16

11.3K 1.1K 298
                                    

La estancia 16
🥜🥜🥜🥜🥜

Un año después ...

-Tengo un regalo y una pregunta para ti... ¿Cual quieres primero?-

Steve le sonrió sin entenderle del todo.

Peter frente a él dio unos brinquitos emocionados sobre el cojín donde estaba sentado.

Esa tarde los Stark habían llegado a casa, a la bonita casa que compartían desde hace seis meses en Brooklyn con un montón de pizzas, hamburguesas, donas y dulces que habían hecho que el rubio frunciera el ceño no muy convencido de que comer todo aquello fuera buena idea.

Pero resistirse a ese par de ojos y sonrisas terriblemente encantadoras había sido imposible, así era como padre e hijo habían logrado arrastrarle en su pequeño banquete.

Los tres habían comido y reído alegres por un buen rato hasta que Tony había carraspeado para llamar la atención del rubio.

-¿Entonces? ¿Cual quieres primero? -

Steve los miró a ambos, conociendo a Tony las dos opciones seguramente eran algo completamente fuera de su alcance.

Tony Stark había llegado a su vida como un torbellino lleno de aventuras que muchas veces le habían hecho rabiar y otras muchas sonreír con la inmensa dicha de la alegría.

Y Dios sabía que Steve Rogers había tenido que aprender a ser más abierto con muchas cosas, sobre todo en el aspecto económico pues Tony una vez se había visto libre de su secreto había llenado al rubio de atenciones y regalos, de cosas a las que Steve no estaba acostumbrado y que muchas veces terminaban ofuscandole.

Mudarse a la casita de Brooklyn había sido parte de un acuerdo entre ambos.

Steve seguía trabajando en la casa de retiro y su sueldo era suficiente para aportar a los gastos de la casa y no ser una carga para nadie...

Claro que Tony jamás lo consideraría una carga pero sabía que sus ritmos de vidas eran distintos y que necesitaba darle tiempo al rubio para acoplarse... ademas que tener una vida hogareña era algo que sabía le hacía bien a Peter y a él mismo quien siempre había deseado poder vivir en familia...

Así habían logrado encontrar un equilibrio.

Ya había pasado más un año desde que Steve le abriera las puertas de su casa y de su vida a ese par de castaños que ahora le miraban con ojos igual de brillantes y emocionados.

Y ahora sabía que eso, había sido lo mejor que pudiese haberle sucedido.

Una risita divertida le hizo volver al presente... era Peter quien los veía a ambos con una dona a medio comer entre las manos.

-la... ¿pregunta?-

Tony sonrió porque Steve era tan predecible. Era obvio que elegiría primero la opción que le daba posibilidad de negarse...

Pero Tony de inocente no tenía un pelo y si tenía que jugar sucio no dudaría en hacerlo.

Carraspeo viendo a Peter quien de inmediato dejó la dona para levantarse de su Cojín mientras buscaba algo en el bolsillo frontal de su bonito overol rojo.

Emocionado saco una bonita argolla, su papá Tony le había dado el anillo aquel día antes de sentarse a comer golosinas y Peter emocionado había aceptado tan importante misión.

-Steve!! Cásate con nosotros!-

Un muy sonriente Peter corrió hacia Steve con el anillo entre las manitas.

La estancia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora