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La estancia 6

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Más tarde ese mismo día Steve sonrió cuando el timbre de su pequeño piso sonó. Esta vez camino hacia la puerta más animado que la tarde anterior y al abrirla la sonrisa se ancho en sus labios al encontrarse a Tony al otro lado.

Había dormido toda la mañana y parte del medio día pero después se había levantado para intentar ordenar un poco su piso y tomar una ducha... ahora estaba ahí parado en el dintel de la puerta con uno de sus suéteres más afelpados en color azul que hacía juego con sus calcetines, un pantalón de mezclilla y esos labios colorados que ahora rivalizaban con el tono rojizo de su nariz.

-Hola... traje la sopa!-

El hombre moreno alzó una bolsa de papel para que Steve pudiera verla.

-Hola Tony... pasa...-

Tony le sonrió de vuelta y entró al departamento cuando el rubio abrió más la puerta invitándolo a entrar.

La primera impresión de Tony definitivamente fue de sorpresa al ver que el piso de Steve en realidad era pequeño... Tony podría jurar que todo el departamento del rubio cabía en su propia habitación y quizá incluso sobraría espacio. Pero era limpio y todo estaba ordenado, la decoración era bastante sencilla con algunas fotos y dibujos en las paredes que Tony pensó quizá habían sido hechos por el mismo Steve.

En general se podría decir que era un lugar bastante hogareño si esa era la palabra... o quizá intimo... Tony jamás había vivido en un lugar tan pequeñito.

-¿quieres algo de tomar?... -

La voz de Steve le devolvió a la realidad, no se había dado cuenta pero se había quedado viendo la pared con los dibujos quizá por demasiado tiempo, aún así Steve aún sonreía y Tony respiró intentando tranquilizarse.

-un vaso de whisky me vendría bien, gracias...-

-Lo siento... solo tengo agua, jugo de manzana y una gaseosa de naranja... yo no bebo...-

Se disculpó Steve algo avergonzado.

-oh, la soda está bien entonces-

-vale... calentaré la sopa también.-

Steve camino hacia la pequeña zona que era la cocina, apenas un par de pasos lejos de la pequeña salida y Tony sonrió encantado cuando se dio cuenta que no había forma en que perdiese de vista al rubio en ese pequeño lugar. Sin darse cuenta siguió los mismos pasos de Steve para alcanzarlo quedándose en la pequeña barra que separaba la cocina de la sala.

-¿te sientes mejor?-

-Si... me ha servido mucho poder descansar. -

-Me alegra escuchar eso, comenzaba a preocuparme...-

-No tienes que... en realidad es normal que me enferme con facilidad, tuve un problema con la tifoidea cuando era niño y desde entonces mis defensas no son tan buenas, pero siempre me repongo-

Mientras Steve removía la sopa en la pequeña ollita que había puesto sobre la estufa Tony pudo darse el lujo de ver las líneas de su pequeña figura... debajo del suéter podría casi adivinar una piel suave y seguramente tan blanca como la leche, sus hombros eran delgados y la línea que formaban apenas se podía adivinar masculina. A simple vista el rubio podría pasar como un chico bastante simplón pero aún así tenía algo que había encandilado a Tony como una polilla ante el calor del fuego...

-¿y Peter? ¿Donde dejaste al nene?-

Había curiosidad en su tono pero también cierto nerviosismo pues Tony llevaba un rato callado y eso le hacía sentir nervioso... en general el moreno con su mera presencia le hacía sentir nervioso.

-en casa con sus... con sus juguetes y la niñera-

"Con sus niñeras" era la respuesta real pero un simple programador no podría tener niñeras, ¿no?.

-¿vives muy lejos de aquí?-

Mientras hablaba el rubio ya había colocado dos manteles individuales y un par de cucharas. La sopa ya hervía en la olla y el rubio la removió una vez más antes de apagarla y servirla en los platos dándole así a Tony algo más de tiempo para pensar bien su respuesta.

