𝐓𝐡𝐚𝐧𝐚𝐭𝐨𝐬: Θάνατος

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Haechan no sentía su lengua

El Jägger le había afectado enormemente

Quería besar

Quería rodear sus piernas entorno a la cintura de una persona que ni existía

Y dibujar sobre la piel de él

Hacehan no sabía que hacía

Estaba borracho

De amor

Y de alcohol

Solo quería besar al de cabellos rubios

Y rodear cada centímetro de su piel con sus labios


Pero no pudo.


Tambaleándose salió de su cuarto

Necesitaba aire fresco, necesitaba ver las estrellas.

Sus pies se arrastraban por la colina

La luna le iluminaba, la luna esperaba cautelosa

Esperaba a que el pelinegro se diera cuenta.

Se diera cuenta que el dolor al igual que la felicidad siempre van de la mano.

Que ambos no duran para siempre y que lo que necesitaba aquel adolescente estaba a unos metros de él.

Con el pelo rubio lleno de tierra, los ojos llorosos.

El rubio corría hacia él y el pelinegro no era capaz de procesar aquello.

Su cerebro no estaba lo suficientemente sobrio para saber qué aquel chico era con quién había estado soñando.

—No corras, te caerás.— Su lengua no quería ayudar, su voz sonaba más rota de lo normal.

El joven rubio respiraba agitada mente, él quería hablar pero sus pulmones no se lo permitían.

—Estoy perdido... No recuerdo
nada...—El chico había recuperado el aliento pero no se le entendía bien a causa de las lágrimas que rasgaban su voz.

—¿Cual es tu nombre, guapo?—

—Moon Taeil, creo. Solo recuerdo ese nombre y el de Lee Donghyuck...—

—Ese soy yo—

Y pensé a la confusión del más mayor, pesé a no saber nada, este sonrió. Porque si aquel chico era Lee Donghyck las cosas podrían no ser tan malas.

Aunque esto hizo que el pelinegro se desmayara.


La sonrisa del rubio





Y el alcohol




Pero sobretodo la sonrisa del rubio.

𝐂𝐚𝐦𝐩𝐨𝐬 𝐄𝐥𝐢𝐬𝐞𝐨𝐬; 𝐓𝐚𝐞𝐡𝐲𝐮𝐜𝐤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora