Ven

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Me veo en un rincón llorando con las piernas encogidas y ensangrentadas y con las manos sucias en mis oídos, como impidiendo que algo entre o que algo salga de ahí. Las drogas me dejan en un momento de demencia infernal que no logro superar con nada. Son como animales salvajes que me hieren internamente.

Me dicen que ella me ama, que me ama tanto como yo la amo.

Mi corazón late más a prisa y mi respiración se hace cada vez más agitada. De pronto la veo con su cabello largo y rizado revoloteando a su alrededor, ella esta dando vueltas y saltando encima de los sillones negros que veo, gritando entre sonrisas y hablando entre lágrimas. Con un vestido negro de seda. En el piso veo rosas rojas con espinos que se le van clavando despiadadamente en los pies de la pequeña, veo su sangre correr, sus piernitas cortadas en gajos. Pero ella no sufre, no siente ni un solo malestar no siente dolor. La veo feliz. Mi nena es muy feliz. No esta llorando por sufrimiento, es signo de felicidad por tenerme a su lado, por que sabe que la amo pérdidamente y sin remordimientos.

Mi cuerpo tiembla sin piedad y un sudor frío me recorre todo el cuerpo. La cabeza me da mil vueltas, es como estar en una montaña rusa pero sin alguien que la detenga, siento que los ojos van a salir de su lugar y explotaran, la sangre me hierve y es como si saliera de mis oídos y de mi nariz. De pronto pierdo de vista a la niña. Ya no esta saltando en el sofá. Quiero salir de aquel cuarto oscuro y perturbador para buscar a la nena. No puedo ni sostenerme por un minuto, escucho su voz pronunciando mi nombre como un susurro que se va alejando, trato de alcanzar de alguna u otra manera aquella voz, hasta que un fuerte golpe me noquea absolutamente dejándome al parecer en el pleno real. Como en una película de bajo presupuesto grandes gotas de lluvia caen en todas las partes de mi cuerpo, algunos rayos caen y sólo espero que me caiga uno por pura casualidad.

Quedo inconsciente. El sueño cambio de escenografía. A mi al rededor esta repleto de porta retratos , ropa y juguetes regados por todo el piso. No se donde estoy. Jamas había visto esta casa. Me dirijo a lo que parece ser un jardín. Mi nena. Es ella. Ella esta aquí, la veo y se ve tan esplendida, tan madura, veo un poco más claro y logro darme cuenta que en sus brazos esta una bebe como de unos 2 o 3 años. La bebe tiene en cabello negro y rizado, su pielecita blanca y sus ojitos paren ser de un café casi negro. Veo que Luna juega con ella muy feliz. Lo que no entiendo es qué hago yo en este lugar. Es como si experimentara su felicidad, la misma en la que yo no pertenezco. Abri la puerta corrediza de cristal y trato de acercarme con los pasos indecisos hasta ellas. Uno de mis supuestos pasos silenciosos logra que ambas volteen, la bebe corre hacia mi y grita: PAPÁ!!!!!!!.....

Caigo de rodillas ante tal impresión y mi pecho golpea con el pavimento. Todo desaparece y queda igual que antes, yo bajo la lluvia y con los truenos mas ruidosos y despampanantes. Mi mano derecha ensangrentada y estirada espera la llegada de alguien que no llega.

Su tierna voz en mi oído pronunciando mi nombre en susurros. Y yo contestándole con un posesivo y al mismo tiempo débil: Ven...

Apocalipsis Libro #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora