20. Siren's Tears

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Es increíble que aún tengan las energías necesarias para seguir bailando o simplemente disfrutando de esa música de mierda que resuena desde el primer piso de la casa. Yo sí que estoy completamente muerta luego de mi fiesta de cumpleaños de anoche -y toda la madrugada-, pero mis oídos parece que descansaron lo suficiente para que ahora me torturen con prestarle atención a esos dolorosos retumbos de música techno que explotan contra las paredes de mi cabeza. ¿Qué hora será? La cabeza me explota por dentro. Mis últimos recuerdos de anoche -y de los que tengo conciencia- seguían bajo el oscuro manto de la madrugada, así que no debo de haber dormido mucho rato. ¿A qué maldita hora se les ocurrirá terminar con el after party?

Me pregunto cómo haré llegado a estar metida en una cama y no tendida a medio caer sobre un sofá como en mis anteriores cumpleaños. Vuelvo a retorcerme sobre el cubrecamas, pero el notar la desnudez de mis piernas me arranca un subidón de adrenalina abriendo los ojos de golpe e incorporándome en medio segundo hasta quedar sentada sobre la cama. Tardo unos desesperantes segundos en pestañear hasta quitar la borrosidad de mis pupilas y observo con desespero a mi alrededor. 

La música continúa, las fastidiosas agujas se clavan fuertemente en mi cerebro, pero ambas son el menor de mis problemas. A mi lado dormita una chica dándome la espalda, el cabello negro lo tiene esparramado por toda la almohada, pero así le viese el rostro estoy segura que no tendría idea de quién es ni menos cómo se llama. Lo único cierto es que ella también comparte el hecho de no llevar nada de ropa como yo.

Con mis dedos desaparezco los últimos rastros de sueño en mis ojos y me quedo como una completa estúpida intentando recordar qué diablos sucedió en las últimas horas. Pero lo único que regresa a mis recuerdos sensoriales no es una imagen sino la tonada de música que sonaba cuando todos empezamos con los drink shots de vodka. ¿Cuántos fueron? ¿3 o 4 los que tomé...? ¡NO! Ni siquiera eso me hubiera dejado con la memoria borrada y la mente perdida como lo estoy ahora. Debió haber algo más que no estoy considerando. ¡Joder! Y esta chica que duerme a mi lado ¡¿quién mierda es?!

La sangre se me hiela. ¿Cómo le contaré a Alexandra que tuve sexo con una completa extraña? Mentir no está entre mis planes, además, con ella no puedo hacerlo por mucho tiempo. ¡No quiero ni imaginar los problemas que tendré con mi novia! Pero... ¿dónde está Alexandra? ¿Por qué no amanecí con ella? ¿Por qué mierda sigo en la casa de la fraternidad.

¡¿QUÉ HICE ANOCHE?!!

El atroz dolor en mi cabeza. La música que inunda la casa y... esas voces retumbando en mi memoria: Yellow-Blue! Yellow-Blue! Con desespero salto de la cama y apenas al poner un pie sobre el frío parqué del piso mis piernas tiemblan y un fugitivo mareo me atrapa, apoyo mis dedos en el filo de mesita de noche y recupero el equilibrio. Esta maldita sensación no es por beber demasiado. Y mientras hago el inhumano esfuerzo de que los recuerdos regresen como flashes, mis ojos buscan con desespero a mi vestido perlado. Sin embargo, el corazón golpea muerto de miedo contra mi pecho al encontrarlo teñido de azul en toda su extensión. Me lo coloco como puedo, mis ojos saltan hacia ese inmóvil cuerpo que sigue durmiendo -es lo único bueno de esta mañana, ya que no sabría ni qué decirle a esa tipa si ahora mismo de hablase- y termino por ponerme los tacos que encontré al pie de la cama. Debo parecer un payaso con esta ropa toda sucia de pintura, pero nada comparado con el desastre en el que se ha convertido mi mente. Logro salir de la habitación sin que ella se dé cuenta y me apresuro en ir al baño en el final del pasillo. Recién frente al espejo del tocador me doy cuenta que mis peores suposiciones son ciertas. Es imposible que por decisión propia lo haya aceptado, pero... ¿entonces cómo sucedió?

Me lavo la cara y hago un esfuerzo por quitarme los restos de pintura de entre mis uñas. Observar mi imagen solo me da asco. Creí que por fin tendría un primer cumpleaños que merezca ser recordado, pero todo salió como en mis peores pesadillas. Ya no tengo que seguir hostigando a mi mente para deducir que ayer arruiné mi relación.

Bad GirlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora