No Soy Ella (La Sumisa)+18✔

Capítulo 12: Eres ella💫

Gracias por la paciencia 💜
Aqui les dejó un capítulo

más largo🧡
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Adriana POV:
Luego de la paliza que Paolo me dio, me escapé al jardín para pedir ayuda, estaba toda ensangrentada  todo mi cuerpo dolía, la voz no me salía. Sólo quería morir y cuando sentí que por fin me desvanecía, alguien llega y me atrapa de caer.

—Señorita, señorita —una voz me despierta.

Me encuentro con un hombre rubio, ojos miel. Este parecía preocupado por mi estado o al menos eso creó.

—¿Cómo esta señorita? —preguntó este.

—Me duele mucho el cuerpo —respondo —¿Quién eres tú?

—Iván Marcone soy un nuevo seguridad —respondió con una sonrisa.

—Esta bien.

Era uno de los nuevos matones del desgraciado de Paolo, seguro es un maldito igual que el.

—Puedes retirarte —ordeno fría.

—Que este usted bien —me sonríe por última vez y se sale de la habitación.

~Horas después~

Alguien toca la puerta y se adentra en la habitación sin esperar respuesta, era Fidelia la ama de llaves de Paolo, es odisa y chismosa.

—Señorita Adriana el amo la espera en su despacho, bajé y no lo haga esperar —dijo esta con cinismo.

Yo solamente le doy una mala mirada y esta sale de la habitación rápidamente. Decido bajar a su despacho,  por hoy no quiero golpes, suficientes con los de ayer, aún duele todo mi cuerpo. Al llegar al despacho entró sin tocar.Este estaba sentado en su silla, mirando la pared, al notar mi presencia este gira en su silla giratoria.

—Creí que no podrías levantarte de la cama —dijo este con media sonrisa.

Yo solo lo miré con odió- no te quedes callada.

—¿Qué es lo que quieres? —preguntó cortante.

—Sírveme un whisky —ordeno, hago lo que me pide y le sirvo un trago.

Caminó hasta el y se lo doy en la mano, me alejó rápido de el.

—¿Vez? Soy tu amo, haces todo lo que te ordeno —dijo este con sobervia.

Desgraciado, ojalá ese whisky se le convierta en veneno por violador.

—¿Algo más? —pregunte aguantanme las ganas de matarlo.

—No, puedes retirarte —dijo este, yo giré y caminé hasta la puerta para salir.

—Y que te quedé claro algo —dijo este y yo me detengo —Yo soy el amó y tu la sumisa —salgo rápido de su despacho.

Bajando las escaleras Cami me detiene.

—¿Qué quería? —preguntó esta.