In The End

167 12 0
                                    

Con la vista pérdida me fijo mejor en mi interior. La cabeza me pide que la deje de sofocar con pensamientos suicidas y pensamientos que lleven el nombre de Luna. A veces me pregunto cómo es posible que alguien me traiga tan pendejo. En especial aquella criatura de 16 años, qué demonios tiene que estoy tan enculado con ella ("estúpida! Estúpida pregunta Fabricio!!").

En mis auriculares suena "I Don't Care" de Apocalyptica.

Siento que una gota cae por mi mejilla:

a) ha empezado la lluvia.

b) mis ojos ya se mandan solos y liberan lágrimas a su gusto.

Afortunadamente no es ningún de esos incisos y sólo es una gota de sudor. (Uff). Me paso una mano por mi frente sudorosa y por impulso hecho la cabeza hacia atrás, cuando de repente los gritos de unos pequeños casi causan que me caiga de la banca en la que estoy sentado. "Que niños más inocentes". Una sonrisa se apodera de mi rostro. Hace tiempo que no siento ternura al ver a unos niños jugar tan ingenuamente.

Mi mente se sofoca al momento en que le llegan imágenes de la nena entre mis brazos.

"Luna Luna Luna. Dónde estas mi amor!?"

Continuando con mis escasos recuerdos:

Después de aquel encuentro que termino más que mal (*iceberg*), me propuse olvidarla, sacarla de mi mente, de mi alma, de mi cuerpo, de todos los lados donde ella estaba. No me gusto para nada su actitud tan cruel y fría.

La nena como era de esperarse me buscó, me mandó mensajes, me llamó, grabó su bella voz y me la mandó. (Fuck)

Tengo que admitir que le conteste aquellos mensajes de una manera demasiado violenta y culera pero creía que eso era lo que se merecía.

La acorrale dándole dos opciones: 1) que vaya a verme a casa o 2) que se olvide de mi.

Un lunes fue a verme. Pero no por sí sola, la tuvo que llevar mi gran amigo Char (*sarcasmo*). Hubo una gran diferencia de su actitud no lo niego, aquello fue suficiente para que olvidara el incidente del otro día.

Tocó la puerta de mi casa, sabia que era ella, algo dentro mio me lo decía. Me miro y en ese mismo instante se arrojó a mis brazos y me hizó sentir de una manera en la que sólo ella sabia hacerme sentir. La mire a los ojos y vi felicidad y dicha. A lo mejor sólo veía en ella lo que quería ver, pero Oh Por Dios!! Que bien sabe fingir esa niña!!!

La invite a pasar y nos dirigimos al cuarto de mis padres, ella se sentó en la cama con las piernas encogidas y sus brazitos al rededor de estas, se las abrazaba tiernamente mientras que hablaba y me sostenía la mirada, difícilmente pero al menos hacía el intento. Estaba tan dulce y tan suplicante que no podía negarle absolutamente nada, esa mirada era tan suya, tan de esa nena de 12 años que alguna vez estuvo enamorada de mi. Podría ser todo lo que ella quisiese, podría darle todo lo que ella quiera, todo lo que ella me pidiera, con la única condición de que me siga viendo de esa manera tan delicada e infantil.

La tentación me envolvió y poco a poco me fui acercando a ella, hasta que al estar a unos pocos centímetros de su bello rostro ella decidió corresponderme el beso. Como una inocente princesa se dejo envolver en aquel 'peligroso' juego de enamorados.

Digo 'peligroso' ya que Char aun seguía afuera de mi casa y quien sabe que podría haber pasado si entrara y nos descubriera en ese beso tan puro y angelical. El beso sólo existió en aquel momento ya que con el paso del tiempo los besos fueron sabiendo más agrios y mas amargos.

Llegó el momento de irse y Char tan sólo me permitió despedirme de la nena con la mirada. Se la llevó, Char se la llevó fuera de mi alcance. Él, que la llevo hasta mi fue igual quien la alejó de mi lado. Ahora igual que en aquel momento.

Apocalipsis Libro #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora