Capítulo 5: El castigo

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Adriana POV;
Estaba en mi habitación muy asustada, no sabia cuándo entraria ese desgraciado de Paolo y me haría daño. Escucho que alguien intenta abrir la puerta desesperada con llaves. Hasta que consiguen abrirla, era Cami.

—Ven, encontré un lugar por donde podemos escapar lejos de acá y ser libres —dijo esta con una sonrisa.

Una sonrisa brotó de mi rostro, tenía una alegría y una esperanza.

—Vamos —susurró esta.

La seguí, salimos por una puerta, cuando el sol tocó mi piel, me sentí muy bien. Caminamos por el jardín trasero, este estaba un poco abandonado.

—¿Ves esta cabaña? —preguntó Cami.

—Sí —tiró de mi mano y ambas entramos.

—Sí solo pudieramos sacar esta tranca, la ventana se abriría y podríamos salir por la calle del fondo —dijo Cami.

Comenzamos a tirar hasta que finalmente pudimos arrancar la tranca. La ventana se abrió en nuestras caras y se dibujaron dos grandes sonrisas, salimos rápidamente, éramos libres de aquel calvario. Nos fuimos moviendo cuidadosamente, nos escondiamos a veces, por miedo a ser reconocidas por alguien y nos lleven de nuevo a ese lugar.

—¿Sabes dónde tienen a mi amiga Victoria? —pregunté rápido. Nunca me iría sin mi mejor amiga.

—¿Por qué quieres saber eso? No estarás pensando en irla a buscar o ¿sí? —dijo esta con mala cara.

—Sí, no quiero irme y abandonarla —dije  un poco triste.

—Lo sé, pero mañana podemos ir por ella o en unos días —dijo esta.

—No, no sé que la están haciendo, ¿y si la abusaron como a mí? —miró triste.

—Esta bien, iremos por ella, sé dónde viven —dijo esta con una sonrisa forzada.

Ambas fuimos hasta una gran mansión, esta estaba muy custodiada por hombres armados.

—Tenemos que buscar por dónde entrar —dijo Cami.

—Ahí está mi amiga Victoria —dije por lo bajó al ver a Victoria en la la ventana.

—Iremos sin que nos vean, entraremos por aquel muro —dijo señalando —Aún no sé cómo lo haremos, pero bueno en marcha.

Las dos nos escabullimos hasta el mural y nos trepamos como pudimos, al bajar caí medio mal y me dolió mi tobillo.

—Cuidado, nadie nos puede ver o estaremos muertas —dijo Cami temerosa.

—Sí, trepemos por acá.

Cami me ayudó a subir a unas de las ventanas, la cual por alguna extraña razón no tenía rejas. Subí al balcón como pude y abrí la ventana, esa habitación era más grande que mi casa.

¡Dios mío, cuánto lujo!

Salí de esa habitación cuidadosamente, Cami ya había estado antes en esta casa, por lo que sabía en que habitación dormía Larisa. Cami dijo que era una habitación con puerta roja, habían dos: la primera, estaba sin llave, pero en esa habitación no había nadie, así que fui a la otra habitación e intenté abrirla, pero esta estaba con llave. No sabía qué hacer, volví a la habitación por donde me metí y le hice señas a Camila. Esta sacó un pedazo de papel y escribió: "Hay un juego de llaves en esa habitación, creo".

Revisé cajón por cajón hasta que encontré el puto juego de llaves. Comencé a probarlas, la primera, la segunda, la tercera y la cuarta, el último intento resultó abrir la odiosa puerta.

No Soy Ella (La Sumisa)+18✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora