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La estancia 11
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-¿compraste una casa en Brooklyn?-

Pepper lo miraba con el ceño fruncido y Tony solo pudo encogerse de hombros.

-Si, la vi, me pareció bonita y la compré-

-solo asi... solo la viste y la compraste-

Ahora sus ojos le miraban no solo con molestia si lo también con sospecha.

-Si, ¿que tiene? Es solo una casa más de las muchas que tengo, no veo cuál es el problema

-Es un cottage... tu no compras casitas, tu compras mansiones o edificios... -

-Bueno si, pero ahora también compro casitas y ya deja de verme así, no es como si estuviera gastando tu dinero. -

-No, pero la que tiene que hacer todo el papeleo de tu casita soy yo y más vale que no me estés mintiendo Tony porque te conozco...-

Pero Tony solo bebió de su taza de café sin querer escucharla más. La verdad era que había comprado esa casa por Steve. Porque quería poder invitarlo a su casa...

-Ya, tranquilízate. ¿Quieres saber la verdad? La compre porque estoy saliendo con alguien y no quiero que sepa que soy millonario-

Pepper parpadeó una par de veces antes de explotar en una carcajada divertida.

-Ya Tony, está bien... no tienes que decir cosas tan absurdas como esa. -

Negó ella intentando darle un trago a su vaso con agua para que se le pasara la risa. Había ido esa mañana al despacho de Tony para pues había pensado que ese gasto en sus cuentas quizá era una estafa pero ahora que sabía que él en realidad lo había hecho prefería no saber más detalles.

-Tú queriendo ocultar que eres millonario... vaya broma-

Sin embargo al otro lado del salón Tony la veía con una mueca un tanto desencajada. Hubiese esperado que ella le diera algún sermón o incluso gritado pero no que lo tomara como una broma...

-Bien, como sea tengo cosas importantes que hacer. Me voy salúdame a Peter. -

Pepper salió del despacho dejando a Tony aún desconcertado.

******

-papa y yo nos estamos mudando-

-¿Si? ¿Y a donde? -

-A una casita muy bonita, tiene muchas flores en el jardín y la puerta del frente es roja! Es mi color favorito!!-

Steve sonrió al ver esos ojitos castaños brillar con emoción, enternecido estiró la mano para despeinar sus suaves cabellos.

-Vaya Peter, eso es genial-

-Verdad que si? Por eso quiero terminar este barquito, lo pondré en mi nueva habitación-

Steve asintió mientras ambos terminaban de pintar un bonito barquito de papel. Esa tarde Steve estaba libre en su trabajo y un muy entusiasmado Peter había ido a visitarlo. Tenían algunos días sin verse pues el nuevo trabajo de Steve ya no le dejaba tanto tiempo libre y Tony había estado muy ocupado con sus negocios y viajes. Claro que eso Steve no lo sabía. Ni siquiera sabía que se estaban mudando y la noticia le había caído un poco mal...

¿Por que Tony no le había dicho que se estaban mudando?

Sin embargo decidió no preguntarle más al Niño ni tampoco le preguntaría a Tony pues no quería presionarlo. Quizá este le contaría más adelante.

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