EPISODIO 12: Noche sin luna
Esa noche era más fría de lo habitual, podía notar el frío viento en su rostro haciendo que su cuero cabelludo se echara hacia atrás. Tras mirar de nuevo hacia arriba admirando la hermosa y blanquecina luna aulló fuertemente para anunciar a los presentes la llegada de la esperada luna llena.
Se encontraba en lo alto del castillo, caminando temerario y a sus anchas sobre el peligroso tejado cuando escuchó la respuesta de sus hermanos, necesitaba correr hacia el bosque junto a ellos, y comenzar aquella noche de caza. Aquella noche en la que sentiría la sangre de sus víctimas sobre sus labios, saboreándola con placer. Hacía bastante tiempo que no cazaba y había llegado el momento de volver a adentrarse en lo prohibido. Así pues se lanzó empicado hacia el suelo; para cualquiera una caída así podría haber supuesto su muerte, pero no para él, la sangre de la bestia corría por sus venas proporcionándole vida inmortal; y acto seguido corrió hacia el oscuro y peligroso bosque hasta perderse de vista.
***
A la mañana siguiente, se encontraba sentado en su viejo sillón de terciopelo mientras admiraba el fuego, por primera vez en su vida no pensaba en la muerte mientras lo admiraba, si no que por el contrario pensaba en su experiencia vivida la noche anterior, después de haber saciado su hambre, después de haber asistido a una noche de caza en el bosque oscuro, se sentía bastante complacido, ahora podría volver a centrarse en la enfermedad, después de haber disfrutado de nuevo, después de haber liberado a la bestia una última vez. Pero entonces ocurrió, dejándose llevar por sus recuerdos, la recordó a ella, haciendo que todos sus principios se vinieran abajo, haciendo que su placentera noche de caza quedase en el olvido, sin ella ya no lo quedaba nada por lo que seguir luchando contra la enfermedad. Fue entonces cuando su rostro se tornó triste, haciendo que la persona que acababa de entrar sigilosamente en la habitación lo mirara desorientado.
- ¿Por qué estás aquí Charlie?.- preguntó el amo al percatarse de que el hombre había entrado en su estudio, no necesitaba mirarle a la cara para saber que se trataba de él, podía reconocer bien a las personas por su olor, era algo que podía hacer gracias a que poseía sangre de lobo.
- Esto ha ido demasiado lejos...- comenzó el hombre, el cual no parecía contrariado de que el amo supiese quién era sin mirarle a la cara.- ...no dejaré que me arrebates a mi Rosalie.- proseguía mientras el amo se giraba para mirar a su rostro al escuchar el nombre de la mujer que tanto le importaba.- Ella no te pertenece, no te atrevas a...- le amenazaba el anciano con odio en los ojos, mientras no movía ni un músculo y mantenía su mirada fija en los ojos del amo, los cuales eran de un azul intenso.
- Ella ya ha hecho su elección, como tu hiciste la tuya.- le informaba el amo mientras le miraba pacíficamente, en aquella ocasión la tristeza de sus ojos había desaparecido, haciendo que el castillo se quedase sin amo al que culpar de la tragedia.
- Sabes que yo no tuve elección, si no la hubieses elegido a ella...- le recriminaba el anciano mientras le miraba con odio, y recordaba el pasado.
- Charlie... ¿Aún guardas ese rencor? ¿Aún no has podido perdonarme que no te eligiese a ti?.- preguntaba el amo sabiendo perfectamente cuál era la respuesta, y en ese momento supo que había sido una decisión acertada la que había tomado tiempo atrás, pues Rosa era mejor persona que él. Ella nunca le recriminaría a él, el haberla retenido.
- ¿Por qué la elegiste a ella y no a mí?.- le reprochaba dejándose llevar por la furia y el dolor que estaba sintiendo en aquel momento.
- Ella me demostró su lealtad.- le informó el joven con serenidad, pero al notar que el hombre no estaba de acuerdo con su punto de vista, añadió.- Además, ella me demostró buenos sentimientos al querer marcharse para salvar a su hija, no podía dejar marchar a alguien tan valioso y bueno como ella.- le aclaró mientras miraba a un furioso Charlie, que acababa de comprender el sentido de sus palabras.- Entonces me pidió que te dejara ir para que salvaras a vuestra hija, pero tú no estabas de acuerdo. ¿verdad? Charlie.- le amonestaba el amo mientras le miraba con frialdad.- a ti no te importaba tu hija, no te importaba si ella vivía o moría, tan solo querías permanecer aquí para conseguir la inmortalidad, para conseguir mis favores...- continuaba el amo mientras notaba como Charlie enmudecía cada vez más, pues el amo tenía razón en cada una de las palabras que pronunciaba.
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El Castillo Triste | COMPLETA
WerewolfPrefacio: En un triste castillo, muy difícil de encontrar, vivía un hombre extraño, el cual aparentemente no envejecía, era humano y con figura triste, que solía sentarse en su viejo sillón de terciopelo junto al fuego. Este hombre nunca podría ser...