en ese estado.

—Voy a pensarlo. —Me hago el difícil.

—Por favor. —Ruega en un tono insistente. —No tengo quien más me pueda llevar.

—¿Por qué estas tan desesperada por ir? —Abro la boca sin pensar, pero es que de verdad me molesta el hecho de que quiera ir a la fiesta que Jackson está organizando.

Ella me mira con el ceño fruncido y abre la boca para decir algo, pero nada sale de sus labios. Se da media vuelta y se va contoneando sus caderas.

Y por momentos como esos es que no me puedo controlar. Mi miembro comienza a doler con solo mirar su redondo culo moverse de un lado a otro. Verla alejarse me hace querer correr hacia ella y clavársela por detrás.

One Shots (Shawn Mendes)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora