𝐂𝐚𝐦𝐩𝐨𝐬 𝐄𝐥𝐢𝐬𝐞𝐨𝐬; 𝐓𝐚𝐞𝐡𝐲𝐮𝐜𝐤

𝐂𝐞𝐫𝐞𝐬; 𝐂𝐞𝐫𝐞𝐬

Jaehyun sabía que Taeyong estaba vivo. Tuvo un sueño en el que él aparecía sentado en un trono, las siglas SPQR tatuadas en un muñeca mientras el sostenía un cetro y le ponían una corona de laurel. Taeyong estaba vivo y se encontraba en un sitio al que no pertenecía. Las imágenes del sueño cambiaron y apareció su madre "Honrame, ellos me secuestraron. Merecen el mayor de los castigos"

Jaehyun emprendió su viaje fuera del campamento, comenzó a buscar aquello que había humillado a su madre. Habían sido numerosas las pistas: las siglas SPQR, Senatus et Populusque Romanus, Taeyong estaba con Romanos. Estos años atrás saquearon Atenas y robaron el monumento a su madre. Por ello quería venganza Atenea. La corona de laurel le recordó a Apolo, algo le decía que tenía que hablar con él.

Emprendió su viaje hasta uno de los templos de la deidad donde el ritual le trajo a un hombre de 20 años con un pelo rubio despeinado y ojeras inmensas. Aquel no parecía el dios de la música y el sol.

-No deberías meterte en esto, tu madre y los demás dioses están fuera de sus formas. La lucha entre su identidad griega y romana los está volviendo locos. Sobretodo Hades, su hijo comenzó todo esto y todos los dioses lo han pagado con él. Sin embargo, se han olvidado que mi hijo también tiene que ver con este problema. Dile a Taeil que no salga del campamento, allí está a salvo. Jaehyun, no te recomiendo que sigas buscando a Taeyong pero si quieres verlo se encuentra en los campos de Marte. Es el nuevo pretor, aunque te cueste creerlo él es Romano no griego. Te has enamorado de la persona menos adecuada-

Apolo no se despidió, solo desapareció. Después de tantos meses de silencio por parte de los dioses había llegado él dándole tanta información que ni él, un hijo de Atenea era capaz de procesar. ¿Taeyong había huido? ¿Le había abandonado sin llegar a romper con él? ¿Había tomado el liderazgo de un campamento enemigo? ¿Y si todo era mentira y lo que quería era destruir a los griegos?

Jaehyun necesitaba ver con sus propios ojos en que se había convertido Taeyong. Quería saber si él seguía siendo el chico del que se había enamorado.

Aquel que le enseñó que incluso en los suelos más áridos los olivos crecían. Aquel que le mostró que las naranjas le sabían ácido porque no tenía paciencia, le enseñó que con el tiempo podían llegar a ser dulces y más en los labios de él. Le enseñó que se podía vivir, le enseñó a seguir respirando. No podía creer que aquel Taeyong, el chico que suplicaba por la vida de incluso el más pequeño de los insectos se encontraba liderando ejércitos de semidioses sin corazón.

El viaje fue tan largo como la lista de preguntas que tenía planeado hacer a su pareja. Estaba cansado, hambriento y desesperado al atisbar una gran muralla invisible para los mortales. Una muralla que resguarda una metrópolis romana.

-Neceisto hablar con Lee Taeyong- Gritó a los guardias del muro. Ambos al ver que solo era un semidiós le dejaron entrar y le llevaron hasta una sala. Le dieron agua, comida un baño y ropa nueva pero no le dejaron ver a su novio fugado.

-¿Cuando podré ver a Taeyong?- Preguntó al centurión que vigilaba al hijo de Atenea.

-Está en ágora. No suele recibir a semidioses nuevos pero tú pareces ser diferente a los demás. ¿Quién es tu progenitor?- Preguntó el chico. Este parecía menor que Jaehyun, aunque había que tener en cuenta que el castaño tenía 21 y los semidioses no solían vivir más que 25 años. Aunque no llevase nada más que su espada Jaehyun imponía más que el delgado centurión que tenía escudo y una pizca.