Capítulo 8: Cristián Harrison, usted es un misterio.

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Hello💕
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Adriana POV:

Ya la cena había terminado, tenía mucho miedo de volver con Paolo, tengo el presentimiento de que en su mente, esta pasando lo mas sádico y asqueroso del mundo. Al llegar a la mansión, entramos a la casa, quise meterme a mi cuarto corriendo, pero Paolo me toma del pelo rápidamente.

—¿Dónde crees qué vas? —pregunto Paolo odioso.

—Me duele —me quejó al sentir su rudo agarré en mi brazo.

—¡No me importa, soy tu amo! —dice en voz alta para intimidarme —A mí me pides permiso para todo y haces todo lo que yo te digo, no cabe duda que eres una estúpida —me suelta el pelo, y me tira al pisó.

Mis rodillas se lastimaron y sangran, intento huir pero él es más rápido y me levanta del pelo.

—¡No terminé contigo! —me da un empujón y me mete a su habitación —¡Eres mia Adriana! —dijo besando mi cuello.

—¡No, no seré tuya jamás! —lo empujó, este me da un bofetón y me tira a la cama.

—¿Tienes que arruinar todo? —dijo este hecho furia.

Yo sólo lloró, me quería morir, ¿que hice para merecer esta tortura?

Dios ayúdame por favor. Quiero ser libre, quiero vivir mi vida.

Este me toma bruscamente de mis brazos, y me arrastra hasta el cuarto de castigo. Allí me ató las manos a un tubo, mis muñecas dolían, lo mismo hizo con mis pies. Me ató de espaldas a él, no veía lo que hacía pero me daba escalofríos.

—¿Sabes? —comienza diciendo —Las mujeres como tú, me vuelven loco —confiesa mientras me desviste.

Podía sentir su asquerosa erección, luego de sacar mi vestido, quitó mi bra y luego bajó mis bragas lentamente. El estómago se me revolvia, sentia ascos, quería vomitarlo, me daba náuseas este sujeto.

—¿No me vas a hablar? —pregunto, mientras pasaba sus manos, entre mis piernas. Metió sus largos y asquerosos dedos en mi feminidad, no sentía nada.

—¿Qué es lo que te pasa? —parece molestarse —¡Hruñe para mí!- me da una orden. No digo palabra alguna.

—¡No vas a desafiarme! —apreta fuertemente mi mentón.

Este se alejó de mí, caminó furioso a un lado del cuarto. Trás unos minutos de silencio, este camina de nuevo en mi dirección y comienza a penetrarme con fuerza. Me causaba dolor, asco. Las lágrimas cayeron de mis ojos, sin hacerse esperar.

—¡Qué demonios te pasa maldita perra! —gritó furioso, me voltea rápidamente —¿Qué carajo intentas?


—¡Me das asco, mucho asco, eso pasa! —dije fria, su bofetón no se hace esperar.

—¡Eres mi puta! —me gritó, una risa cínica se dibuja en mis labios.

—¡Sobre mi cadáver, poco hombre! —dije en tono de burla.

—¡Te tomó la palabra! —me voltea rápidamente.

Camina hacia un lado del cuarto y toma algo, segundos después sentí un ardor por mi espalda. Este comenzó a azotarme con su látigo, mi espalda dolía demasiado, pero no emitía sonido, mordia mi labio, para no gritar. Si eso te da placer, no te daré el gustó malnacido.

No Soy Ella (La Sumisa)+18✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora