Mi gran secreto (ErrorxInk-HorrorxLust)

Los gemelos, Horus y Lucero

Horror llegó al hospital para encontrar a Gradient asustado y preocupado.

- Donde esta Lust?

- Están operando a Lust ahora.

- Operando? Qué fue lo que pasó?

- No lo sé.. el médico nos dirá .. 

- Aún no te dicen nada?

Este negó con la cabeza.

Pasaban las horas y nadie les decía nada. Hasta que el médico de Lust apareció con un semblante muy serio.

- Doctor! Lust cómo está? Y los bebés?

- Tengo que ser sinceros con ustedes...los bebés están por ahora estables. Pero Lust.. no creemos que pase de esta noche.

- Que? Pero que fue lo que pasó...

- Su cuerpo inicio un auto aborto, creemos que es en parte por la inyección de lujuria que modifico su ADN. Logramos salvar a los bebés pero perdió mucha sangre.

Horror se desespero quería ver a Lust. El doctor le dijo que los llevaría.

- Espera Horror, ve a ver a Lust, yo veré a nuestros hijos.

- Esta bien.

- Por aquí - indico el médico.

Horror entro y abrazo a este que tenia cables por todos lados y estaba inconsciente. Estaba sin el vientre, y muy débil. Su semblante era casi de muerte.

- No mi amor...no, por favor resiste. Tienes que conocer a tus hijos..- le daba leves besos en la boca. El doctor lo dejo a solas.

Gradient fue a ver a los bebés y sus lágrimas no dejaban de caer.

La bebé era hermosa, dormía profundamente. Tenía un leve rubor moradito con puntitos azules. Era perfecta. Su rostro se parecía al de Lust, pero sus ojos a los de Gradient.

Y el bebé de Horror era sano y fuerte, estaba despierto, succionaba su manito mirando a Gradient tiernamente. Era como ver a un mini asesino y no poder resistirse de lo tierno que se veía.

Se dio cuenta que nunca pensaron nombres para los bebés.

Era de madrugada, Ink y Error llegaban al hospital. Gradient se refugiaba en los brazos del pintor como un niño con su madre sin poder soportar aquella situación.

Horror por su parte no dejaba de lado a Lust. Este seguía inconsciente y sin dar respuesta de alguna recuperación.

Comenzaron a despedirse uno por uno a pedido del doctor. Era muy doloroso de ver. La tristeza había invadido a todos. Un momento qué sería de plena alegría ahora se había convertido en luto completo.

Horror pidió a los médicos que llevaran a los bebés ante Lust.

- Debe conocerlos... deben despedirse.

Tomó en brazos a su hijo y lo apoyó cerca del rostro de Lust. El bebé podía sentir el aroma de su mamá y con sus manitos buscaba el calor del morado.

Horror no ocultaba sus lágrimas. Estaba perdiendo al amor de su vida. La enfermera ayudó a que el otro bebé también se despidiera.

Luego esperaron. Dos horas, tres horas....

Las horas seguían pasando.

Pero para el morado, que había sentido cada beso, cada despedida. Le era imposible por el momento reaccionar.

Su alma deambulaba sin rumbo hasta que sintió una voz familiar.

- Lust verdad?

Giro para ver a un esqueleto alto, delgado. Tenia una bufanda roja rasgada y con polvo. Sus ojos se veían tiernos y a la vez algo fríos y distantes.