-No... no tan lejos en realidad. Peter y yo vivimos en una casa en... en Brooklyn.-

Contestó al azar provocando sin darse cuenta una sonrisa en los labios de Steve.

-yo soy de Brooklyn... pero me mudé hace años cuando mi madre falleció... ya sabes intentando conseguir una renta más barata... -

Tony medio sonrió esta vez pues sabía que el rubio se había tenido que mudar porque al final el banco había embargado la casa de su madre dejándolo completamente en la calle... había información sobre Steve Rogers que Tony había averiguado pero se mantenía callado esperando que quizá fuese el mismo rubio quien se animara a contarle.

-entiendo... se que las rentas son algo caras y agradezco que mis padres me hubiesen dejado esa casa... -

Era una mentira y una muy grande... no había ninguna casa suya en Brooklyn y el corazón de Tony latió fuerte en su pecho pues la bola de mentiras crecía cada vez más.

-y que lo digas... conseguir este departamento en realidad fue pura suerte y más aún el mantenerlo. Pero luego conseguí este empleo y las cosas han ido mejorando. -

Steve puso dos tazones de sopa en la barra, uno frente al moreno y el otro a un lado donde se sentaría él. No había una mesa que fungiera como comedor pues el lugar era muy pequeño pero la barra hacía bien esa función.

Tony se perdió en sus propios pensamientos por unos segundos viendo las volutas de vapor que escapaban del plató frente a él. ¿Que estaba haciendo? ¿De verdad quería acercarse al rubio de esa forma? No se sorprendió cuando la respuesta en su interior fue "si", si quería tener al rubio de esa forma... Por primera vez deseaba que no lo vieran con los ojos encandilados por todo el brillo de su fortuna y su fama... era algo nuevo incluso para él pues también amaba pavonearse, deslumbrar a las personas con todo lo que había logrado y atraerlas como moscas a la miel.

Pero Steve no le inspiraba eso, no quería que el rubio se formase una imagen de él en base a lo que le rodeaba o lo que decían los medios de él. Quería que el rubio le conociera de verdad.

-esto está realmente delicioso...-

Steve suspiro gustoso llevándose otra cucharada de sopa a la boca... hacía tanto tiempo que no probaba una sopa de pollo así de sabrosa. Aunque el rubio se cocinaba su propia comida no era ni de cerca tan rica como esto.

-Me alegra que te gustara... no soy muy fanatico de la comida para enfermo PERO admito que está definitivamente es la sopa que me gusta comer cuando me enfermo-

Steve asintió y luego soltó una risa divertida ante la mueca de Tony al quemarse con la primera cucharada. Entre pláticas y risas pasaron un par de horas en las que ambos hablaron y descubrieron cosas nuevas. Para cuando la tarde cayó Tony recibió un mensaje de Pepper recordándole la gala de caridad de esa noche y el moreno se tuvo que ir con la excusa de que el horario de la niñera pronto acabaría y tendría que volver con Peter.

Steve asintió comprensivo y se despidió del moreno en la puerta sin darse cuenta de la sonrisa soñadora en su rostro ni tampoco de su mirada azul algo más brillante. Tony por su parte dejó ese pequeño piso con el corazón algo más acelerado de lo normal, en cualquier otra ocasión habría empujado las cosas para llevarlas al siguiente nivel lo más pronto posible pero escuchar el parloteo del rubio y ver esa sonrisa cada vez que le compartía algo de su vida le hizo frenarse y esperar.

Cuando regreso a su mansión más tarde para poder ducharse y cambiarse Peter lo recibió con uno de esos abrazos que le llenaban de energía positiva y le hacían sonreír aún en el más malo de los días. Solo que esta vez su humor era mejor que cualquier otro día y se aseguró de quedarse con Peter hasta que esté  se quedó dormido un par de horas después, solo hasta entonces comenzó a arreglarse para la fiesta.

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Holi! Aquí un pedacito más de esta historia... la he tenido que escribir y borrarla algunas veces pues no terminaba yendo por el camino que quería que fuera. Pero estoy bastante conforme con esto! 🥰🥰
Espero les guste!
Poppy~

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