Chronos; Χρόνος

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Haechan llevaba 15 minutos aporreando la puerta de Jisung y está no se abría. Era temprano, en eso tenía razón pero de verdad que necesitaba ver a ese pollito.

Hacía mucho tiempo que no se pasaba a ver al rubio, más que nada porque este por fin había conseguido hacer amigos y el pelinegro no quería interferir.

Después de 15 años Jisung tenía alguien dispuesto a estar a su lado y eso alegraba más que nada a Haechan.

Sin embargo la mente del mayor era un completo revuelto de sueños y realidad y no era capaz de diferenciar.

Después de aproximadamente 20 minutos aporreando la puerta el niño pequeño apareció. Sus cabellos de maíz estaban revueltos, sus labios rojos y brillantes y estaba más rojo que un tomate.

—No me digas que has estado con el hijo de Baco— El tono del hijo de Hades hizo reír a Jisung.

—¡Se llama Chenle! A parte él es especial...— Al pequeño le brillaban los ojos, Haechan tenía miedo porque él estaba creciendo muy rápido. Cuando lo conoció el pequeño no llegaba al metro y ahora media un metro sesenta. Aquel niño había crecido mucho en el poco tiempo que no lo había visto. Poco a poco estaba perdiendo los mofletes que le habían ver tan joven y su rostro se volvía más afilado.

Todavía eres muy pequeño, como tú padre adoptivo te prohíbo que estés con otros chicos. No quiero que pierdas la inocencia tan pronto. ¡Es todo por culpa de esos! Los hijos de Baco son todos unos fiesteros de mente sucia les voy a exigir que me devuelvan a mi Jisung— El pelinegro estaba actuando como una verdadera madre con miedo de que su pollito volase del nido. ¡Pero no lo podía evitar! Ver que por fin su niño se hacía mayor le dolía tanto...

Jisung simplemente calló a su mayor dándole un abrazo tan fuerte que pilló desprevenido al hijo de Hades. El menor siempre tendía a apretar con fuerza como si quisiera encoger a la persona y guardarla en su corazón así no se separaban de él nunca.

—Tengo casi 15, tú vas a cumplir 19. No es momento de estar llamándome niño pequeño si a mí edad tu ya estabas detrás de otro. A parte, Chenle es indescriptible. Mi corazón cada vez que lo ve va a mil por hora y no paro de pensar en su felicidad. Antes todo era muy solitario y con él no veo más que luz. ¡Hace que no tenga ganas de dormir!— Aquellas tiernas palabras del pollito hicieron que Haechan quisiera parar el tiempo. No quería más que estar junto a ellos, su familia. No quería a nadie más.

Quería que todo se solucionase por un milagro. Que Cronos desapareciera de su mente y pudiera recuperar por arte de magia la confianza que había perdido con Taeil. Porque cada segundo separado de él le dolía cada vez más.

—Me alegra que estés feliz, pollito. Sabes que esto no lo digo en serio, aún así me gustaría que me presentase algún día a tu novio. De lejos veo que es buen chico y sé que todos de su familia tienen un gran corazón. Él te cuidara todo lo que no pude cuidarte a tí.—

Al entrar en la cabaña pudo notar que está había cambiado. Jisung había puesto fotos en el salón de esta. El niño rubio había tomado muchas fotos a su novio mientras esté hacía cosas, algunas de las fotos eran del pelimorado pintando o tocando el piano. También había otra instantánea en el que ambos se les veía viendo una película acurrucados y otra en la que estaban haciendo ¿galletas?... Haechan sonreía al ver esas fotos en el gran salón lleno de plantas y velas. Aunque no de esperó que Jisung mantuviera aquella foto.

Cuando ambos ganaron la carrera de captura de banderas. Aquella noche Jisung y el terminaron en el mismo equipo siendo fatídico para el equipo contrario. Juntos ganaron a los hijos de Hermes y Ceres. Al terminar se tomaron una foto, el rubio subido a los hombros del mayor mientras sostenía la bandera con el signo de Hipno en él. En aquel entonces tenían 14 y 10 años, se veían tan pequeños...

—Es respecto a tu abuelo— Jisung volvió al salón con dos chocolates con nubes para beber. El menor ya sabía de las preocupaciones de Haechan. No le gustaba hacerlo pero de vez en cuando se preocupaba por como se encontraba el pelinegro y por ellos se adentraba en sus sueños descubriendo cosas horribles...

—Eres muy travieso, aún así sabes que no me importa que te metas en mi mente— Había pasado mucho tiempo desde que Haechan había venido para preguntar sobre sus sueños pero en ese instante era el momento adecuado. Descubrirían la verdad después de tanto tiempo.

—Creo que esta será la última vez que tenga que hacerlo— Farfulló el menor situando su mano en la frente del mayor para adentrarse en su mente.
Una última vez y podría despertar de aquella incertidumbre.

Sin embargo no pudo ser, la puerta de la cabaña se abrió con fuerza y el novio del rubio apareció sin aliento.

—¡Taeyong ha vuelto!—

Todos pensaron que aquello era un sueño.

Puesto que el joven chico que desapareció hacía muchos años ahora se encontraba en lo alto de la colina subido a su fiel Pegaso.

Taeyong había vuelto.

𝐂𝐚𝐦𝐩𝐨𝐬 𝐄𝐥𝐢𝐬𝐞𝐨𝐬; 𝐓𝐚𝐞𝐡𝐲𝐮𝐜𝐤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora