-Papi!!! ¿Podemos ir al carrusel?-
Exlamo Peter con la emoción de sus cinco añitos brillando en sus enormes ojos cafés. Tony tenía programada una reunión esa mañana con los CIOS de su empresa y había tenido que llevar a Peter con el pues su pequeñito no tenía clases ni nana ese día... pero ahora daba gracias que hace años había implementado el programa de estancia infantil en la torre para las madres y padres que no pudiesen encontrar quien cuidase a sus pequeños.
Ahora estaba ahí parado frente a la puerta colorida que daba entrada al área infantil com Peter señalando emocionado el pequeño carrusel que había en la sala rogando por ir a subirse.
-anda di que si papi!!- le suplico dando saltitos pero sin tirar de él o si quiera dar un pasito para separarse de su papá.
-escucha Pet... te vas a quedar aquí un ratito mientras papá va a aburrirse en una reunión-
Acuclillado frente al nene acomodó su mochila mientras le explicaba lo que sucedería a continuación. Ciertamente era la primera vez que hacía uso de las instalaciones de su empresa pues siempre había encontrado quien se hiciera cargo del bebé...
Hacia 5 años ya que Peter había llegado a su vida. El bebé había sido el resultado de una borrachera y la mujer simplemente había aparecido un día en su torre para decirle que ella no se haría cargo de ese "error"... Por supuesto que Tony no había reaccionado bien, pero después de la prueba de paternidad no pudo negarse más a aceptar al bebé.
Los primeros meses fueron horribles y aunque siempre había tenido la ayuda de un escuadrón de mujeres especializadas en el cuidado infantil para Tony la paternidad había sido un camino difícil y con muchos tropiezos... ahora Peter tenía 5 años y decir que era la adoración de Tony era quedarse corto. Una vez ambos estuvieron acoplados el Moreno movió los hilos que fueron necesarios para asegurarse de que Jane jamás podría reclamar de nuevo la custodia de su pequeño. Hoy 5 años después era el papá soltero más codiciado del país... no había mujer u hombre que se resistiera ante la imagen que presentaban ambos.
-¿yo solito?- pregunto con cierta timidez el nene viéndolo con esos enormes ojos chocolate que eran la debilidad del moreno.
-no arañita... allá adentro hay un montón de niños y personas muy amigables que cuidarán de ti mientras yo vuelvo! -
Pudo ver con claridad el gesto compungido en la carita de Peter, pues aunque el niño era bastante sociable algunas veces aún le costaba despegarse de papá.
Mientras ambos charlaban un rubio menudito y de enormes ojos azules se acercó a ellos enfundado con su mandil que lo identificaba como niñero de la estancia.
-Hola!! Me preguntaba si alguno de ustedes querría ayudarme a armar una torre de bloques...-
Steve había visto al pequeño y por su experiencia pudo adivinar el conflicto que estaba por desarrollarse cuando papá se tuviera que ir. El rubio trabajaba en la estancia desde hace 2 años y aunque no era el empleo que alguna vez había soñado sin duda el muy buen sueldo que recibía le ayudaba a pagar muy bien las cuentas y la renta.
Peter levantó la vista hacia el bonito muchacho que acababa de hablarles sonriendo inmediatamente en aceptación.
-¿puedo ir? Yo se armar torres muy altas!!!-
Con el ánimo de nuevo en alto miro a sus papá expectante de su respuesta.
Pero Tony se había quedado completamente sin habla. Esos ojos eran... preciosos por decir poco. El rubio que les acababa de abordar no solo tenía una sonrisa amable de labios rojos y carnosos también tenía un aire de dulzura y fragilidad que por un par de segundos le robó el aliento al moreno.
-si, supongo que la torre no puede esperar...-
Acepto recomponiéndose para levantarse y poder quedar a la altura del rubio. Tony le sonrió con esa sonrisa que sabía derretía témpanos pero en el rubio simplemente pareció no surtir efecto.
-volveré en un par de horas por el...-
Le aviso entregándole la manita de Peter para que el rubio la cogiera. Estaba por darse la vuelta para marcharse cuando un carraspeo molesto llamó su atención.
-tiene que llenar una forma antes de irse... cariño porque no vas a jugar un ratito al carrusel y en seguida estoy contigo para armar una bonita torre-
Le pidió el rubio al nene quien apenas tuvo tiempo para correr hacia el bonito carrusel.
-¿que pensaba hacer? ¿Irse así nada más? Por Dios cómo está siquiera seguro de que yo trabajo aquí!!-
Le increpó con enfado el rubio viéndolo con desaprobación. Lo cual causó que Tony lo mirase a él con sorpresa e incluso con cierta diversión. A punto estaba de contestarle que por supuesto que él sabía que trabajaba ahí porque el gafete que traía colgado era mucho más que solo un plástico. Con tan solo enfocarlo Tony había sido capaz de ingresar a través de sus gafas a todo el archivo de "Steve Rogers". Sabía incluso que el rubio padecía de Asma y que su mamá había fallecido hacía ya 17 años.
Pero Tony se quedó callado y en lugar de decirle quien era realmente él pues era obvio que el rubio lo ignoraba simplemente ofreció un gesto apenado.
-lo siento... tengo una junta muy importante y no se donde tengo la cabeza-
Se disculpó con una sonrisa avergonzada haciendo que el rubio lo mirara con esos ojos azules achicados en molestia.
-Bien, pero aún así no justifica su descuido, vamos, llenaremos la forma y después podrá irse.-
Ambos caminaron hacia el módulo de atención donde Steve le pasó un extenso formulario que nada más verlo Tony supo que seria increíblemente tedioso de llenar. Sonrió travieso poniendo "Tony Parker" y "Peter Parker" en los nombres de ambos.
-listo, ya está! Volveré en un par de horas! Si sucede algo ya sabes a donde llamar y si no sucede también...-
Le guiño un ojo dándole de vuelta el formulario con todos los datos de su Niño quien ahora estaba completamente distraído luchando por subirse al caballito de mar del pequeño carrusel.
Steve solo asintió sin prestarle mayor atención al adulto para ir a supervisar a los niños. No podría negar que el hombre era demasiado atractivo pero ciertamente no se podía dar el lujo de dejarse llevar por esa clase de cosas pues era obvio que las personas que trabajaban en esa torre jamás se fijarían en alguien como el.
Lo que Steve no sabía era que Tony Stark ya había fijado sus preciosos ojos de largas pestañas en su figura menudita y en sus ojos imposiblemente azules como el cielo.
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La estancia
RomanceAU Steve Rogers es un empleado en la estancia infantil de la Torre Stark. Su vida da un giro cuando le toca cuidar al pequeño Peter Stark...💕